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Galletita del Saber #4: Los actuales desafíos de la parroquia (y su párroco) Parte 4: Matrimonios Nulos e Imitación del Cura de Ars









--¿Cómo ayudar a prevenir los matrimonios nulos en una parroquia?

--Fray Nikolaus Schöch: Aconseja la experiencia que las investigaciones y expediente se hagan -siempre que sea posible- con la suficiente antelación y holgura de tiempo, porque, en su desarrollo, pueden surgir algunos elementos que requieran más amplia y profunda investigación. Así se evitarán precipitaciones y premuras de última hora, que originan nerviosismo y angustia en los contrayentes y sus familias; y, sobre todo, en el mismo párroco a quien corresponde asistir al matrimonio.

Esta holgura de tiempo (varios meses) resulta especialmente aconsejable cuando los contrayentes son de diócesis distintas, para permitir a las curias respectivas la tramitación necesaria.

En la atención pastoral, en la catequesis y en la celebración se han de ver reflejadas las situaciones especiales, como son los matrimonios precipitados para salvaguardar la buena fama y los realizados para legalizar una situación. En situaciones de previo embarazo ha de quedar claro que la legitimación de la futura prole no es causa que justifique un matrimonio que, por otros aspectos, sea desaconsejable.

Estos puntos son de singular importancia en el examen de contrayentes y testigos, dada la "mentalidad divorcista" que se va contagiando en los jóvenes y la creciente actitud antinatalista. La indisolubilidad y la ordenación a la prole deben quedar claramente no excluidas en la voluntad consensual. Ahí tiene el párroco una gran tarea de discernimiento y de investigación.

No siempre se puede dar por supuesta la madurez psicológica de los contrayentes. La percepción de un defecto en este sentido debe conducir a un examen por parte de un experto.

--En una sociedad global, ¿cómo pueden los sacerdotes imitar al santo cura de Ars, san Juan María Vianney en su ministerio sacerdotal?

--Fray Nikolaus Schöch: En un mundo en el que la visión común de la vida comprende cada vez menos lo sagrado, en cuyo lugar lo "funcional" se convierte en la única categoría decisiva, la concepción católica del sacerdocio podría correr el riesgo de perder su consideración natural, a veces incluso dentro de la conciencia eclesial.

La parroquia de Ars era una parroquia de campesinos y muy pequeña con solamente 230 fieles. Sin embargo, se recuerda que san Juan María Vianney no solo ayudaba los sacerdotes enfermos en las parroquias vecinas sino ofreció su constante servicio de confesor y de director de almas a miles de fieles que llegaban en siempre mayor número de todas las partes de Francia.

Con frecuencia, tanto en los ambientes teológicos como también en la práctica pastoral concreta y de formación del clero, se confrontan, y a veces se oponen, dos concepciones distintas del sacerdocio descritas recientemente por el Papa Benedicto XVI:

a) La concepción social-funcional que define la esencia del sacerdocio con el concepto de "servicio": el servicio a la comunidad, en la realización de una función. La concepción de servicio corresponde al primado de la Palabra y del servicio del anuncio.

b) La concepción sacramental-ontológica, que naturalmente no niega el carácter de servicio del sacerdocio, pero ".. lo ve anclado en el ser del ministro y considera que este ser está determinado por un don concedido por el Señor a través de la mediación de la Iglesia, cuyo nombre es sacramento" (J. Ratzinger, Ministerio y vida del sacerdote, en Elementi di Teologia fondamentale. Saggio su fede e ministero, Brescia 2005, p. 165).

La concepción ontológico-sacramental está vinculada al primado de la Eucaristía, en el binomio "sacerdocio-sacrificio".

Galletita del Saber #1: Los actuales desafíos de la parroquia (y su párroco) Parte II

--Hoy, ¿cuál debe ser el principal servicio que un párroco debe ofrecer a sus fieles?

--Fray Nikolaus Schöch: Los sacerdotes que están ya en el ejercicio de su ministerio, parece que hoy sufren una excesiva dispersión en las crecientes actividades pastorales y, frente a la problemática de la sociedad y de la cultura contemporánea, se sienten impulsados a replantearse su estilo de vida y las prioridades de los trabajos pastorales, a la vez que notan, cada vez más, la necesidad de una formación permanente.

