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Calentamiento global: "grave, generalizado e irreversible"


El impacto del calentamiento global es probablemente "grave, generalizado e irreversible", según un informe elaborado por Naciones Unidas.
Científicos y funcionarios reunidos en Japón publicaron la evaluación más exhaustiva hasta la fecha del impacto del cambio climático en el mundo.
Los sistemas naturales se están llevando la peor parte actualmente, pero los científicos temen un creciente impacto en los seres humanos.Integrantes del panel del clima de Naciones Unidas dicen que su informe brinda pruebas abrumadoras de la escala de estos efectos.
Es probable que nuestra salud, nuestras casas, nuestros alimentos y nuestra seguridad se vean amenazadas por temperaturas cada vez más altas, señala el documento.
El informe fue acordado después de casi una semana de intensas discusiones en Yokohama.
Este es el segundo de una serie del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) este año, que bosqueja las causas, los efectos y las soluciones al calentamiento global.
Este último documento, el resumen para responsables políticos, pone de relieve el hecho de que la cantidad de evidencias científicas sobre el impacto del calentamiento casi se ha duplicado desde el informe anterior, de 2007.

"Severos, generalizados e irreversibles"


Trátese del derretimiento de los glaciares o del calentamiento de la capa de hielo permanente de las regiones más frías, el resumen subraya el hecho de que en todos los continentes y océanos, los cambios en el clima han impactado los sistemas naturales y humanos durante las últimas décadas.
En palabras del informe, "las crecientes magnitudes del calentamiento aumentan la probabilidad de impactos severos, generalizados e irreversibles".
"Antes de esto pensábamos que sabíamos que esto estaba pasando, pero ahora tenemos pruebas contundentes de que está ocurriendo y es real", afirma el doctor Saleemul Huq, autor principal de uno de los capítulos.
El informe detalla impactos significativos a corto plazo sobre los sistemas naturales en los próximos 20 a 30 años. Detalla cinco razones para preocuparnos de que probablemente se incremente como resultado del calentamiento en que el mundo ya está comprometido.
Estas incluyen amenazas a sistemas únicos como el hielo y los arrecifes coralinos del océano Ártico, donde se dice que los riesgos subirán a "muy altos" con un aumento de 2° C en las temperaturas.
El documento también bosqueja el impacto en los mares y sistemas de agua dulce. Los océanos serán más ácidos, amenazando los corales y las muchas especies que albergan.
Animales, plantas y otras especies comenzarán a mudarse a terrenos más altos o hacia los polos, conforme se eleve el mercurio.
Los seres humanos también son cada vez más afectados, mientras avanza el siglo.

Riesgo alimentario

La seguridad alimentaria es resaltada como un área de preocupación significativa. Las cosechas de maíz, arroz y trigo son impactadas en el periodo que termina en 2050, mostrando pérdidas de más de 25% en una décima parte de las proyecciones.
Después de 2050, aumenta el riesgo de impactos más severos, ya que los ciclos de auge y caída afectan a muchas regiones. Al mismo tiempo, subirá la demanda por alimentos de una población que se calcula en unos 9.000 millones.
Muchas especies de peces, una fuente crucial de alimentos para mucha gente, también se mudarán debido a las aguas más cálidas.
En algunas partes de los trópicos y la Antártica, la pesca potencial podría declinar en más del 50%.
"Esta es una evaluación serena", expresó el profesor Neil Adger, de la Universidad de Exeter (Reino Unido), otro autor del IPCC.
"Si nos proyectamos al futuro, los riesgos sólo aumentan y son relativos a la gente, los impactos en las cosechas, en la disponibilidad de agua y, particularmente, los eventos extremos en la vida y medios de subsistencia de la gente".
Las personas serán afectadas por inundaciones y la mortalidad relacionada con el calor.
El informe advierte de nuevos riesgos, incluida la amenaza a quienes trabajan a la intemperie, como los agricultores y trabajadores de construcción. Hay preocupación por las migraciones vinculadas al cambio climático, así como a los conflictos y la seguridad nacional.
Mientras que es probable que los países más pobres sufran más a corto plazo, los más desarrollados tampoco se escaparán.
"Los ricos tendrán que pensar sobre el cambio climático, lo estamos viendo en Reino Unido, con las inundaciones de hace pocos meses, las tormentas que tuvimos en Estados Unidos y la sequía en California", dice Huq.
"Estos son eventos multimillonarios por los que los ricos tendrán que pagar y hay un límite a lo que pueden pagar".

¿Buenas noticias?

Pero no todas son malas noticias, como indica el copresidente del grupo de trabajo que redactó el informe.
"Creo que realmente el gran avance en este informe es la nueva idea de pensar sobre el manejo del cambio climático como un problema en riesgos administrativos", afirma el doctor Chris Field.
"El cambio climático es realmente importante pero tenemos un montón de herramientas para lidiar efectivamente con él; simplemente necesitamos ser inteligentes al respecto".
El documento hace un énfasis mucho mayor en adaptar los impactos del clima. El problema, como siempre, es quién paga la cuenta.
"No depende del IPCC definir eso", dice el doctor Jose Morengo, funcionario del gobierno de Brasil que estuvo en las conversaciones.

"El informe brinda la base científica para decir que esta es la cuenta, alguien tiene que pagar y con los fundamentos científicos es relativamente más fácil ahora acudir a las negociaciones sobre el clima en la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y comenzar a llegar a acuerdos sobre quién pagará por la adaptación". Fuente: BBC

El granero del fin del mundo


Enterrada a 120 metros de profundidad en una remota isla del archipiélago noruego de Svalbard se encuentra una cámara acorazada repleta de semillas que algún día podría ser la esperanza para los supervivientes de una hipotética catástrofe planetaria. Ese futuro apocalíptico puede parecer en exceso alarmista, pero es el que el Gobierno de Noruega tuvo en mente a la hora de crear el silo, que se inauguró en 2008, una especie de arca de Noé para conservar muestras de cultivos que puedan alimentar a la Humanidad y volver a plantarse si alguna vez se produce una devastadora epidemia agrícola, un fuerte cambio climático o una guerra nuclear, escenarios que, por desgracia, tampoco resultan tan fantasiosos.

En la actualidad, la Cámara Global de Semillas de Svalbard (Svalbard Global Seed Vault) o, como se la conoce popularmente, la Bóveda del Fin del Mundo, alberga 820.000 variedades de semillas provenientes de 231 países. Las últimas 20.000 fueron incorporadas esta misma semana, en el sexto aniversario de la instalación, facilitadas por seis estados o bancos de genes que guardan especies vegetales para protegerlas de la extinción. Australia, Brasil y Japón han sido los últimos en incorporarse. Brasil ha entregado su famosa alubia negra, imprescindible en sus platos más típicos, y el país nipón, preocupado por la seguridad de sus cultivos después del terremoto y tsunami de 2011, cebada. "No existe una aportación de bancos de genes españoles, pero sí hay 4.701 muestras de semillas de nuestros campos, según explica Roland von Bothmer", asesor de la organización.

