Corea del Norte: testimonios


Niños encarcelados en los campos de trabajos forzados desde el mismo día que nacieron, madres alimentando a sus desnutridos hijos con serpientes y ratas o familias enteras encarceladas porque uno de sus parientes había desertado son algunos de los testimonios más dolorosos e inhumanos que se desprende del último informe de la ONU sobre los crímenes contra la humanidad en Corea del Norte.
Atrocidades indescriptibles que relatan 80 testimonios donde se habla de ejecuciones, desapariciones y torturas.
 
Uno de los problemas que azota el régimen de Kim Jong-un es el del control de información. Las noticias están capadas y es el gobierno quien da el visto bueno a la publicación de las informaciones. 

“Te lavan el cerebro... nadie sabe la vida que hay en el exterior. Desde que naces, solo existe Corea del Norte. Desde los 4 años lo único que hacen en la escuela es lavarte el cerebro hasta en tu propia casa. No se pueden escuchar algunos canales de radio. Quieren que la gente se ciegue y no vea más allá de las fronteras.”
Jang Hae-sung escribió mal el nombre de Kim Il-sung y fue internado en un campo de concentración por seis meses como causa de su error.
Otro testigo admitió que veía películas piratas pero tenía miedo por si le encontraban. Muchos de los 'piratas' que encontraron fueron asesinados. Las autoridades norcoreanas le advirtieron que solo podía ver películas de origen norcoreano. En muchas ocasiones las autoridades iban casa por casa verificando los ordenadores de las personas y cortaban la luz para que los datos quedaran bloqueados y así requisarlos. En una ocasión, dice este testigo, un amigo tuvo que tirar el cd por la ventana para no ser detenido.

En 2006, una pareja de 31 años fue detenida y torturada por que estaban viendo películas surcoreanas. Testigos pudieron certificar que la pareja estuvo cercad e la muerte debido a las palizas brutales que les daban en la cárcel.
En 2009, un testigo, que planeaba volar desde Corea del Norte, fue detenido por hablar con una compañía de de teléfono surcoreana. Los agentes dijeron que se trataba de un caso de espionaje y lo asesinaron. 
Jang Hae-sung afirma que “mis amigos, gente que escribe habitualmente, no puede escribir lo que quiere.” Uno de sus amigos escribió en un post que sólo podía escribir lo que ellos querían y fue mandado a un campo de concentración.
Jeong Jin-hwa deja claro que la censura en los medios es muy fuerte.“Hay mucha gente que ha sido detenida por escribir sus opiniones.”
Kim Song-ju cree que la religión en este países como la droga y debe ser eliminada.
 Kim Soo-am del Instituto Coreano Unificado habla sobre el sistema de castas, conocido como songbun:
“Los niveles de clases perjudican a la hora de obtener más o menos comida. La gente que vive en la capital tiene más accesos a la sanidad o a servicios sociales pero aqullos que vivan en los pueblos están perdidos.”
 Kwon Young-hee describe la discriminación que pasó su familia por ser de origen surcoreano.
“No podíamos vovler a nuestra ciudad de origen. No nos dejaron. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya eramos mayores. Mi hermana fue vejada en la Universidad por ser de Corea del Sur”
Otro testigo afirmó:
“Las mujeres en Corea del Norte no pueden llevar vaqueros. Prefieren que lleven faldas y zapaton negros de acuedo con el estilo socialista. Las mujeres casadas si pueden llevar vaqueros. En verano no pueden llevar sandalias con joyas. Si las mujeres no lo aceptan serán enviadas a campo s de concentración.”
Ji Seong-ho, que perdió un hígado en un accidente de tren, afirmó:
“La discriminación a las personas con discapacidad en Corea del Norte es abusiva. Si a una persona le falta una mano, le llaman el manco y así pasa con la familia de este. Personas ciegas, sordas o mudas son discriminadas de forma brutal.” 
Kim Hyuk, que se busca la vida desde los siete años al perder a su madre, nos acerca su vivencia a los largo de los años.
 “Dormíamos en la estación del tren. Cogíamos comida de los alrededores de la estación y vivíamos como podíamos. Pedíamos limosna pero nadie nos ayudaba.”
 El hermano de Kwon Young-hee fue detenido en China en 1994 por intentar huir de Corea del Norte. Se fue a China para encontrar comida pero su ilusión se fue al traste. Le ataron a un camión con destino China y estuvo a punto de morir.
“Desde que le ataron al camión su cara estaba ensangrentada, su ropa destrozada y para colmo, cuando se cayó al suelo en algunas ocasiones, le obligaron a levantarse y seguir caminando. Querían que los vecinos vieran a mi hermano sacrificado y que todos se mofaran de él.”
Otro de los testigos que ha hablado para la ONU recredece la situación que vivió en uno de los campos de concentración.
“Los prisioneros eran vejados hasta tal punto que tenían que hacer trabajos forzosos desnudos. Nos metían la mano por nuestras partes íntimas para encontrar aparatos móviles o dinero, después nos encerraban en celdas atados de pies y manos.”

