El IRA


Existen diversos grupos paramilitares que utilizan o han utilizado el nombre de Ejército de la República Irlandesa (o IRA, del inglés Irish Republican Army, en irlandés Óglaigh na hÉireann) (Voluntarios Irlandeses) y abogan por un estado soberano e independiente respecto al Reino Unido, conteniendo la isla entera de Irlanda, incluyendo Irlanda del Norte. Todos ellos dicen ser herederos del IRA original o «IRA antiguo», el "ejército" de la República de Irlanda, proclamada por el parlamento o Dáil Éireann en 1919:
El IRA Provisional (PIRA), fundado en 1969 y conocido por sus campañas paramilitares durante las décadas de los 70, 80 y 90. Tras la firma de los Acuerdos de Viernes Santo para la finalización del conflicto, el 28 de julio de 2005 anunció el cese de la lucha armada. 
El IRA Oficial (OIRA), formado a partir de los restos de la organización tras la secesión del IRA Provisional en 1969, y militarmente inactivo en la actualidad.
El IRA Auténtico (RIRA), una escisión a partir del PIRA que se remonta a la década de los 90.
El IRA de la Continuidad (CIRA), otra escisión de los 80 a partir del PIRA.
El IRA Socialista (SIRA), escisión laica de los años 70.
El IRA 2012 (IRA 2012), formada por la unión en julio 2012 de Ejército Republicano Irlandés Auténtico (IRA Auténtico), una escisión del IRA Provisional (PIRA); la Acción Republicana Contra las Drogas (RAAD), formada por ex combatientes del PIRA que iniciaron una batalla contra el narcotráfico, sobre todo en la ciudad de Derry; y por las Facciones Republicanas Independientes, una amalgama de distintos grupos de combatientes católicos.
La denominación IRA apareció por primera vez durante la batalla de Ridgeway (2 de junio de 1866). Desde aquel momento los fenianos se organizaron en «regimientos del IRA».
El dramaturgo Brendan Behan dijo una vez que el primer problema en cualquier programa para Irlanda eran las escisiones. En el caso del IRA, la afirmación no podría haber sido más acertada. A partir del IRA antiguo, el ejército paramilitar de la República de Irlanda quedó en minoría y formó el IRA antitratado, conocido más tarde como IRA Oficial, del que décadas más tarde se escindiría el IRA Provisional. Éste sufrió a su vez sucesivas secesiones, fundamentalmente las del IRA Auténtico y el IRA de la Continuidad, ambos autoproclamados sucesores del Ejército de la República de Irlanda. La mayoría de los irlandeses, no obstante, desestiman estas reivindicaciones, y estos grupos no cuentan con el apoyo popular del que gozaban los «provisionales». El 28 de julio de 2005 el IRA anuncia el cese de la lucha armada.

Introducción

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) enraíza en la lucha de Irlanda por su independencia del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda durante las primeras décadas del siglo XX. Es importante diferenciar lo que se conoce como el «IRA antiguo» y el «IRA Oficial» o el IRA Provisional, este último un grupo escindido y formado en los 60 como respuesta a la discriminación institucionalizada, las revueltas y los asesinatos de católicos, especialmente en Belfast y Derry, ciudades de Irlanda del Norte con mayoría protestante.
El Ejército Republicano Irlandés surgió como ejército de la República de Irlanda, que había sido proclamada durante el Alzamiento de Pascua de 1916 e instaurada por el primer Parlamento Irlandés en enero de 1919. Constaba de los Voluntarios Irlandeses y del Ejército Ciudadano Irlandés, organizaciones que databan de la segunda década del siglo XX y desempeñaron un papel fundamental en dicho alzamiento.
Las Fuerzas Irlandesas de Defensa, el IRA Oficial y Provisional, así como el IRA de la Continuidad y el IRA Auténtico reclaman para sí el título de Óglaigh na hÉireann (Voluntarios Irlandeses). Michael Collins, héroe nacional irlandés, asumió el papel de reorganizador del IRA. Su formación y desarrollo posterior quedaron inseparablemente unidos a la historia política de Irlanda