El silo, mantenido por el Gobierno noruego y el Global Crop Diversity Trust, un grupo que recibe financiación de varios países, entre ellos España, según puede consultarse en su web, y de diferentes entidades privadas, como la Fundación Bill & Melinda Gates o la Rockefeller, conserva su tesoro natural a menos de 18 grados en paquetes precintados que a su vez se colocan en cajas de aluminio. La baja temperatura y el limitado acceso al oxígeno aseguran que los granos mantengan una actividad metabólica baja y retrasa su envejecimiento. Si se produjera un corte de corriente eléctrica, el permafrost, la capa de hielo permanente sobre el suelo del exterior, aseguraría su viabilidad. De esta forma, según la organización, la conservación de las semillas está garantizada incluso durante siglos. Además, el lugar está localizado a tal altitud y tan profundo en las montañas que ni un potencial incremento del nivel del mar ni el derretimiento del permafrost se consideran un riesgo.

Protegida de los instrusos por puertas herméticas, detectores de movimiento y los osos polares que rondan por sus alrededores, la cámara está preparada para soportar todo tipo de grandes catástrofes, como terremotos, explosiones nucleares o erupciones volcánicas. En conjunto, es lo suficientemente grande como para guardar hasta 4,5 millones de muestras. Cada una de ellas contiene una media de 500 semillas individuales, así que esta instalación podría almacenar en el futuro más de 2.000 millones de granos.

'MANÁ' PROTEGIDO

Todo esto convierte a la Bóveda del Fin del Mundo en un moderno 'hórreo' muy diferente al alrededor de un millar y medio de bancos de genes vegetales dedicados a la investigación y la conservación de especies que se reparten por el mundo. Los mayores se encuentran en China, Rusia, Japón, India, Corea del Sur, Alemania y Canadá.


¿Y qué ocurriría en caso de que, en efecto, una Humanidad hambrienta quisiera abrir las puertas del silo ártico y acceder al 'maná' protegido? «Es importante subrayar que la propiedad del material permanece en el banco de genes o el país que lo ha depositado. Lo regula un documento legal entre los dueños legítimos y Noruega. Nadie más puede sacar las semillas», apunta Von Bothmer a este periódico. Esperemos que nunca llegue el momento de comprobarlo.

Las especies más amenazadas en riesgo de extinción


WWF publica su lista anual de las especies más amenazadas en el mundo. La supervivencia de muchos animales es cada vez más preocupante, debido a la pérdida de hábitat, la caza y otros desafíos relacionados con el cambio climático.

Tigre
Estudios recientes indican que puede haber tan sólo 3.200 tigres (Panthera tigris) en su hábitat natural. Los tigres ocupan menos del 7% del territorio original, el cual ha disminuido un 40% durante los últimos 10 años.
La acelerada deforestación y la caza desmedida pueden conllevar a su extinción, como ya sucedió con el tigre de Java y de Bali. Los tigres son cazados porque algunas partes son utilizadas para la medicina tradicional china, al mismo tiempo que sus pieles son altamente cotizadas en el mercado. Adicionalmente, el aumento del nivel del mar, debido al cambio climático, amenaza el hábitat de manglares de la población clave de tigres de la India y Bangladesh. WWF juega un papel importante en la implementación de nuevas estrategias para salvar a este gran felino de Asia. 

Oso polar
El oso polar del Ártico (Ursus maritimus) se ha convertido en un icono de las víctimas afectadas por la pérdida de hábitat debido al cambio climático.
Clasificada como una especie en peligro, por el Acta de Especies Amenazadas de los Estados Unidos, el oso polar se podría extinguir en el próximo siglo, si continúa la tendencia actual de calentamiento en el Ártico. 

WWF apoya investigaciones de campo para entender cómo el cambio climático afecta a los osos polares y desarrollar estrategias de adaptación. WWF trabaja con gobiernos e industrias a fin de reducir amenazas provenientes del transporte, la explotación de gas y petróleo y las comunidades locales. Todo ello para reducir encuentros conflictivos entre humanos y osos, en áreas donde estos se encuentran atrapados en tierra por periodos más largos, debido a la falta de hielo. 

Morsa del Pacífico
El mar de Chuckchi y el mar de Bering en el Ártico son el hogar de la morsa del Pacifico (Odobenus rosmarus divergens), otra de las principales víctimas del cambio climático.
En septiembre de este año se encontraron cerca de 200 morsas muertas en la costa del mar Chuckchi, Alaska. Estos animales dependen de las capas de hielo flotante para descansar, dar a luz, amamantar y proteger a sus crías de los depredadores. Con el derretimiento del hielo en el Ártico, esta especie ha perdido un poiorcentaje tan extenso de su hábitat que en septiembre del 2009 el U.S. Fish and Wildlife Service indicó que la morsa podría añadirse en el Acta de Especies Amenazadas de los Estados Unidos.

Pingüino de Magallanes
Amenazados anteriormente por derrames de petróleo, los pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) se enfrentan ahora a la pérdida de los peces que le sirven de alimento.
Desplazados por corrientes oceánicas cálidas, los peces se alejan cada vez más de sus lugares habituales, forzando a esta ave a viajar más lejos para encontrar alimento.El año pasado cientos de pingüinos de Magallanes llegaron a playas de Río de Janeiro, muchos de ellos muertos o moribundos. 

Los científicos especulan que las variaciones en las corrientes o en las temperaturas, relacionadas con el cambio climático, pueden ser la causa de que estos animales llegaran a playas que se encuentran a más de mil millas al norte de sus áreas tradicionales de anidación, en el sur de Argentina. Actualmente, 12 de las 17 especies de pingüinos están experimentando una rápida disminución en sus poblaciones.

Tortuga laúd
La tortuga laúd (Dermochelys coriacea) es la tortuga marina más grande y uno de los reptiles que ha sobrevivido durante cientos de millones de años. Ahora se encuentra bajo grave peligro de extinción.
Estimaciones recientes indican que su población está declinando, particularmente en el Pacífico, donde se calcula que sólo quedan 2.300 tortugas hembras, convirtiendo a la laúd del Pacífico en la tortuga marina más amenazada en todo el mundo. En el Atlántico, esta tortuga tiene una población más estable, pero los científicos predicen su rápido declive debido al gran número de tortugas que mueren al ser capturadas accidentalmente por embarcaciones de pesca. Una amenaza adicional a esta especie y a sus nidos es el aumento en el nivel del mar, así como temperaturas más altas en las playas del Atlántico. 