Jee Heon A fue detenido junto a una mujer embaraza en un acto de repatriación. Durante el traslado, la mujer embarazada salió de cuentas y su hijo murió. Una de las mujeres que intentó ayuda a la mujer embarazada aseguró que los agentes abusaron de ellas como querían.”
Otro de los testigos dice ver como abusaron de una mujer embarazada hasta que consiguieron que abortara. Los agentes reclamaban que llevaba un niño chino en su vientre.
Kim Young-hwan fue uno de los testigos al ver como muchas madres lloraban desesperadamente al ver a sus hijos asesinados:
“… si un niño nace, rapidamente se le asesina. Muchas de las veces los ahogan. Los testigos aseguran que ponían al bebe boca abajo para que dejara de respirar y eso lo hacen con la madre al lado de su hijo.
 Kim Young-hwan trabajó muchos años codo con codo con personas que habían sido víctimas de tráfico de niños:
“… estas niñas eran vendidas a personas que vivían en pueblos rurales de China y reciben un trato inhumano. Muchas de ellas son explotadas como esclavas.”
 Jin-hye describe la situación de malnutrición que pasó junto a su familia en la década de los noventa. Sus dos hermanos y su abuela murieron por desnutrición.
"Cuando nació mi hermano pequeño, mi abuela quiso matarlo por que su madre no podía amamantarlo. Mi madre tuvo que suplicarle a mi abuela que no le matara. Había una falta muy grande de comida y eso generaba que los mayores intentaran matar a los más pequeños. Al final mi hermano pequeño murió en mis brazos por que no tenía nada que llevarse a la boca.”
El acceso a la comida era muy limitado en la zona en los años ochenta. Un testigo alega que las fuerzas militares se encargaban de suministrar la poca comida que les llegaba:
“Daba igual que trabajaras todo el año en las granjas que no recibirías ninguna recompensa por parte de las autoridades, es más, todo lo que ganabas se lo quedaban ellos en las redadas que hacían en las granjas.”

Un ex oficial norcoreano que trabajó en la investigación sobre la agricultura describe el sistema de producción de comida en el país:
“La compensación era más personal que social. Si tienes una cantidad limitada de comida, debías dársela las personas más importantes del país.”
El padre de Jo fue torturado en una de sus detenciones. Murió durante el traslado de un centro a otro.
“En el proceso del traslado no pudo ni comer ni beber. Fue torturado en varias ocasiones con varias heridas de gravedad en las piernas, asi que realmente no es que muriera, sino más bien lo mataron.”
Otro testigo asegura haber sido vejado por varios agentes por intentar viajar a China. Le golpearon en los riñoes hasta llegar a ser hospitalizado.
“Me dieron golpes en la espalda y riñones hasta que dejara de gritar. Intentaron matarme pero no lo consiguieron.”
 Jeong Jin-hwa describe cómo eran los campos de concentración norcoreanos.
“Todos los norcoreanos saben de la existencia de estos campos. Tenemos la percepción de que cuando entras no sales. Es un lugar muy cruel.”
Shin Dong-hyuk nació en un campo de concentración y no sabía lo que era la vida fuera de las rejas. Sus padres fueron encerrados en este centro por culpa de un familiar.
“Nací criminal y moriré siendo un criminal. Solo hay dos tipos de personas en esos campos, los hombres armados y los prisioneros. Éramos víctimas de violaciones que siempre quedaran en nuestra memoria.” Fuente: La Información