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Chomsky advierte del colapso de las democracias en el Viejo Continente y en los EE.UU.



Al participar en el Festival de las Ciencias en el Auditorio de Roma, Chomsky advirtió que con las destrucción de las democracias en el Viejo Continente se va hacia las dictaduras.

En particular opinó que en Italia la democracia desapareció cuando en noviembre de 2011 arribó al gobierno el ex comisario europeo, Mario Monti, designado “por los burócratas de Bruselas” y no por los electores, en referencia a la Comunidad Europea (CE).
Pero dijo que el fenómeno es universal y que la sociedad actual va hacia la plutocracia.
“Hasta el Wall Street Journal ha descrito que la democracia estadunidense está al borde del colapso, pues todo gobierno, sea de derecha o de izquierda, sigue la misma política, decidida por grupos de banqueros y burócratas”, afirmó.
Según Chomsky, tanto en Estados Unidos, como Europa la agenda política es dictada por los intereses particulares de grandes grupos financieros y bancarios, que tienen como objetivo principal la destrucción del sistema previsional que fue una de las principales conquistas europeas de la postguerra.
Dijo que el concepto ha sido muy bien sintetizado por el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, quien en una reciente entrevista reconoció que el contrato social ha muerto.
“Esto quiere decir que la política sólo sirve para enriquecer a los banqueros”, precisó el también lingüista.
Advirtió que incluso internet y los nuevos medios, espacios y lenguajes innovadores que para muchos podrían contribuir a romper el círculo vicioso del poder, implican peligros.
“Me parece que a menudo los nuevos medios llevan hacia una visión más estrecha del mundo, porque las personas son atraídas por medios que expresan exactamente su misma concepción de las cosas”, dijo.
Explicó que mientras que los diarios todavía pueden presentar opiniones diferentes, en un blog por internet existe solamente una.
“Depende mucho de cómo se usan estos medios. Pueden ser un bien al ampliar nuestros horizontes, pero también un mal”, sintetizó.
El lingüista también se refirió al neoliberalismo como “un gran ataque contra la población mundial, el más grande ataque ocurrido en los últimos 40 años”.

¿Qué es el neoconservadurismo?