El objetivo de WWF es proteger la ruta migratoria de la tortuga laúd, trabajando con pescadores para reducir la pesca accidental, proteger las playas de anidación prioritarias y concienciar a las comunidades locales para cuidar las tortugas y sus nidos. 

Atún rojo
El atún rojo (Thunnus thynnus) es un pez migratorio de gran tamaño que se localiza en el este y oeste del Atlántico y en el mar Mediterráneo.
El atún rojo es utilizado en la preparación de sushi de primera calidad. La especie se encuentra muy cerca del colapso si continúan las prácticas de pesca no sostenibles en el Atlántico y en el Mediterráneo. La prohibición temporal del comercio internacional del atún rojo podría permitir la recuperación de esta especie sobreexplotada. WWF pide a restaurantes, chefs, comerciantes y consumidores que dejen de ofrecer, comprar, vender y consumir atún rojo hasta que la especie demuestre signos de recuperación.

Gorila de montaña
Los científicos consideran que el gorila de montaña (Gorilla beringei beringei) es una subespecie de gorila en peligro crítico de extinción, con sólo 720 individuos en su hábitat natural.
Más de 200 gorilas de montaña viven en el Parque Nacional Virunga, localizado en el este de la República Democrática del Congo, en la frontera con Ruanda y Uganda. Conflictos de guerra en áreas cercanas al parque han aumentado su caza y pérdida de hábitat. Gracias a los esfuerzos de conservación durante los últimos 12 años en Virunga, la población de gorilas ha aumentado un 14%, así como un 12% en el Bwindi, en Uganda, considerado el segundo hogar de estos gorilas.

Mariposa monarca
Cada año millones de delicadas mariposas monarcas (Danaus plexippus) emigran de Canadá y el Norte de los Estados Unidos para pasar el invierno en los bosques de México.
La conservación y protección efectiva del bosque de oyamel y pino de altitud en México es esencial para la supervivencia de los lugares de hibernación de las mariposas monarcas, lo que se ha reconocido como un fenómeno biológico en peligro de extinción. La protección de sus hábitats reproductivos en los Estados Unidos y Canadá es igualmente crucial para salvar la migración de esta especie.

WWF ha diseñado una estrategia de conservación innovadora para proteger y restaurar el hábitat de hibernación de las mariposas monarcas en México, a fin de protegerlas de climas extremos y otras amenazas. WWF apoya a las comunidades locales para establecer invernaderos de árboles, que se reintroducen posteriormente a la reserva de la mariposa monarca, creando al mismo tiempo nuevas fuentes de ingresos para los dueños del bosque de las monarcas.

Rinoceronte de java
En estado crítico de extinción en la Lista Roja del IUCN (2009), el rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus) es considerado el mamífero más grande en peligro de extinción a nivel mundial, con una población total de 60 animales.
Muy cotizado por su uso en la medicina tradicional china, la población de los rinocerontes de Java también ha disminuido por la conversión de su hábitat de bosque a campos de cultivo. WWF ha estado presente en la protección y conservación del rinoceronte de Java desde 1998, apoyando a los guardabosques para aumentar el patrullaje y las actividades de protección, desarrollando censos de la población de rinocerontes, creando conciencia de la importancia de los rinocerontes entre las comunidades locales y apoyando el manejo y la administración de parques. El mes pasado, con la ayuda de perros altamente entrenados, WWF encontró huellas del único y extraño Rinoceronte de Java vietnamita, del cual se piensa que existen no más de doce ejemplares. 

Panda gigante
El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca), símbolo internacional de conservación de WWF desde su fundación en 1961, enfrenta un futuro incierto, con menos de 2.500 ejemplares en su hábitat natural.
Su hábitat forestal en las montañas sudoccidentales de China se ha fragmentado, ocasionando su separación y detrimento poblacional. WWF ha estado colaborando en la conservación del panda gigante durante casi tres décadas, conduciendo estudios de campo, trabajando en la protección de hábitats, y más recientemente, apoyando al gobierno chino en el establecimiento de un programa para la protección del panda y su hábitat a través de la creación de reservas. 

Y en España...
Además de compartir el problema mundial del atún rojo, en nuestro país podemos destacar la presencia del felino más amenazado del Planeta, el lince ibérico. Este animal cuenta con tan sólo doscientos ejemplares en todo el mundo, localizados entre Sierra Morena y Doñana.

La fragmentación de su hábitat, la pérdida de alimento y la mortalidad directa relacionada con el hombre (venenos, disparos, atropellos) son sus amenazas más importantes. WWF trabaja en su conservación desde hace más de 10 años, desarrollando proyectos de conservación, concienciación ambiental y luchando contra las amenazas externas que afectan a la supervivencia de la especie. Fuente: WWF

Tráfico de vida silvestre: ¿legalizarla?


El tráfico ilegal de animales es un negocio que mueve anualmente una cantidad descomunal de dinero: US$19.000 millones.
Y todos esos billetes son a costa de los colmillos de los elefantes, los cuernos de los rinocerontes, las pieles de los grandes felinos, los cuales son cazados de forma ilegal para suplir una demanda que algunos comparan con el negocio de las drogas.
"El marfil y el cuerno de rinoceronte son la cocaína el sudeste asiático", tituló al respecto Simon Jenkins, columnista de diario británico The Guardian.
Al año son cazados de manera ilegal unos 20.000 elefantes y 1.000 rinocerontes, entre otras especies.
Por esa razón esta semana se reunieron en Londres representantes de 40 países y 11 organizaciones para tratar el tema.
Y a pesar de la contundencia de las cifras, durante la reunión se planteó una propuesta polémica: la legalización del comercio de estos animales para suplir la demanda.

La propuesta

Aunque hace más de 30 años que se viene tocando el tema, en junio de 2013 el gobierno de Sudáfrica propuso la legalización del comercio de cuernos de rinoceronte, con el objetivo de reducir la caza furtiva de estos animales en su territorio.

Al año mueren unos 1.000 rinocerontes en África para quitarles sus cuernos.
Para el economista Michael 'It Rolfes, la idea es buscar alternativas para evitar el sacrificio indiscriminado de los animales mediante un comercio controlado.
"No se ve una reducción de la demanda en el corto plazo. Las personas en el lejano oriente creen firmemente en que el cuerno de rinoceronte puede curar el cáncer u otras enfermedades y el mercado negro lo único que hace es lucrar con esa creencia", explicó Rolfes a los medios durante la conferencia.
Una de las alternativas que proponen no solo Rolfes sino distintas organizaciones alrededor del mundo es la de la "ganadería" de rinocerontes, que permita criar una cierta cantidad de ejemplares para suplir el mercado global.
"También debemos buscar la manera de reunir los cuernos que obtenemos de los animales que han muerto de forma más efectiva. La idea es evitar que mueran más animales de forma ilegal y sin control", señaló Rolfes.