Historia 

En 1914 el gobierno del Reino Unido atendió a la antigua exigencia de los nacionalistas irlandeses de un gobierno autónomo con dos condiciones: que no se proclamase hasta después de la Primera Guerra Mundial y que los seis condados norteños quedasen temporalmente excluidos del control local del Parlamento de Dublín. La segunda de las condiciones fue resultado de una campaña de desobediencia de los unionistas del norte, que suscitó en el Reino Unido el temor de que la concesión del gobierno autónomo provocase una guerra civil entre nacionalistas y unionistas.
Para una minoría de nacionalistas, la autonomía concedida supo a poco y llegó demasiado tarde. Durante el Alzamiento de Pascua de 1916, estos nacionalistas instigaron una rebelión contra el gobierno británico en Dublín y en otras zonas aisladas. Las armas habían sido adquiridas a Alemania bajo los auspicios de un activista de los derechos humanos, Sir Roger Casement. No obstante, la trama había sido descubierta y las armas se perdieron cuando el carguero que las transportaba fue hundido en el mar.
La rebelión prendió sobre todo en Dublín, donde los amotinados tomaron la oficina central de correos, izaron una bandera verde con la leyenda «República de Irlanda» y proclamaron la independencia del país. Aunque los historiadores republicanos suelen afirmar que el alzamiento y sus líderes contaban con el apoyo popular, en realidad se ha probado que hubo numerosas opiniones a favor de la ejecución de los rebeldes, por ejemplo la de las autoridades locales y la del periódico nacionalista irlandés de mayor tirada: el Irish Independent. Los dublineses no sólo colaboraron con los soldados británicos enviados para aplastar la rebelión, sino que tomaron parte activa contra los republicanos. Se ha relatado cómo muchos ciudadanos escupían y tiraban piedras a los rebeldes apresados mientras se los conducía camino de los cargueros que los llevarían a los campos de internamiento en Gales.
No obstante, la opinión pública fue variando gradualmente, en principio por las ejecuciones sumarias de 16 altos cargos del ejército (algunos de los cuales, como James Connolly, estaban enfermos hasta el punto de no ser capaces de mantenerse en pie) y el pueblo se fue involucrando en la rebelión. Como describió un observador, «el proceso público de ejecución de los líderes del alzamiento... fue como ver la sangre fluir bajo una puerta cerrada». La opinión pública se decantó aún más por los republicanos entre 1917 y 1918, a raíz de la Crisis del Reclutamiento, cuando el Reino Unido intentó imponer levas en Irlanda para respaldar su esfuerzo de guerra, que en el momento empezaba a flaquear.
La mayoría de las opiniones hicieron responsable al Sinn Féin, conocido habitualmente como el brazo político del IRA, de la organización del Alzamiento de Pascua, aunque el grupo no propugnaba por aquel entonces la independencia. El cabecilla del partido en el momento, Arthur Griffith, hacía campaña a favor de una monarquía dual con el Reino Unido, una vuelta al status quo de la conocida como «Constitución de 1782», aprobada por el Parlamento de Grattan. Los supervivientes republicanos bajo el liderazgo de Éamon de Valera se infiltraron y se hicieron con el control del Sinn Féin, hecho que condujo a una crisis de objetivos en 1917.
En un compromiso alcanzado en el Árd Fheis (congreso del partido), el Sinn Féin acordó hacer campaña temporalmente a favor de la república. Tras el establecimiento de la misma, se dejaría en manos del electorado la decisión de si instaurar una monarquía o una república; no obstante, si se optaba por la monarquía, ningún miembro de la familia real británica (Casa de Windsor o de Sajonia Coburgo Gotha) sería candidato al trono de Irlanda.
De 1916 a 1918, los dos movimientos nacionalistas dominantes, el Sinn Féin y el Partido Parlamentario Irlandés se disputaron la hegemonía en diversas elecciones menores. Ninguno de los dos alcanzó una victoria definitiva, y la Crisis del Reclutamiento terminó de inclinar la balanza del lado del Sinn Féin. En las elecciones generales de 1918 el partido ganó una clara mayoría de escaños y en la mayoría de las circunscripciones ni siquiera tuvieron competencia.
Los parlamentarios electos del Sinn Féin en 1918 optaron por no ocupar sus escaños en Westminster y organizar una Asamblea de Irlanda independiente, conocida en gaélico irlandés como Dáil Éireann. El 21 de enero de 1919, este nuevo parlamento provisional se congregó en la Mansion House de Dublín. En sus primeras sesiones la asamblea eligió al primer ministro Cathal Brugha e inauguró el ministerio desde entonces conocido como Aireacht).

