Afecta al 1% de la población indistintamente del sexo o raza.
Existen distintos tipos de malformaciones arteriovenosas (MAV).
Las causas son desconocidas aunque se sospecha que pueden estar implicadas algunas malformaciones genéticas.
La rotura de una MAV ocurre por la presión y el daño sufrido por los vasos sanguíneos provocando una hemorragia cerebral.
Síntomas
- Confusión
- Zumbidos en los oídos
- Dolor de cabeza
- Convulsiones
- Visión borrosa, doble o disminuida
- Debilidad muscular
Diagnóstico
En caso de sospecha de un MAV, pueden realizarle las siguientes pruebas:
- Angiografía cerebral
- TAC
- Resonancia magnética
- Electroencefalografía
- Angiografía por resonancia magnética
- Venografía por resonancia magnética
Riesgos de tener una MAV
El mayor peligro es el hecho de que rompa y se produzca una hemorragia. Se da entre el 2 y el 4% de los casos.
En la mayoría de ellos se producen microhermorragias que pasan desapercibidas, pero en casos de hemorragias de mayor tamaño puede ocasionar daño neurológico e incluso la muerte.
En el caso de las mujeres, el embarazo aumenta la probabilidad de hemorragias debido al aumento del volumen de sangre y el aumento de la presión arterial en el momento del parto.
Tratamiento
Hay fármacos que pueden disminuir los síntomas pero no curar la malformación. Los tratamientos más empleados son:
- La extirpación quirúrgica
- La embolización
- La radiocirugía
La exéresis quirúrgica implica acceder a la MAV para eliminar cualquier resto.
Solo es recomendable si la MAV se encuentra en una zona de fácil acceso como el córtex cerebral o en la médula espinal.
Solo es recomendable si la MAV se encuentra en una zona de fácil acceso como el córtex cerebral o en la médula espinal.
En cuanto a la embolización, se realiza mediante la punción de una arteria de la ingle por la cual se introduce un catéter. Éste se dirigirá hacia la malformación donde se inyectará una sustancia que se solidificará obstruyendo la malformación.