No hay datos ciertos

Sin embargo, muchos especialistas y organismos son escépticos ante la posibilidad de la idea de la legalización.
Ante la propuesta de la "ganadería" no solo hecha por Rolfes sino también por conservacionistas como Brendan Moyle, surgen varios interrogantes.

Algunos de los puntos acordados por los representantes de 40 países en la reunión de Londres sobre protección de la vida salvaje, contra el tráfico ilegal y la caza furtiva son:
Tratar el tráfico de animales como un crimen serio, de acuerdo a la convención de Naciones Unidas contra el crimen organizado internacional.
Manejar el problema de corrupción y lavado de dinero relacionado con el tráfico de animales con leyes de cero tolerancia.
Fortalecer el marco legal contra el crimen y ayudar a la fuerza pública que se enfrenta contra este tipo de crímenes.
Buscar apoyo interinstitucional para robustecer la eficacia de las entidades dedicadas a cuidar la vida silvestre.
Denunciar a los gobiernos que estén facilitando el tráfico ilegal.
Denunciar a los gobiernos que utilizan los productos prohibidos o ilegales de especies en peligro de extinción.
"Una de las principales dificultades que tiene una propuesta de esa naturaleza es que carece de fundamentos reales, está basada en una economía de servilleta, muy básica", le dijo a BBC Mundo el profesor del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México, Alejandro Nadal.
Nadal, quien estuvo en las conversaciones de Londres, señaló que las organizaciones detrás del comercio ilegal tienen muchas formas de hacer una "guerra de precios" que, si no se enfrenta de manera adecuada, podría ser fatal para la protección de las especies.
"Los traficantes no están solo detrás de los cuernos de rinoceronte, también están en el negocio de las pieles, del marfil, de los animales exóticos. Y pueden manejar los precios de cualquier producto sin poner en peligro su rentabilidad", explicó Nadal.
Para él la lucha debe encaminarse a reducir la demanda a través del mercadeo.
"Japón y Europa eran grandes compradores de marfil hace cien años y de alguna manera eso se logró cambiar. Es falso decir que la demanda no se puede reducir", dijo el académico.

Crimen organizado

Otro factor que los analistas observaron fue el preocupante aumento de la participación de organizaciones criminales dedicadas al comercio del tráfico animal.
"Grupos que habitualmente estaban dedicados al tráfico de drogas o la venta de armas, se están moviendo hacia el comercio de animales", le dijo a la BBC Davyth Stewart, miembro de inteligencia de la Interpol.
Evidentemente no es una pelea justa: conservacionistas contra bandas criminales.
Sin embargo, los expertos en vida salvaje afirman que es una pelea que deben tomar.
El problema en esta lucha es que, según el mismo Stewart, los criminales lucran con mucho dinero con un riesgo muy bajo.
"No hay recursos en las fuerzas policiales para combatir como se debe este delito. Y por supuesto, en la policía existen otras prioridades", dijo Stewart.
Y añadió que "además es un asunto que también pasa por la legislación. Por ejemplo, el año pasado en Irlanda arrestaron a dos hombres por una carga de cuernos de rinocerontes que valía casi US$ 1,5 millones y solo recibieron una multa por 500 euros".

Otro de los "rubros" del comercio ilegal de vida silvestre son las pieles. Tigres, leopardos y osos son los más apreciados en el lejano oriente.

Demanda y oferta

La mayoría de los activistas presentes en la reunión están de acuerdo con Nadal: uno de los problemas que debe combatirse es el de la alta demanda de marfil y cuernos de rinocerontes.
Es sencillo: si la gente no quiere más productos animales, el mercado no existe, se acaba el negocio, los criminales pierden interés, los intermediarios se desvanecen y los cazadores furtivos paran de cazar.
"Creo que el gran desafío ahora es que la demanda por productos de animales salvajes está por las nubes, disparada", le dijo a la BBC John Robinson, director de la Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje.
"Lo que estamos viendo es una fuerte demanda de los países del lejano oriente, especialmente China", explicó Robinson.

"Hay dos pasos para resolver la demanda: que la gente comprenda que esos objetos vienen de animales vivos. Y que para obtener ese material, hay que matar al animal. Eso no lo entiende mucha gente en el mundo", concluyó Robinson. Fuente: BBC