A este respecto, ha de tenerse presente que la misma parroquia -y a veces también la diócesis-, aun teniendo autonomía propia, no puede ser una isla, especialmente en nuestro tiempo, en el que abundan los medios de trasporte y de comunicación. Las parroquias son órganos vivos del único Cuerpo de Cristo, la única Iglesia, en la que se acoge y se sirve tanto a los miembros de las comunidades locales, como a todos los que, por cualquier razón, afluyen a ella en un momento, que puede significar la actuación de la gracia de Dios en una conciencia y en una vida. Naturalmente, esto no debe transformarse en motivo de desorden o de irregularidades con respecto a las leyes canónicas, que también están al servicio de la pastoral.

También la función de guiar a la comunidad como pastor, función propia del párroco, deriva de su relación peculiar con Cristo, cabeza y pastor. Es una función que reviste carácter sacramental.

No es la comunidad quien la confía al sacerdote, sino que, por medio del obispo, le viene del Señor.

--¿Qué ejes de desarrollo deben existir en una parroquia para que se pueda organizar de manera adecuada y atienda a los fieles convenientemente?

--Fray Nikolaus Schöch: La parroquia con sus celebraciones litúrgicas y en sus servicios debería tener en cuenta la movilidad de la gente, la confluencia de muchas personas a algunos lugares y la nueva asimilación general de tendencias, costumbres, modas y horarios.

El párroco, al establecer en la parroquia los horarios de las misas y de las confesiones, debe considerar cuáles son los momentos más adecuados para la mayor parte de los fieles, permitiendo también a los que tienen especiales dificultades de horario puedan acercarse fácilmente a los sacramentos. Hay que tener en cuenta no tanto la comodidad del horario para los sacerdotes, sino las necesidades de la gente con los horarios laborales y escolares. No tiene mucho sentido ofrecer el sacramento de la penitencia solamente durante el horario laboral de la gente. De esta manera vendrán solamente ancianos.

Tomado de Zenit

(Continuará)

Galletita del Saber #1: Los actuales desafíos de la parroquia (y su párroco) Parte I

Habla el promotor de Justicia sustituto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 21 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- La nueva evangelización se quedará en un simple eslogan sin sacerdotes, en particular, párrocos que estén a la altura de las exigencias del mundo en que les toca vivir.

Esta convicción, expuesta el pasado miércoles por Benedicto XVI en la audiencia general, es decisiva también para la parroquia, que sigue estando llamada a desempeñar un papel misionero decisivo en el futuro.

El argumento es afrontado en esta entrevista por el promotor de Justicia sustituto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica en la Santa Sede, Fray Nikolaus Schöch, O.F.M., quien llegará la semana entrante a Lima para participar en las Jornadas de Formación permanente para el clero de la arquidiócesis.

Estos encuentros abordarán diversas "Cuestiones de administración parroquial", a partir del lunes 24 de agosto en la sede del Seminario "Santo Toribio de Mogrovejo" en Lima.

--Hoy, ¿cuál debe ser el principal servicio que un párroco debe ofrecer a sus fieles?

--Fray Nikolaus Schöch: Los sacerdotes que están ya en el ejercicio de su ministerio, parece que hoy sufren una excesiva dispersión en las crecientes actividades pastorales y, frente a la problemática de la sociedad y de la cultura contemporánea, se sienten impulsados a replantearse su estilo de vida y las prioridades de los trabajos pastorales, a la vez que notan, cada vez más, la necesidad de una formación permanente.

A este respecto, ha de tenerse presente que la misma parroquia -y a veces también la diócesis-, aun teniendo autonomía propia, no puede ser una isla, especialmente en nuestro tiempo, en el que abundan los medios de trasporte y de comunicación. Las parroquias son órganos vivos del único Cuerpo de Cristo, la única Iglesia, en la que se acoge y se sirve tanto a los miembros de las comunidades locales, como a todos los que, por cualquier razón, afluyen a ella en un momento, que puede significar la actuación de la gracia de Dios en una conciencia y en una vida. Naturalmente, esto no debe transformarse en motivo de desorden o de irregularidades con respecto a las leyes canónicas, que también están al servicio de la pastoral.

También la función de guiar a la comunidad como pastor, función propia del párroco, deriva de su relación peculiar con Cristo, cabeza y pastor. Es una función que reviste carácter sacramental.

No es la comunidad quien la confía al sacerdote, sino que, por medio del obispo, le viene del Señor.

Tomado de Zenith.org