Los neoconservadores, a menudo denominados neocons, tanto por partidarios como por críticos, se caracterizan (o se les acusa) de promover una política exterior estadounidense más agresiva, especialmente bajo la administración de George W. Bush (2001-2009). Los que se opusieron a la invasión de Irak en 2003 han criticado fervientemente el programa de los neocons, al considerar esta invasión como una iniciativa neoconservadora. Comparados con los conservadores tradicionales de EEUU, los neoconservadores se diferencian por su postura moralmente agresiva hacia el extranjero (imposición de valores absolutos e intransigencia usando como premisa la creencia estadounidense de tener una superior autoridad moral) y por su conservadurismo político.
Neoconservadurismo es un término polémico cuyo significado se disputa con frecuencia. La mayoría de las personas que se definen como "neoconservadores" son miembros del Partido Republicano. El término lo utilizan más a menudo los que se oponen a la política neoconservadora que los que la suscriben; de hecho, muchos rechazan este término cuando se les asigna. El término se utiliza con frecuencia de forma peyorativa, tanto por parte de los que se consideran conservadores al estilo clásico, que se oponen al neoconservadurismo, como por parte de los políticos del Partido Demócrata, que critican a los neoconservadores. Recientemente, los demócratas han utilizado el término para criticar las políticas y a los líderes republicanos de la administración del presidente George W Bush. En un inicio, las políticas neoconservadoras nacieron de la Izquierda como rechazo a las ideologías que se emplean en la conservaduria para regular a la sociedad, así como también se esta en contra de las ideas ortodoxas dentro del ambito económico nacidas del neoliberalismo.
Los que no están de acuerdo con el término dicen que la palabra se usa en exceso y carece de una definición coherente. Por ejemplo, afirman que muchos supuestos neoconservadores discrepan fuertemente entre sí en asuntos importantes. También precisan que el significado ha cambiado en un plazo demasiado corto. Mientras que el término fue utilizado originalmente por los demócratas que abrazaron el estado de bienestar pero que se opusieron agresivamente a la Unión Soviética, ahora el término se utiliza sobre todo para describir a los que apoyan una política global agresiva contra el islamismo radical y el terrorismo islamista. El término también se utiliza para acusar a los que adoptan una política extranjera "unilateral", en lugar de confiar en el consenso y las acciones de Naciones Unidas.
En España, el movimiento neoconservador está agrupado en torno al Grupo de Estudios Estratégicos (GEES).
En México, el movimiento neoconservador está agrupado en la Organización Nacional del Yunque principalmente del Partido Acción Nacional, han sido señalados como fundadores o miembros de El Yunque, principalmente por su afiliación a diferentes organizaciones que son fachada de El Yunque. Algunas de estas personas han confirmado su pertenencia al Yunque, también afirma que algunos miembros prominentes del Partido Acción Nacional era Manuel Espino Barrientos y el ex-presidente mexicano Vicente Fox (2000-2006).
Hoy día muchos analistas, políticos y politólogos han determinado las características en cuanto a como definir a los neoconservadores, estas son las características más relevantes de un neoconservador:[cita requerida]
Consideran a la religión como una institución aportadora de ideologías no solo religiosas, sino también de ideologías políticas, económicas, sociales, filosóficas e incluso científicas.
Preferencia por el Nacionalismo.
Deseo por el preservar y conservar las normas y las llamadas "nuevas costumbres" que ayuden al desarrollo social, aunque en un futuro sean esas "nuevas costumbres" erradicadas, por ser consideradas inadecuadas u obsoletas para el desarrollo social.
Firme deseo y apego a las leyes y los marcos jurídicos y políticos.
Deseo pleno por un Estado gozoso en facultades políticas, sociales y económicas, bajo un gobierno demócrata y de carácter republicano central.
Fuerte actitud en contra del Socialismo y el Comunismo.
Preferencia por el Orden Público y Jurídico.
Intención imperiosa de estar implícito en cualquier ámbito y carácter de la vida social humana, estando consciente y enterado de cualquier hecho o suceso, incluso antes de que se dé a conocer, para poder actuar en el encubrir o dar a conocer la realidad de los hechos; a fin de resguardar la paz y el orden social, y no perjudicar la mentalidad de las personas; a menos que la información sea completamente evidente y no se pueda hacer nada al respecto.
Preferencia por una fuerte ideología por el desarrollo del positivismo.