Cambio climático: últimas noticias sobre el fin del mundo, Dahr Jamail


Crecí planificando mi futuro, preguntándome a qué universidad me gustaría asistir, qué estudiaría y, más tarde, dónde trabajaría, qué artículos escribiría, cuál podría ser mi próximo libro, cómo pagaría una hipoteca y cuál sería la próxima excursión de montaña que me gustaría hacer.
Ahora, me pregunto sobre el futuro de nuestro planeta. Durante una reciente visita con mi sobrina de 8 años y mis sobrinos de 10 y 12, me contuve de preguntarles qué querían hacer cuando fueran mayores, o cualquiera de las preguntas orientadas al futuro que solía hacerme a mí mismo. Lo hice porque la realidad de su generación bien puede ser que aquellas preguntas sean reemplazadas por dónde conseguirán agua dulce, de qué alimentos dispondrán y qué partes de su país y del resto del mundo serán todavía habitables.
La razón, por supuesto, es el cambio climático, y todo lo malo que podría ocasionar me fue revelado en el verano de 2010. Estaba escalando el Monte Rainier, en el estado de Washington, por la misma ruta que había utilizado en un ascenso de 1994. En lugar de experimentar las puntas metálicas de los crampones unidos a las botas crujiendo en el hielo de un glaciar, me di cuenta de que, a gran altura, aún estaban raspando contra la roca volcánica a la vista. Hacia el anochecer, mis pasos provocaban chispas.
La ruta había cambiado tan drásticamente como para confundirme. Me detuve en un momento para mirar en lo profundo del acantilado hacia un glaciar bañado por la suave luz de la luna, unos cien metros más abajo. Se me cortó el aliento cuando me di cuenta de que estaba mirando lo que quedaba del enorme glaciar que había escalado en 1994, justo en aquel sector en que había hecho crujir el hielo con los crampones. Me detuve en seco, respirando el aire enrarecido de esas altitudes, mi mente luchando por entender el drama inducido por el cambio climático que se había desarrollado desde la última vez que había estado en ese lugar.
No he vuelto a Mount Rainier para ver cuánto más ha retrocedido el glaciar en los últimos años, pero recientemente me embarqué en una búsqueda para entender cuánto malo podía ser. Descubrí un conjunto de científicos serios -para nada una mayoría de los científicos del clima, pero atípicamente reflexivos – que sugieren que el asunto no es solo muy, muy malo: es catastrófico. Algunos de ellos, incluso, creen que si el actual ritmo de emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, por la quema de combustibles fósiles, se combina con la liberación masiva de metano, un gas de efecto invernadero aún más potente, la vida tal como la hemos conocido los seres humanos se terminará en el planeta. Temen que estemos cayendo por un precipicio a un ritmo espeluznante.
Los más conservadores en ciencias del clima, representados por el prestigioso Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), pintan escenarios apenas menos espeluznantes, pero dediquemos un poco de tiempo -como hice yo- a lo que podríamos llamar científicos al borde del precipicio, y a escuchar exactamente lo que tienen que decir.
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“Como especie, nunca hemos experimentado 400 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera “, dijo Guy McPherson, profesor emérito de biología evolutiva, recursos naturales y ecología de la Universidad de Arizona, experto en cambio climático hace 25 años . “Nunca hemos estado en un planeta sin hielo en el Ártico, y vamos a romper el techo de las 400 ppm … en un par de años. En ese momento, también veremos cómo desaparece el hielo del Ártico en el veran0. Este planeta no ha experimentado un Ártico libre de hielo durante al menos los últimos tres millones de años “.
Para los no iniciados, en los términos más simples, esto es lo que significaría un Ártico libre de hielo cuando de calentar el planeta se trata: con menor capa de hielo sobre las aguas del Ártico que la refleje, la radiación solar sería absorbida directamente por el mar Ártico. Esto calentaría las aguas y, por lo tanto el planeta, todavía más. Este efecto tiene el potencial de cambiar los patrones climáticos globales, variar el flujo de los vientos e incluso algún día posiblemente alterar la posición de las corrientes de viento más altas, o jet streams. Las jet streams polares son como ríos de corrientes rápidas que fluyen en lo alto en la atmósfera de la Tierra y empujan a las masas de aire frío y caliente, jugando un papel fundamental en la determinación del clima del planeta.
McPherson, que tiene el blog Nature Bats Last (La naturaleza es la última en golpear), añadió: “Nunca hemos llegado hasta este punto como especie y las implicaciones son verdaderamente graves y profundas para nuestra especie y para el resto del planeta viviente”.
Aunque su perspectiva es más extrema que la del grueso de la comunidad científica, que considera que un verdadero desastre puede ocurrir dentro de muchas décadas, McPherson está lejos de ser el único científico que expresa tales preocupaciones. El profesor Peter Wadhams, experto del Ártico de la Universidad de Cambridge, ha estado midiendo el hielo del Ártico durante 40 años, y sus hallazgos ponen de relieve los temores de McPherson. “El descenso en el volumen de hielo es tan rápido que vamos a quedar en cero muy rápidamente”, dijo Wadhams a la prensa. De acuerdo con datos actuales, se estima “con un 95 por ciento de certeza” que el Ártico tendrá veranos completamente libres de hielo en 2018 (investigadores de la Armada de Estados Unidos predijeron un Ártico sin hielo incluso para antes, en 2016.)
El científico británico John Nissen, presidente del Grupo de Emergencia de Metano del Ártico (del cual Wadhams es miembro), sugiere que si la pérdida de hielo marino del verano pasa “el punto de no retorno” y “se liberan catastróficas cantidades de metano del Ártico”, estaremos en una “emergencia planetaria instantánea.”
McPherson, Wadham y Nissen representan sólo la punta de un iceberg en deshielo de científicos que ya nos está advirtiendo sobre un inminente desastre que afecta especialmente a la liberación de metano del Ártico. En la atmósfera, el metano es un gas de efecto invernadero que, en una escala de tiempo de relativamente corto plazo, es mucho más destructivo que el dióxido de carbono (CO2). Es 23 veces más potente que el CO2 por molécula en una escala de tiempo de 100 años, 105 veces más potente a la hora de calentar el planeta en una escala temporal de 20 años. Y el permafrost ártico, en tierra y más allá de la costa, está lleno de metano. “El lecho marino –dice Wadham- es un permafrost en alta mar, pero ahora se está calentando y fundiendo. Ahora estamos viendo grandes penachos de metano burbujeando en el Mar de Siberia … millones de kilómetros cuadrados, donde la cubierta de metano está siendo liberada”.
Según un estudio recién publicado en la revista Nature Geoscience, se está liberando el doble de metano de lo que se creía desde la Plataforma Ártica de Siberia Oriental, un área dos millones de kilómetros cuadrados frente a las costas del norte de Siberia. Sus investigadores encontraron que al menos 17 teragramos (un millón de toneladas) de metano están siendo liberados a la atmósfera cada año, cuando un estudio de 2010 había detectado sólo 7 teragramos liberados.
Al día siguiente de que Nature Geoscience publicó su estudio, un grupo de científicos de la Universidad de Harvard y otras instituciones académicas publicó un informe en Proceedings of the National Academy of Sciences que muestra que la cantidad de metano que se emite en Estados Unidos, tanto de petróleo como de actividades agrícolas, podría ser un 50% mayor que las estimaciones previas y 1,5 veces más altas que las estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) norteamericana.
