Reservorio venoso subcutáneo

¿Qué es?


Es un catéter central interno implantado, preferiblemente en el tórax, mediante técnica médico-quirúrgica.
El reservorio es un dispositivo metálico de pequeño tamaño, situado sobre el plano muscular, que consta de una cámara con superficie de silicona adaptada para su punción y la administración de medicación. Dicha cámara está conectada a un catéter, el cual va por debajo de la piel hasta una vena de gran calibre, como pueden ser la subclavia o la yugular.
Partes de un reservorio subcutáneo

¿Para qué se utiliza?

Su implantación está enfocada para todos aquellos pacientes que precisen de mediación intravenosa durante largos períodos de tiempo, como puede ser la administración de la quimioterapia. 
El hecho de realizarles punciones venosas de manera continuada, puede llegar a provocar en estos pacientes episodios de trombosis en el sistema venoso superficial, cosa que se puede evitar con la implantación de un reservorio.
Se pueden administrar todo tipo de medicamentos por este tipo de vía: antibióticos, sueros, etc... También permiten la monitorización de la presión venosa central y la obtención de muestras sanguíneas.
Los reservorios subcutáneos proporcionan una mejor calidad de vida, evitando las punciones repetidas y el dolor que estas conllevan. También reducen el riesgo de infección, ya que la piel actúa como barrera natural.

Colocación

Antes de nada, el paciente debe de estar controlado en todo momento en cuanto a capacidad de coagulación, realizar hemogramas completos y bioquímicas.
Para la implantación, solo se administrará anestesia local y se realizará en condiciones de esterilidad, por lo que se llevará a cabo en un quirófano.
Es conveniente la administración de profilaxis antibiótica, sobretodo en pacientes inmunodeprimidos o neutropénicos.