Desconfianza total por ideales pacifistas y/o ecologistas, pues los consideran un hecho carente de estudios científicos y un hecho irracional en contra de los avances tecnológicos y la evolución humana.
Procurar siempre la buena administración y aplicación de las leyes.
Deseo por la aplicación de reformas políticas, sociales y económicas para el bien de la sociedad y el Estado.
Completa fidelidad al estado de defender y conservar las nuevas reformas que el país necesita, olvidando las leyes, reformas, políticas y costumbre del pasado que sean consideradas inadecuadas para el desarrollo de la sociedad.
Firme deseo por preservar el futuro de la sociedad o el país para diferentes bienes comunes.
Desprecio a las sociedades no evolucionadas en las leyes y carentes de orden para el desarrollo de un país.
Firme intención de intervenir y ayudar por cualquier medio en los asuntos de otras sociedades o naciones, para impulsar su desarrollo y crecimiento, sin atender a las necesidades más básicas.
Completo deseo por abrir paso a las ciencias y los avances tecnológicos (predominantemente avances tecnológicos en el área de la guerra y las innovaciones tecnológicas).
Odio contra todas las minorías ideológicas, sociales, económicas y en especial las políticas.
Completa necesidad por el abrirse paso a nuevos cambios sociales, sin importar daños secundarios o colaterales.
Deseo imperioso por erradicar las viejas costumbres y adoptar nuevas, pero por un tiempo indeterminado y con el riesgo de ser modificadas en un futuro.
Preferencia por el cambio de forma constante que impida la miseria social.
Firme intención por el erradicar el terrorismo (sobre todo el terrorismo islámico y cualquier otra vertiente del terrorismo), el crimen organizado, el comunismo, el socialismo, la deslealtad al país autónomos del Estado y eliminar a las sociedades o individuos en contra del bien social que estén en contra de las normas nacidas del Estado, la Ciencia o la Religión.
Firme aprobación por la pena de muerte, aborto, eutanasia y otras penas, siempre y cuando se adecuen para no cometer actos ilegales o que se este en contra de la ley y el bienestar social mayoritario.
Desprecio por las sociedades radicales y ultraconservadoras.
Fuerte deseo por el solucionar problemas graves y casi irreversibles con ayuda de la fuerza pública, el ejército, las armas y la “guerra justificada”.
Desprecio por las ideologías políticas ultraconservadoras, de ultraizquierda, extrema izquierda radical, de Ultraderecha, de Derecha y de Izquierda, protegiendo las ideologías políticas de izquierda-centro, derecha-centro, centro y el bilateralismo, para abrirse a las posibilidades y diferentes ideologías que lleven a un estado de constante progreso.
Firme desprecio por la unión de naciones y sociedades para evitar la guerra o los cambios sociales agresivos.
Completo deseo por el cambio y el progreso basado en teorías catastrofistas, pero sin caer en la tendencia darwinistas del Ser Más Fuerte.
Consideran y apoyan fuertemente la globalización.
Fuertemente se desprecia la distinción racial, religiosa, sexual, regional, etc. La neoconservaduría no acepta distinciones pues las considera costumbres retrogradas y radicales que entorpecen el progreso del país.
Considera retrogradas las costumbres sin importar relevancia o historia de estas.
Considera un amplio sentido de la moral y acepta muchas reformas sociales que permitan el desarrollo, como el tolerar la diversidad de género y sexualidad, libertad de expresión sin límites, y la relación estrecha y perdurable entre Iglesia, Estado y Ciencia; también estas reformas sociales son algunos de los más importantes cambios que se impulsan en la neoconservaduría, para un desarrollo social.
Considera al hombre como un ser perfectible, pero no perfecto, así como también es considerado un ente universal en constante crecimiento y un ser con un fuerte e imperioso deseo por el conocer sobre el mismo y sobre todo lo que le rodea.
Se tiene un fuerte deseo de protección a todas las instituciones gubernamentales y sociales, desde el defender a toda costa a políticos y religiosos, hasta proteger a la Iglesia, los agentes de Estado, economistas, ejércitos, cuerpos policiacos, etc.
Desprecio total y deseo por el reducir o erradicar la burocracia que se tiene en el país, para agilizar y apresurar las transformaciones y mejoras para la sociedad.
Desprecio por los grupos artísticos, sociales y de cualquier carácter social que simbolicen estereotipos para la sociedad provocando la desvirtualización de la conducta humana en la sociedad.
Impulsa fuertemente un estado Capitalista, pero en busca del cómo cambiar el sistema neoliberalista, sin caer en el comunismo o el socialismo.
Critican tanto al totalitarismo como la ingobernabilidad, valorando en cambio la idea de democracia liberal y central.