¿Qué tan serio es el potencial global de metano acumulado? No todos los científicos creen que sea una amenaza inmediata o incluso la principal amenaza que enfrentamos, pero Ira Leifer, experto en atmósfera y océanos de la Universidad de California, Santa Barbara, y uno de los autores del reciente estudio sobre el metano del Ártico, me señaló que “la extinción masiva del Pérmico ocurrida hace 250 millones de años está relacionada con el metano que se cree es la clave de lo que causó la extinción de la mayoría de las especies en el planeta entonces.” En ese episodio de extinción, se estima que el 95% de todas las especies fueron exterminadas.
También conocida como “La Gran Mortandad”, fue provocada por un flujo de lava masiva en una zona de Siberia que dio lugar a un aumento de la temperatura global de 6°C. Eso, a su vez, provocó el derretimiento de los depósitos de metano congelados bajo los mares. Liberados a la atmósfera, provocaron que las temperaturas se dispararan aún más. Todo ocurrió en un período de unos 80 mil años.
Actualmente, estamos en medio de lo que los científicos consideran la sexta extinción masiva de la historia planetaria, con entre 150 y 200 especies que se extinguen cada día, a un ritmo mil veces mayor que la tasa de extinción “natural” o de “background”. Este evento ya puede ser comparable con, o incluso superior a, la velocidad e intensidad de la extinción masiva del Pérmico. La diferencia es que la nuestra es causada por el hombre, no va a tomar 80.000 años, sólo llevó hasta ahora unos pocos siglos y está ganando velocidad de una forma no lineal.
Es posible que, sobre las grandes cantidades de dióxido de carbono procedentes de los combustibles fósiles que siguen entrando en la atmósfera en cantidades anuales récord, un aumento de la liberación de metano marque el comienzo de la clase de proceso que llevó a la Gran Mortandad. Algunos científicos temen que la situación sea ya tan grave y con tantos circuitos de retroalimentación en marcha que vayamos camino de causar nuestra propia extinción. Peor aún, algunos están convencidos de que podría ocurrir mucho más rápidamente de lo que generalmente se cree posible: incluso en el transcurso de las próximas décadas.
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Como reza un informe de la NASA, “¿es un gigante climático dormido el que se despereza en el Ártico?”: “A lo largo de cientos de miles de años, los suelos congelados o permafrost del Ártico han acumulado grandes reservas de carbono orgánico -un estimado de 1.400 a 1.850 petagramos (un petagramo es 2,2 billones de libras, o mil millones de toneladas métricas). Eso es aproximadamente la mitad de todo el carbono orgánico almacenado en los suelos de la Tierra. En comparación, cerca de 350 petagramos de carbono se han emitido desde toda la combustión de combustibles fósiles y de las actividades humanas desde 1850. La mayor parte de este carbono se encuentra en suelos vulnerables a la descongelación, a tres metros de profundidad”.
Científicos de la NASA, y otros, están aprendiendo que el permafrost del Ártico -y su carbono almacenado – pueden no estar tan permanentemente congelados como su nombre lo indica. El científico Charles Miller, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, es el investigador principal de Experimento de Vulnerabilidad de los Reservorios Árticos (CARVE), una campaña de cinco años dirigida por la NASA sobre el terreno para estudiar cómo el cambio climático está afectando el ciclo del carbono en el Ártico. Miller le dijo a la NASA: ”Los suelos de permafrost se están calentando incluso más rápido que la temperatura del aire del Ártico –de 2.7 a 4.5 grados Fahrenheit o(1,5 a 2,5°C) en tan sólo los últimos 30 años. Como el calor de la superficie de la Tierra penetra en el permafrost, amenaza con remover estos reservorios de carbono orgánico y liberarlos a la atmósfera en forma de dióxido de carbono y metano alterando el balance de carbono del Ártico y, en gran medida agrava, el calentamiento global “.
El investigador teme que los resultados potenciales sean el derretimiento a gran escala del permafrost. Como señala, “los cambios en el clima pueden desencadenar transformaciones que simplemente no son reversibles en nuestras vidas, que puede causar cambios rápidos en el sistema de la Tierra que requerirán adaptaciones por las personas y los ecosistemas.”
El reciente estudio de la NASA destaca el descubrimiento de fuentes de metano activas y crecientes de hasta 150 kilómetros de diámetro. Un científico a bordo de un barco de investigación lo describió como un burbujeo notable a simple vista, en el que el agua de mar se parece a una gran piscina de soda. Entre los veranos de 2010 y 2011, de hecho, los científicos encontraron que en el transcurso de unos años unas ventanas de metano de sólo 30 centímetros de diámetro se habían vuelto de un kilómetro de ancho, un aumento del 3,333% y un ejemplo de la rapidez con la que partes del planeta están respondiendo a la alteración del clima.
Miller reveló otro hallazgo alarmante: “Algunas de las concentraciones de metano y dióxido de carbono que hemos medido han sido grandes, y estamos viendo patrones muy diferentes de lo que sugieren los modelos”, comentó sobre algunas de las conclusiones del CARVE. “Vimos explosiones a gran escala regional de más dióxido de carbono y metano que lo normal en el interior de Alaska y en toda la vertiente norte durante el deshielo de primavera, y que duró hasta después del recongelamiento de otoño. Para citar otro ejemplo, en julio de 2012 vimos metano en los pantanos Innoko Wilderness, cuyo nivel estaba 650 partes por mil millón más alto que los normales. Eso es similar a lo que puedes encontrar en una gran ciudad”.
Moviéndose debajo del Océano Ártico, donde están el hidrato de metano -a menudo descrito como gas metano rodeado de hielo- un informe de marzo de 2010 publicado por Science indicó que contienen acumulativamente el equivalente a de 1.000 a 10.000 gigatoneladas de carbono. Comparemos este total con las 240 gigatoneladas de carbono que la humanidad se ha emitido a la atmósfera desde el inicio de la revolución industrial.
Un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature en julio de 2013 sugirió que un “eructo” de 50 gigatoneladas de metano a partir de la descongelación del permafrost del Ártico bajo el mar de Siberia Oriental es “muy posible en cualquier momento”. Eso sería el equivalente a al menos 1.000 gigatoneladas de dióxido de carbono.
Incluso el relativamente sobrio IPCC ha advertido sobre tal escenario: “La posibilidad de un cambio climático abrupto y/o cambios bruscos en el sistema de la Tierra provocado por el cambio climático, con consecuencias potencialmente catastróficas, no se puede descartar. La retroalimentación positiva de calentamiento podría causar la liberación de carbono o el metano de la biosfera terrestre y los océanos”.
En los dos últimos siglos, la cantidad de metano en la atmósfera ha aumentado de 0,7 partes por millón a 1,7 partes por millón. La introducción de metano en grandes cantidades en la atmósfera, temen algunos científicos del clima, puede tornar inevitable un aumento de la temperatura global de entre 4°C y 6°C.
La capacidad de la mente humana de captar y entender esa información está poniéndose a prueba. Y mientras esto pasa, más datos sigue llegando — y las noticias no son buenas.
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Consideremos esta cronología:
Fines del 2007: El IPCC anuncia que el planeta va a sufrir un aumento de temperatura de un grado Celsius debido al cambio climático hacia 2100.
