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Aprender a recibir es a veces la mejor manera de dar.



Esta semana me reencontré con una amiga de la escuela superior. Hacía mucho que no compartíamos, aproximadamente unos 15 años. Sorprendentemente y a diferencia de muchas personas no habíamos cambiado en ciertos aspectos y todo marchaba como había sido siempre. Podíamos hablar de todo, pensábamos igual, hablábamos bastante parecido pero las circunstancias y las experiencias nos hacían posicionarnos en distintos puntos de vista a veces distantes. En determinados momentos en conversaciones sin querer comparábamos nuestras vidas y hay circunstancias o temas que te ponen un poco al borde de la comparación y si no se sabe manejar podría llevar a la envidia o a preguntarnos o quejarnos ¿por qué a mi esto... o aquello?

En otro punto de mi vida me hubiese sentado mal este tipo de temas porque me preguntaría por qué mi vida es de cierta manera y no de otra. Yo estudié 8 años en la universidad y mi sueldo frente a sus 9 meses de estudio técnico está debajo del 50% de lo que ella actualmente gana. Podría molestarme o enojarme pero nuestros caminos son distintos... yo no cambio ninguna de mis experiencias, mis amigos y todo lo que en el camino he aprendido por un un cheque de larga cifra. Hablando ambas hemos descubierto que la vida no siempre nos da lo que queremos... pero ciertamente nos da lo que necesitamos, para crecer y para ser mejores personas.

Yo me quejo porque suele querer darme dinero, o porque me hace muchos regalos. Pero también entiendo que muchas veces la gente quiere agradecerte por el pan que les das, el humilde techo que les puedes compartir en determinado tiempo y sobretodo el amor que de ti reciben. RECIBIR A VECES ES LA MEJOR MANERA DE DAR. Permitirle a la gente que exprese su cariño para ti de alguna forma material es darles la oportunidad de hacerte parte de sus vidas y de darte su tiempo y su esfuerzo. PERO NO ABUSES DE ESO NUNCA. Piensa que en lugar de una camisa... ellos te están dando horas de trabajo, horas de sueño, horas de sacrificio y quizás has
ta parte de su felicidad.

Mi amiga trabaja en Estados Unidos. Allí está sola, extraña a su papá y a su familia. Apenas tiene amigos y suele trabajar sin parar en un hospicio, ve gente morir a diario a ratos se siente sola e incomprendida, y le hace falta un abrazo. Pienso entonces. ¿Cuánto CUESTA lo que me regaló? Pongamos que $50 dólares. ¿PERO CUANDO VALE LO QUE ME REGALÓ? NO TIENE PRECIO. Si fuera por mi, ella regresaría a su casa con su gente, ganaría el mismo sueldo que yo y tendría todos los abrazos que necesita. Pero las cosas no siempre pueden ser así, y por alguna razón en la distancia nos valoramos más. Mira a quien tienes alrededor... piensa si tuviera que irse y pagar con sacrificio por sus abrazos. Mejor dáselos ahora. Son gratis pero invaluables.

Piénsalo y sé agradecido con lo que Dios te da... especialmente por la capacidad de amar. :) Lindo día.

Frappuccino de crema de chocolate y avellanas.



*2 cucharadas de café instantáneo
*120 ml. de leche fresca
*3 cucharadas de crema de leche (algunos usan condensada pero si la usas no uses azúcar adicional)
*2 cucharadas grandes de azúcar (suprime esto si decides usar leche condensada)
*hielo
*2 cucharadas de crema de avellanas (hay una marca que se llama Nutella o Nucita por ejemplo)
*crema batida para decorar


Mezcla todos los ingredientes en la batidora, luego decorar con crema batida o chantilly e hilos de salsa de chocolate.
¿Cómo hago la salsa de chocolate?
Sencillo puedes poner la crema de chocolate en un mini baño de maría por unos minutos. Baño de maría es poner un cazo o recipiente dentro de agua caliente para que se derrita o se cocine sin tocar lo que contiene el cazo. En este caso si calientas el chocolate directamente se quema, si eres un experto en microondas puedes intentarlo pero nosotros preferimos el método clásico. Mi tía lo hacía con un recipiente pyrex o de cristal de hornear calentaba el agua y ponía una taza de te con el chocolate adentro. Así de sencillo. :)