Rinoplastia

¿Qué es la rinoplastia?

La rinoplastia es un tipo de intervención quirúrgica estética cuyo objetivo final es modificar la forma de la nariz para que esta esté proporcionada al resto de la cara.
La nariz se termina de desarrollar durante la adolescencia. Por lo tanto, es en esta etapa cuando aparecen las deformidades nasales y es cuando son menos aceptadas por el paciente.
La rinoplastia permite aumentar o reducir el tamaño de la nariz, modificar la silueta de la punta de la nariz o el tabique (septoplastia) y reducir el tamaño de las alas nasales.
La rinoplastia es la operación más numerosa dentro del conjunto de las estéticas ya que es elegida con frecuencia tanto por hombres como por mujeres.

¿Cuál es el perfil del paciente apto para una rinoplastia?

Como para toda cirugía estética, es necesario que el paciente goce de buena salud. Un buen candidato para operarse sería aquel que pretende mejorar su apariencia física y no aquel que pretende conseguir una nariz perfecta.
Además el tipo de piel, los rasgos étnicos y la edad influyen sobre la condición del paciente para poder operarse.
No se practicará la intervención hasta que la nariz esté completamente desarrollada. Esto sucede sobre los 15 años en las mujeres y un poco más tarde en los hombres.
Sólo se podrá realizar una rinoplastia a pacientes que no tengan la nariz del todo desarrollada cuando la respiración esté gravemente comprometida. 

¿Cómo se realiza la operación?

Para la cirugía de reducción, que es la más frecuente, se utilizará anestesia general o local y sedación. La elección final de la anestesia dependerá del cirujano, de la gravedad de la malformación y de la técnica que vaya a utilizar.
Este tipo de cirugías suelen terminarse en una hora.
Hay dos tipos de técnicas principales para su realización:
  1. La cerrada. En ella se realizan dos pequeñas incisiones dentro de las fosas nasales. Los instrumentos quirúrgicos que van a limar los huesos y cartílagos, se introducen por esas incisiones para llegar hasta el puente y modificarlo. En raras ocasiones serán necesarias otras dos incisiones en la parte externa del puente para terminar el pulido y colocación de las estructuras osteocartilaginosas. No deja cicatrices visibles.
  2. La abierta. En ella se exponen los huesos y cartílagos ya que la incisión se realiza en la columela (parte que separa a las dos fosas nasales). Posteriormente se retira la piel para poder acceder a los huesos con mayor facilidad. La cicatriz será imperceptible después de unos cuantos meses. Esta cirugía se reserva para los casos más graves.
Tipos de incisiones en la columela

Si lo que queremos es aumentar el tamaño nasal, deberemos injertar tejido del cuerpo del propio paciente en la zona nasal y suturar finalmente.


Si queremos remodelar la punta de la nariz, lo que realizaremos es un proceso muy similar al de la reducción (en caso de querer disminuir la punta nasal) o de aumento (si se quiere agrandar).


Si lo que queremos es modificar la apertura de las alas nasales, se extirpa una pequeña porción triangular en la junta entre las alas y el resto de la cara. Como la cicatriz queda en el surco, será imperceptible con el paso del tiempo.

Riesgos

Los asociados a cualquier cirugía (reacción adversa a la anestesia, sangrado o infección). 
Los riesgos asociados explícitamente a esta cirugía son: el entumecimiento de la piel, pequeñas cicatrices que se presentan en la zona basal de la nariz (sobre todo si se utiliza la técnica abierta o si se operan las alas nasales) y sobrecorreción o infracorreción del problema.

Postoperatorio

La mayoría de los pacientes regresan a su domicilio el mismo día de la intervención y en raros casos será necesaria la hospitalización. 
Como para realizar este tipo de intervenciones es necesario fracturar los huesos (lo cual es indoloro) se colocan férulas de hierro que sujetan la nariz en su sitio. Esto favorece la correcta cicatrización en el lugar que queríamos dejar a la nariz. Estas férulas se llevarán de 7 a 10 días.
También todos los pacientes sometidos a dichos procedimientos, será necesario que se coloquen unos tapones nasales durante los 2-3 primeros días.
Las horas siguientes a la operación se comenzará a sentir una leve inflamación que seguirá aumentando hasta provocar edemas o moratones. Es frecuente que se produzcan dolores leves de cabeza que no necesitarán analgesia. 
El edema y los hematomas (que se presentan sobre todo en los párpados) desaparecerán para cuando se pueda sacar la férula.
Cuando, al décimo día, el paciente ve su nueva nariz, suele llevarse una desilusión porque aún está algo hinchada y puede aparecer respingona en la punta. No debe preocuparse por esto ya que al duodécimo día aproximadamente, la nariz ya estará medianamente aceptable.
El resultado final de la cirugía se verá meses después de la misma.

Recomendación personal...

Como en toda cirugía estética, es necesario que esté convencido totalmente de querer realizarla. En caso contrario es desaconsejable.
Vistos los pocos riesgos que tienen este tipo de cirugías y los buenos pronósticos que se presentan, yo recomiendo a toda aquella persona que desee someterse a una rinoplastia que lo hagan.
Finalmente recordar que no siempre se pueden conseguir buenos resultados en el primer intento y que será necesario, incluso, someterse a más operaciones.