Fines de 2008: El Centro Hadley para la Investigación de Meteorología pronostica un aumento 2°C para 2100.
Mediados de 2009: El Programa Ambiental de la ONU predice un aumento de 3,5 °C para 2100. Este incremento podría eliminar el hábitat para los seres humanos en este planeta, ya que casi todo el plancton de los océanos sería destruido, y los cambios de temperatura asociados matarían muchas plantas de la tierra. Los seres humanos nunca han vivido en un planeta con 3,5 C por encima de la actual línea de base.
Octubre 2009: el Centro Hadley para la Investigación Meteorológica difunde una predicción actualizada, que sugiere un aumento de la temperatura de 4°C para 2060.
Noviembre de 2009: el Global Carbon Project, que monitorea el ciclo global del carbono, y el Copenhagen Diagnosis, un informe de la ciencia del clima, predicen 6°C y 7°C de aumento en la temperatura media, respectivamente, para 2100.
* Diciembre de 2010: el Programa Ambiental de la ONU predice un aumento de hasta 5°C para 2050.
2012: el informe World Energy Outlook de la conservadora Agencia Internacional de la Energía (AIE) establece un aumento de 2°C en 2017.
Noviembre de 2013: la misma AIE predice un aumento de 3,5°C para 2035.
Una reunión informativa de la fallida Conferencia de Partes (COPA) de Copenhague de la ONU sobre cambio climático en 2009 proporcionó este resumen: “El nivel del mar a largo plazo que corresponde a la concentración actual de CO2 es de unos 23 metros por encima de los niveles actuales, y las temperaturas serán más altas en 6° C o más. Estas estimaciones se basan en registros climáticos reales a largo plazo, no en modelos “.
El 3 de diciembre, un estudio de 18 eminentes científicos, entre ellos el ex director del Instituto Goddard de la NASA para Estudios Espaciales, James Hansen, demostró que el largamente sostenido objetivo internacional de limitar los aumentos en la temperatura media mundial a 2° C estaba errado y muy por encima del umbral de 1°C que debería mantenerse para evitar los efectos de un cambio climático catastrófico.
Y tengamos en cuenta que las distintas evaluaciones principales de las futuras temperaturas globales rara vez asumen lo peor acerca de la posible retroalimentación climáticas como las del metano.
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Las muertes relacionadas con el cambio climático ya se estiman en cinco millones al año, y el proceso parece estar acelerándose más rápidamente que la mayoría de lo que los modelos climáticos han sugerido. Incluso sin tener en cuenta la liberación de metano congelado en el Ártico, algunos científicos ya están pintando un cuadro verdaderamente desolador del futuro humano. Por ejemplo, el biólogo Neil Dawe, del Canadian Wildlife Service , dijo en agosto a un periodista que no le sorprendería que la generación que le sigue fuera testigo de la extinción de la humanidad. Alrededor del estuario próximo a su oficina en la isla de Vancouver, él ha sido testigo de la desintegración de la “red de la vida” y “eso está pasando muy rápido”.
“El crecimiento económico es el mayor destructor de la ecología”, dice Dawe. “Aquellas personas que piensan que puede tener una economía en crecimiento y un medio ambiente sano están equivocados. Si no rebajamos nuestros números, la naturaleza lo hará por nosotros”. Y él no es de los que confían en que la Humanidad será capaz de salvarse a sí mism. “Todo está peor y seguimos haciendo las mismas cosas. Porque los ecosistemas son tan resistentes, que no castigan la estupidez precisamente de inmediato”,
Guy McPherson, de la Universidad de Arizona, comparte esos temores. “Vamos a tener muy pocos seres humanos en el planeta debido a la falta de hábitat”, dice. Sobre los estudios recientes que muestran lo que implicará el aumento de temperatura para ese hábitat, aclara que “sólo están contemplando el CO2 en la atmósfera”.
La pregunta entonces es: ¿podría alguna versión de extinción o casi extinción debida al cambio climático acabar con la humanidad, y posiblemente en un lapso increíblemente corto? Cosas similares han ocurrido en el pasado. Hace 55 millones de años, un aumento de 5°C en la temperatura media mundial ocurrió al parecer en sólo 13 años, según un estudio publicado en la edición de octubre 2013 de Proceedings of the National Academy of Sciences. Otro reporte de la edición de agosto 2013 de Science reveló que en el corto plazo el clima de la Tierra cambiará diez veces más rápido que en cualquier otro momento de los últimos 65 millones de años.
“El Ártico se está calentando más rápido que cualquier otro lugar en el planeta”, dijo el climatólogo Hansen. “Hay posibles efectos irreversibles de la fusión del hielo marino del Ártico. Si con ello luego el Océano Ártico se calienta, y se calienta el fondo del océano, entonces vamos a empezar a liberar los hidratos de metano. Y si dejamos que esto suceda, es un punto de inflexión potencial que no vamos a queremos que ocurra. Si quemamos todos los combustibles fósiles, entonces sin duda el hidrato de metano, con el tiempo, será liberador y agregará varios grados centígrados más de calentamiento, y no está claro que la civilización pueda sobrevivir a semejante cambio climático extremo”.
Sin embargo, mucho antes de que la humanidad haya quemado todas las reservas de combustibles fósiles en el planeta, grandes cantidades de metano serán liberadas. El cuerpo humano es potencialmente capaz de manejar un aumento de 6°C a 9°C en la temperatura del planeta, pero los cultivos y el hábitat que utilizamos para la producción de alimentos, no. Como dijo McPherson, “con un aumento de la línea de base de 3,5°C a 4°C, no veo ninguna manera de tener hábitat. Estamos a 0,85 C por encima de la línea de base y ya ha actuado de desencadenante de todos estos ciclos de retroalimentación climáticos”.
Y añade: “Toda la evidencia apunta a un aumento seguro de 3,5°C a 5°C de la temperatura global por encima de la “norma” de 1850 para mediados de este siglo, posiblemente mucho antes. Esto garantiza una retroalimentación positiva, ya en marcha, lo que lleva a 4,5°C-6°C o más grados por encima de esa base, lo que es un nivel letal para la vida. Esto es en parte debido al hecho de que los seres humanos tienen que comer y las plantas no pueden adaptarse con la suficiente rapidez para los siete mil a nueve mil millones de habitantes que seremos. Así que vamos a morir”.
Si creen que el comentario de McPherson sobre la falta de adaptabilidad es exagerada, tenga en cuenta que la tasa de evolución arrastra el ritmo del cambio climático a un factor de 10.000, según un paper de la edición de agosto 2013 de Ecology Letters. Por otra parte, David Wasdel, director del Proyecto Apollo-Gaia y experto en múltiples dinámicas de retroalimentación, dice: “Estamos experimentando un cambio de 200 a 300 veces más rápido que cualquiera de los eventos de extinción principales anteriores”.
Wasdel cita con especial alarma determinados informes científicos que muestran que los océanos ya han perdido el 40% de su fitoplancton, la base de la cadena alimentaria oceánica mundial, debido a la acidificación inducida por el cambio climático y a las variaciones de la temperatura atmosférica (según el Center for Ocean Solutions: “Los océanos han absorbido casi la mitad de las emisiones humanas de CO2 lanzado desde la Revolución Industrial. Aunque esto ha moderado el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero, está alterando químicamente los ecosistemas marinos cien veces más rápidamente de lo que ha cambiado en al menos los últimos 650.000 años”).
