Muchos son los estereotipos que desde Occidente se han hecho sobre la cultura y la forma de vida africana. Según estos prejuicios negativos, los africanos viven en un claro estado de subdesarrollo que ha sido propiciado en gran medida por su propia cultura. Esta creencia justifica y ha justificado las repetidas intervenciones de agentes externos que podrían mejorar sustancialmente esta miserable situación según los defensores del desarrollo más ortodoxo. En el caso de que subdesarrollo fuera un término apropiado para definir la compleja realidad de los pueblos africanos, sería justo hacer una revisión histórica sobre las causas que han posicionado a este extenso continente a la cola de los procesos económicos globalizados que rigen las dimensiones sociales y políticas del mundo actual. Leer más