La neoconservaduría, siempre está abierta a muchas posibilidades desde las más enérgicas hasta las más simples, como es el caso de la implementación de la guerra como medio pacificador, y la religión como medio de progreso para la sociedad. No se busca un estado de perfección inmediato como el comunismo, pero tampoco se busca un estado de igualdad como el socialismo, sino un estado de perfeccionamiento y construcción socioevolutiva sin importar medios. Fuente: wikipedia

Neoanarquismo, Manuel Castells


Nuestra época no es la del fin de las ideologías, sino del renacimiento de aquellas que encuentran eco en la experiencia presente. Tal es el caso del anarquismo, dado por muerto y enterrado por sus numerosos sepultureros y que, bajo nuevas formas y expresiones, parece gozar de excelente salud en los movimientos sociales que brotan por doquier desde las profundidades de la resistencia a un desorden global cada vez mas destructivo. Basta con seguir los debates, presenciales o por internet, en el movimiento contra la globalización capitalista para constatar la presencia dominante de los temas anarquistas de autoorganización y de oposición a cualquier forma de Estado (“¡que se vayan todos!”). Y aunque los intelectuales de la vieja izquierda, sobre todo en América Latina, aún se encaraman al podio de las arengas mediáticas del movimiento, las simpatías mayoritarias van hacia formas apenas organizadas y generalmente autogestionadas de la movilización y del debate, como era evidente en el último Foro Social Mundial en Porto Alegre. También en el ámbito teórico-político, las tesis autonomistas, cercanas de la matriz histórica anarquista, articuladas por ejemplo porMichael Hardt y Toni Negri, y por el grupo de la revista Multitudes, heredera directa del mayo del 68 francés, están alcanzando hoy día una amplia difusión (el ultimo libro de Hardt y Negri, titulado precisamente Multitudes, incluso tiene un rango muy alto en la lista de ventas de Amazon.com). Y aunque los anarquistas organizados no son muchos (por ejemplo, en España el periódico CNT tiene unos 6.000 suscriptores y el sindicato CGT, al que yo sitúo en la tradición libertaria, cuenta con unos 100.000 afiliados), las ideas antiestatistas, de internacionalismo solidario y la afirmación de la libertad individual y de la libre asociación son temas comunes a movimientos muy dispares (de los okupas de Barcelona a Los Forajidos de Ecuador, los piqueteros argentinos o los autónomos italianos), pero que coinciden en la afirmación de su autoemancipación sin delegación de poder a intermediarios políticos profesionales. 

¿De dónde surge esta nueva vitalidad del anarquismo, que aparece como ideología del siglo XXI al tiempo que el marxismo parece quedar confinado a un siglo XX ya concluido? 

En realidad, la fuerza de las ideologías (cuyos mitos son atemporales) depende de su contexto histórico. Y mi hipótesis es que el anarquismo, en contra de la creencia general, se adelantó a su tiempo. Ideología dominante de los orígenes del movimiento obrero (la Primera Internacional), desde Andalucía y Catalunya hasta la Rusia zarista, a la Charte d’Amiens francesa y al Chicago que originó el 1 de mayo, el anarquismo no sobrevivió como práctica organizada a la represión sufrida a la vez bajo el capitalismo y bajo el comunismo. Pero su vulnerabilidad provino sobre todo de haber designado como enemigo principal al Estado nación en el preciso momento histórico del desarrollo de dicho Estado como centro y principio de la organización social: el siglo XX fue el siglo del Estado nación. El anarquismo clásico se expresó en una amplia gama ideológica, desde el individualismo irreductible de Stirner hasta el cooperativismo social de Proudhon, pasando por el comunismo libertario de Bakunin y Kropotkin, inspirando luchas sociales en contextos tan distintos como la revolución campesina de Makhno en Rusia, los movimientos sociales urbanos mexicanos de los años 20 o los embriones de revolución social que intentaron los anarquistas catalanes y españoles en la primera fase de la Guerra Civil. Y claro que el sindicalismo de la CNT no era lo mismo que el activismo político de la FAI. Pero a través de esa amplia corriente ideológica en la que creyeron y por la que lucharon millones de personas, latía una idea central: la liberación definitiva de la fuente última de la opresión, el Estado. Precisamente en el momento en que se armaban las máquinas de guerra nazi-fascistas, estalinistas y liberal-democráticas para exterminarse los unos a los otros y asegurar, a través del Estado, el control de cuanto más mundo pudieran. Y miren por dónde, el triunfo de los estados, de uno y otro signo, condujo a su crisis medio siglo después. El comunismo no fue capaz de digerir precisamente aquello para lo que Marx lo había inventado: el desarrollo de las fuerzas productivas. Porque la revolución tecnológica informacional no podía asumirse sin una sociedad informada, o sea, autónoma del Estado.Y el capitalismo, en su dinámica expansiva, se globalizó, socavando las bases del Estado nación sobre el que se asentaba políticamente. La economía se hizo global, el Estado siguió siendo nacional y entre los dos la sociedad, huérfana del Estado y a merced de los vientos globales, se atrincheró cada vez más en lo local. O se transformó en colección de individuos, cada uno con sus propias ansiedades y proyectos. Mucha gente, sobre todo jóvenes con su página ideológica aún por escribir, dejaron de creer en los políticos, aunque no en la política, en otra política. De modo que mientras los grandes poderes se definen en una compleja relación entre la globalización y los estados nación, la supervivencia y la resistencia a lo que no va surge desde lo individual y lo local. O sea, los materiales con los que se construyó la ideología anarquista. Ahora bien, la gran dificultad para el anarquismo siempre fue cómo conciliar la autonomía personal y local con la complejidad de una organización productiva y de la vida cotidiana en un mundo industrializado y en un planeta interdependiente. Y es aquí donde la tecnología resultó ser una aliada del anarquismo más que del marxismo. En lugar de grandes fábricas y gigantescas burocracias (base material del socialismo), la economía funciona cada vez más a partir de redes (base material de la autonomía organizativa). Y en lugar de estados nación controlando el territorio, tenemos ciudades Estado gestionando los intercambios entre territorios. Todo ello a partir de internet, móviles, satélites y redes informáticas que permiten la comunicación y el transporte local-global a escala planetaria. Esto no es mi interpretación de los hechos, sino el discurso explícito que se da en los debates de los movimientos sociales, tal como ha sido documentado en el espléndido libro reciente de Jeffrey Juris sobre el tema. O sea, la disolución del Estado y la construcción de una organización social autónoma a partir de personas y grupos afines, debatiendo, votando y gestionando mediante la red interactiva de comunicación. 

