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Galletita del Saber #1: Los actuales desafíos de la parroquia (y su párroco) Parte I

Habla el promotor de Justicia sustituto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 21 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- La nueva evangelización se quedará en un simple eslogan sin sacerdotes, en particular, párrocos que estén a la altura de las exigencias del mundo en que les toca vivir.

Esta convicción, expuesta el pasado miércoles por Benedicto XVI en la audiencia general, es decisiva también para la parroquia, que sigue estando llamada a desempeñar un papel misionero decisivo en el futuro.

El argumento es afrontado en esta entrevista por el promotor de Justicia sustituto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica en la Santa Sede, Fray Nikolaus Schöch, O.F.M., quien llegará la semana entrante a Lima para participar en las Jornadas de Formación permanente para el clero de la arquidiócesis.

Estos encuentros abordarán diversas "Cuestiones de administración parroquial", a partir del lunes 24 de agosto en la sede del Seminario "Santo Toribio de Mogrovejo" en Lima.

--Hoy, ¿cuál debe ser el principal servicio que un párroco debe ofrecer a sus fieles?

--Fray Nikolaus Schöch: Los sacerdotes que están ya en el ejercicio de su ministerio, parece que hoy sufren una excesiva dispersión en las crecientes actividades pastorales y, frente a la problemática de la sociedad y de la cultura contemporánea, se sienten impulsados a replantearse su estilo de vida y las prioridades de los trabajos pastorales, a la vez que notan, cada vez más, la necesidad de una formación permanente.

A este respecto, ha de tenerse presente que la misma parroquia -y a veces también la diócesis-, aun teniendo autonomía propia, no puede ser una isla, especialmente en nuestro tiempo, en el que abundan los medios de trasporte y de comunicación. Las parroquias son órganos vivos del único Cuerpo de Cristo, la única Iglesia, en la que se acoge y se sirve tanto a los miembros de las comunidades locales, como a todos los que, por cualquier razón, afluyen a ella en un momento, que puede significar la actuación de la gracia de Dios en una conciencia y en una vida. Naturalmente, esto no debe transformarse en motivo de desorden o de irregularidades con respecto a las leyes canónicas, que también están al servicio de la pastoral.

También la función de guiar a la comunidad como pastor, función propia del párroco, deriva de su relación peculiar con Cristo, cabeza y pastor. Es una función que reviste carácter sacramental.

No es la comunidad quien la confía al sacerdote, sino que, por medio del obispo, le viene del Señor.

Tomado de Zenith.org