Arquímedes y el infinito

Arquímedes en la bañera
Durante siglos se creyó que el libro El Método, obra de Arquímedes de Siracusa (ca. 287-212 a.C.) estaba irremediablemente perdido. Se sabía, por diversas referencias, que en este libro el autor describía los razonamientos físicos que le habían permitido conjeturar los teoremas geométricos que después demostraba con todo rigor lógico en sus otros libros. Sin embargo, el contenido exacto de la obra permaneció desconocido hasta 1906 cuando, para gran sorpresa de todos, se descubrió en Estambul una copia de la obra. Se trataba en realidad de un palimpsesto, es decir, un códice escrito en pergamino que había sido borrado, por suerte imperfectamente, y reutilizado para escribir un manuscrito diferente. Las técnicas de 1906 permitieron reconstruir una parte de la obra original, pero varios fragmentos no pudieron ser recuperados en aquel momento.

El trabajo recomenzó a principios del siglo XXI, cuando un grupo de expertos, utilizando técnicas modernas de iluminación y de análisis de imágenes, lograron avanzar en el desciframiento de El Método. Parte de lo que descubrieron estos expertos sugiere que Arquímedes trabajó explícitamente con el infinito en acto. La historia está narrada en El Código de Arquímedes, libro de R. Netz y W. Noel. Según estos expertos, para comparar el volumen de dos cuerpos, Arquímedes los suponía cortados en infinitas lonjas de ancho infinitamente pequeño y concluía que ambos volúmenes era iguales porque era posible emparejar las tajadas que formaban uno de ellos con las tajadas que formaban al otro; si estas conclusiones son correctas esto implicaría que Arquímedes trabajó con la comparación entre dos conjuntos infinitos mediante el emparejamiento de sus componentes siglos antes de que Cantor hiciera lo mismo.