“Esto ya es un evento de extinción en masa. La pregunta es hasta dónde va a llegar, qué tan grave será. Si no somos capaces de detener la tasa de aumento de la temperatura y volver a ponerla bajo control, entonces un evento de alta temperatura, tal vez otros 5°C-6°C borraría al menos el 60% y el 80% de las poblaciones y las especies de la vida en la Tierra”.
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En noviembre de 2012, incluso Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial (una institución financiera internacional que concede préstamos a los países en desarrollo), advirtió que “un mundo 4°C más caliente puede, y debe, evitarse. La falta de acción sobre el cambio climático amenaza con hacer que nuestros hijos hereden un mundo completamente diferente del que estamos viviendo en la actualidad”.
Un informe encargado al Banco Mundial advirtió que sí estamos en camino de un “mundo 4°C más cálido” marcado por olas de calor extremo y la subida del nivel del mar amenazante para la vida.
Los tres diplomáticos sobrevivientes que lideraron las conversaciones sobre cambio climático de la ONU afirman que hay pocas posibilidades de que el próximo tratado sobre el clima, si alguna vez se aprueba, evite que el mundo se sobrecaliente. “No hay nada que pueda ser acordado en 2015 que pudiera estar en línea con la meta de los 2°C”, afirma Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2009, cuando fracasaron los intentos de llegar a un acuerdo en una cumbre en Copenhague. “La única manera de que un acuerdo de 2015 (en París, N.de la T.) pueda alcanzar una meta de 2 grados es desconectar de golpe toda la economía mundial”.
El experto en atmósfera y océanos Ira Leifer está especialmente preocupado por los cambios en los patrones de precipitación que un proyecto de informe del IPCC, recientemente filtrado a la prensa, sugiere para el futuro: “Cuando miro que los modelos predicen un mundo de 4°C más caliente, veo muy poca lluvia en vastas franjas de la población. Si España se convierte en Argelia, ¿dónde conseguirán los españoles el agua para sobrevivir? Tenemos partes del mundo muy pobladas que tienen altas precipitaciones y cultivos, y cuando las lluvias y los cultivos desaparezcan y el país se empiece a parecer más al norte de África, ¿qué mantendrá con vida a la gente?”
El informe del IPCC sugiere que podemos esperar un cambio generalizado de los patrones de lluvia mundiales más al norte, quitando del futuro suministro de agua a áreas que ahora reciben abundantes lluvias. La historia nos muestra que cuando el suministro de alimentos colapsa, surgen las guerras, al tiempo que el hambre y las enfermedades se propagan. Todas estas cosas, temen los científicos ahora, podría suceder en una escala sin precedentes, especialmente dada la naturaleza interconectada de la economía global.
“Algunos científicos sugieren hacer planes para adaptarnos a un mundo de 4°C más cálido”, comenta Leifer. “Si bien es prudente, uno se pregunta cuál es la parte de la población que vive ahora que podría adaptarse a un mundo así, y mi opinión es que es sólo unos pocos miles de personas que busquen refugio en el Ártico o la Antártida”.
No es sorprendente que los científicos con estos puntos de vista a menudo no sean los más populares de la clase. McPherson, por ejemplo, a menudo es llamado “Guy McStinction”, a lo que responde: “Sólo reporto resultados de otros científicos. Casi todos estos resultados se difunden en publicaciones establecidas y reconocidas. No creo que nadie esté cuestionando a la NASA, o Nature o a Science, o Proceedings of the National Academy of Sciences. Estos y otros que reporto son razonablemente bien conocidos y provienen de fuentes legítimas, como la NOAA (la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense), por ejemplo. No estoy inventando esta información, sólo estoy conectando un par de puntos, y es algo para lo que muchas personas tienen dificultades “.
McPherson no tiene muchas esperanzas para el futuro, ni en la voluntad del gobierno para hacer algo parecido a los cambios radicales que serían necesarios para aliviar rápidamente el flujo de gases de efecto invernadero a la atmósfera, ni espera que los principales medios de comunicación pongan mucho esfuerzo en la presentación de informes sobre todo esto porque, como él dice, “no hay mucho dinero en el fin de la civilización, y menos aún en la extinción humana”. La destrucción del planeta, por otro lado, es una buena apuesta “porque hay dinero en esto, y siempre y cuando sea ese el caso, va a continuar”.
Leifer, sin embargo, está convencido de que existe una obligación moral para no darse por vencido y que se podría torcer el camino hacia la destrucción global. “En el corto plazo, si se consigue hacer lo correcto por el interés económico de la gente, ocurrirá muy rápido”. Y ofrece una analogía para considerar si la humanidad estaría dispuesta a actuar para mitigar los efectos del cambio climático: “La gente hace todo tipo de cosas para reducir su riesgo de cáncer, no porque se le garantiza que no lo padecerá, sino porque uno hace lo que puede y contrata la protección y los seguros de salud necesarios para tratar de reducir el riesgo de contraerla”.
Los signos de una crisis climática que empeora nos rodean, querramos verlos o no. Ciertamente, la comunidad científica los capta. Al igual que innumerables comunidades que ya experimentan los efectos del cambio climático en forma sorprendente y que se preparan a nivel local ante desastres cada vez peores, como inundaciones, sequías, incendios forestales, olas de calor y tormentas. Las evacuaciones de islas bajas del Pacífico Sur ya han comenzado. La gente en esas áreas se ve obligada a enseñar a sus hijos a adaptarse a aquello en lo que estamos convirtiendo al mundo.
Mi sobrina y sobrinos están haciendo algo similar. Están sembrando verduras en un jardín del patio trasero y sus ocho pollos proporcionan más que suficientes huevos para la familia. Sus padres tienen la intención de enseñarles a ser cada vez más autosuficientes. Pero ninguna de estas acciones sinceras puede mitigar lo que ya está en marcha en lo que respecta al clima global.
Tengo 45 años, y muchas veces me pregunto cómo mi generación sobrevivirá a esta crisis climática inminente. ¿Qué pasará con nuestro mundo si las aguas árticas de verano quedan realmente libres de hielo dentro sólo unos pocos años? ¿Cómo será mi vida si tengo que experimentar un aumento de la temperatura global de 3,5° C?
Y por encima de todo, me pregunto cómo podrán sobrevivir las generaciones venideras.
Dahr Jamail ha escrito mucho sobre el cambio climático, así como el desastre petrolero de British Petroleum en el Golfo de México. Ha recibido numerosos premios, incluyendo el Martha Gellhorn de Periodismo y el James Aronson de Periodismo para la Justicia Social. Es autor de dos libros: “Más allá de la Zona Verde: crónicas de un periodista independiente en el Irak ocupado” (Beyond the Green Zone: Dispatches from an Unembedded Journalist in Occupied Iraq) y “La voluntad de resistir: soldados que se niegan a combatir en Irak y Afganistán” (The Will to Resist: Soldiers Who Refuse to Fight in Iraq and Afghanistan). Actualmente, trabaja para el servicio en inglés de Al Jazeera, en Doha, Qatar. 

Bofetada educadísima de Brasil al mundo

DECLARACIONES DE CHICO BUARQUE - MINISTRO DE EDUCACIÓN DE BRASIL. Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador del Distrito Federal y actual Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño. Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque: Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro. Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad. Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. Ver más