¿Utopía? No, ideología. 

Acuérdese de la distinción: la utopía prefigura el mundo deseado. La ideología configura la práctica. Con la utopía se sueña. Con la ideología se lucha. El anarquismo es ideología. Y el neoanarquismo es un instrumento de lucha que parece adaptado a las condiciones de la revuelta social del siglo XXI. Bueno, uno de los dos instrumentos. Porque mientras el anarquismo clama, como hizo siempre, “ni Dios, ni Señor”, su principal competidor en la resistencia al capitalismo global se funda en el reconocimiento de “Dios como mi único Señor”. Frente a un capitalismo global fuera de control, y mientras el socialismo se instala en la jubilación, la resistencia surge de la oposición contradictoria entre fundamentalismo y neoanarquismo.

Coloquio “abuso de poder y respuesta popular”, Juan José Millas; José Chamizo y José Miguel Monzón “El Gran Wyoming”


La undécima edición del ciclo “El Mundo que Queremos”, que anualmente organiza la Fundación Caja Canarias dentro la programación del Otoño Cultural, celebra un coloquio que, bajo el lema general “saqueo a la democracia”, ha centrado su propuesta dialéctica y de reflexión. En esta ocasión, y bajo la dirección y moderación del escritor y periodista Fernando Delgado, se reúnen en el Espacio Cultural Caja Canarias de Santa Cruz de Tenerife tres certeros analistas de la sociología cotidiana y sus consecuencias con respecto a los efectos que la situación socioeconómica actual produce en la ciudadanía: el escritor Juan José Millas; José Chamizo, ex Defensor del Pueblo de Andalucía; y José Miguel Monzón, “El Gran Wyoming”, disertan acerca del “abuso de poder y respuesta popular”.


Noruega prohíbe a Arabia Saudí financiar mezquitas mientras no permitan construir iglesias en su país


El Gobierno noruego ha dado un importante paso a la hora de defender la libertad religiosa en el mundo frente al totalitarismo islámico.
REDACCIÓN HO.- Jonas Gahr Stor, ministro de Asuntos Exteriores, ha afirmado que se rechazarán las donaciones millonarias de Arabia Saudí y varios  empresarios musulmanes para financiar la construcción de mezquitas en Noruega. Según el ministro, las comunidades religiosas tienen derecho a recibir ayuda financiera, pero el gobierno noruego, excepcionalmente y por razones lógicas, no apoya la financiación islámica de cientos de millones de euros.
Según recoge el diario Vg Nett, su responsable de Exteriores ha justificado esta decisión:"Sería una paradoja, y antinatural aceptar las fuentes de financiación de un país donde no hay libertad religiosa" asegura. Además, señaló el origen de su dictamen: "una comunidad cristiana que se asienta en Arabia Saudí está cometiendo un delito" dijo, recordando laexpresa prohibición del país árabe a la construcción de iglesias, entre otros.
Jonas Gahr Stor también anuncia que "Noruega llevará el asunto ante el Consejo de Europa" donde defenderá esta decisión basada en la más estricta reciprocidad con Arabia Saudita.