Crédito imagen: Earth Observatory Nasa
La misión IceBridge de la NASA en la Antártida realiza una animación con imágenes tridimensionales
En octubre de 2011 investigadores de la NASA volando en la campaña Operación IceBridge hicieron por primera vez mediciones detalladas desde el aire de un evento de nacimiento de un gran iceberg mientras se encontraba en progreso. Cuatro meses más tarde, el equipo de IceBridge ha trazado la grieta en el glaciar Pine Island en la Antártida de una manera que permite a los glaciólogos y al resto de nosotros volar a través del cañón de hielo.
La imagen de arriba es una imagen fija capturada de una imagen tridimensional con un vuelo virtual a través de la nueva grieta en el glaciar Pine Island. La animación fue creada por un drapeado de fotografías aéreas del Sistema de Cartografía Digital - una cámara de fotos con capacidad de geolocalización muy precisa - y los datos del Airborne Topographic Mapper - un altímetro láser de barrido que mide los cambios en la elevación de la superficie del hielo. Ambos instrumentos fueron transportados en un avión DC-8 de investigación de la NASA y los datos fueron recogidos el 26 de octubre de 2011.
La grieta se formó en la plataforma de hielo que se extiende desde uno de los los glaciares de la Antártida Occidental que se mueve más rápido. El recorrido por la grieta en esta animación se extiende aproximadamente 18 millas (30 kilómetros) de longitud (la grieta real es mucho más larga), con un ancho promedio de 240 pies (80 metros), y de 820 pies (250 metros) en lo más ancho. El cañón osciló a grandes rasgos de 165 a 190 pies de profundidad (50 a 60 metros) con el suelo, en el nivel de agua del mar de Amundsen. Las mediciones de radar sugieren que la plataforma de hielo tiene unos 1.640 pies (500 metros) de espesor, con sólo de 165 a 190 pies flotando por encima del agua y el resto sumergida.
Los científicos han estado esperando que la grieta se propague por el resto de la plataforma de hielo y libere un témpano de hielo, que estiman que podría abarcar de 300 a 350 millas cuadradas (hasta 900 kilómetros cuadrados). Si no se separa pronto, el hielo marino que se forma con la llegada del invierno del sur podría mantener el pedazo de hielo atrapado contra la costa por un tiempo.
Los últimos témpanos de hielo significativos generados por el glaciar Pine Island fueron en 2007 y 2001, y algunos científicos especularon que se estaba preparando para que se produjeran otra vez. Pero hasta el vuelo del IceBridge del 14 de octubre de 2011 nadie había visto ninguna prueba de que la plataforma de hielo comenzase a romperse. Desde entonces, mirando más detalladamente las imágenes de satélite, parecen mostrarse los primeros signos de la grieta a principios de octubre.
Según el oceanógrafo Eric Rignot, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, es muy difícil saber cuándo se va a producir el desprendimiento, «pero será sin duda en los próximos meses».
Una mayor subida del nivel del mar Normalmente no hay nada de extraordinario en la formación de un glaciar», afirma Ted Scambos, experto en glaciares del Centro Nacional de Información de Nieve y Hielo de los Estados Unidos.
«Este tipo de glaciares sufre un ciclo natural en el que aumentan las secciones flotantes del glaciar hasta que se desprende un iceberg», afirma Scambos. «En la mayoría de los casos no tiene nada de raro».
Sin embargo, esta vez la fractura se está formando más «hacia arriba» de cómo suele suceder, lo que «significa que está habiendo cambios en el hielo», afirma.
Cuando «la fisura comienza a subir ‘hacia arriba’ suele observarse una aceleración del glaciar», lo que significa que el glaciar se dirigirá hacia el océano a un ritmo más rápido, provocando una mayor subida del nivel del mar.
Esta aceleración es especialmente preocupante en el caso del glaciar Pine Island, pues de los glaciares antárticos es «el que más contribuye a la subida del nivel del mar».
De hecho, es el responsable de entre un cuarto y un tercio de la subida del nivel del mar de la Antártida.
«Se mueve a casi tres kilómetros al año», afirma Scambos, «y se está acelerando poco a poco».
Los cambios en el glaciar Pine Island y otros glaciares de la Antártida occidental son mucho más relevantes, en cuanto al nivel del mar, que los que suceden en otros glaciares del continente, como el de Mertz, en la Antártida oriental, y eso que en 2010 se desprendió un iceberg del tamaño de Luxemburgo del glaciar Mertz.
De acuerdo con el oceanógrafo Doug Martinson, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, esto se debe a que ese iceberg formaba parte de un glaciar estático.
En cambio, «los glaciares como el Pine Island cuentan con corrientes de hielo que se deslizan a gran velocidad», afirma Martinson.
«Cuando se desprenda hielo del Pine Island se deslizará muy deprisa desde las montañas, lo que contribuirá a la subida del nivel del mar».
«Es un glaciar muy importante», añade Scambos.
Referencias: earth observatory.nasa, National geographic.