Guerra de Independencia de Irlanda

Los primeros disparos de la Guerra de Independencia de Irlanda fueron efectuados en Soloheadbeg (condado de Tipperary) el 21 de enero de 1919 por Sean Treacy. Los agentes de la policía irlandesa (RIC, del inglés Royal Irish Constabulary) James McDonnell y Patrick O'Connell resultaron muertos cuando una unidad de voluntarios del IRA del Sur de Tipperary intentaba hacerse con cierta cantidad de gelignita. Técnicamente, los hombres involucrados no acataban la disciplina del IRA, y pudieron haber sido sometidos a un consejo de guerra, pero se pensó que serían más útiles desde el punto de vista político si se los presentaba como ejemplo para los militantes activos. El conflicto pronto se convirtió en una guerra de guerrillas sostenida por las que fueron conocidas como Flying Columns en áreas periféricas. A lo largo de 1919 y 1920 se produjeron numerosos ataques a cuarteles especialmente aislados de la policía británica, lo que obligó al RIC a concentrarse a la defensiva en las ciudades más grandes y dejó enormes áreas rurales literalmente en manos de los republicanos.
En respuesta, los británicos en vista de que enviaron cientos de veteranos de la Primera Guerra Mundial para ayudar al RIC. Al parecer, los veteranos vestían uniformes de color negro como la policía y también color tierra como el ejército, lo que inspiró el sobrenombre de los Black and Tans. La brutalidad de estos regimientos es ya legendaria, si bien la represión más desaforada, y habitualmente achacada a las fuerzas de la Corona, era a menudo obra de la «División Auxiliar» del RIC.
El IRA también fue acusado de excesos, especialmente contra las propiedades de los lealistas de las cercanías de Munster, y poco después tanto la Asamblea de Irlanda como el Sinn Féin fueron proscritos por el gobierno británico.
David Lloyd George, primer ministro británico del momento, se vio sometido a una enorme presión política para que intentase salvar la situación. Eamon de Valera se negó a asistir a las conversaciones propuestas, consciente de que el compromiso era inevitable pero que los movimientos en esa dirección deteriorarían su imagen. Una inesperada intercesión llegó de manos del rey Jorge V del Reino Unido que, apoyado por el político y general sudafricano Jan Smuts,3 consiguió persuadir al gobierno británico de que aceptase una versión totalmente nueva del discurso ante el Parlamento de Irlanda del Norte, que había de reunirse en el ayuntamiento de Belfast en junio de 1921. El rey había protestado repetidas veces ante Lloyd George por los métodos empleados por las fuerzas de la Corona.
El discurso, que hacía un llamamiento a la reconciliación de ambas partes, cambió el clima político y permitió a los gobiernos británico y republicano acordar una tregua. A finales de 1921, se celebraron una negociaciones en Londres que conducirían al Tratado Anglo-Irlandés. La delegación irlandesa fue encabezada por Arthur Griffith y Michael Collins, puesto que Éamon de Valera (entonces «Presidente de la República») insistió en que como jefe de estado no podía asistir si el rey Jorge no encabezaba asimismo la delegación británica.

La división del país

Por la Ley de gobierno de Irlanda de 1920, Irlanda fue dividida en Irlanda del Norte e Irlanda del Sur. Según las condiciones del Tratado Anglo-irlandés del 6 de diciembre de 1921, que puso fin a la guerra, Irlanda del Norte tenía la opción de retirarse del recién constituido Estado Libre Irlandés y seguir siendo parte del Reino Unido. El parlamento de Irlanda del Norte siguió ese camino, y se constituyó una comisión para delimitar la frontera.
Los líderes irlandeses confiaban en que la división reduciría el tamaño de Irlanda del Norte en tal medida, que el país sería económicamente inviable. Según el mito, la división fue el punto de ruptura entre los favorables y los contrarios al tratado; muy al contrario, todos esperaban que la comisión rindiese Irlanda del Norte. La escisión obedecía en realidad a problemas de orden simbólico: ¿podía disolverse la República de Irlanda? ¿Podían los políticos irlandeses pronunciar el juramento de lealtad exigido por el tratado? Los republicanos contrarios al tratado, encabezados por de Valera, respondían negativamente a ambas preguntas; cuando el Parlamento Irlandés aprobó el tratado con una exigua mayoría, abandonaron sus escaños.
Muchos de los altos cargos del IRA antiguo, el ejército de la república, engrosaron las filas del nuevo ejército nacional del Estado Libre Irlandés, mientras que otros volvieron a la vida civil. Muchos otros, que siguieron utilizando el nombre de IRA, iniciaron una sangrienta guerra civil contra el nuevo Estado Libre Irlandés, encabezado ahora por W.T. Cosgrave. En este enfrentamiento se perdieron tanto conocidos líderes republicanos (Michael Collins) como el propio IRA antiguo, que inició una espiral de escisiones sin fin durante todo el resto del siglo XX.

IRA modernos

El primer gobierno del Estado Libre Irlandés: aceptó el compromiso del tratado de 1921 y proclamó el nuevo estado; con el tiempo, llegó a convertirse en el partido de la República de Irlanda que hoy conocemos como Fine Gael.
La sección del Sinn Féin/IRA con base en los veintiséis condados del Estado Libre: rechazó el tratado de 1921 con el Reino Unido y, comandada por Eamon de Valera, luchó en la Guerra Civil Irlandesa contra el «ejército nacional» del Estado Libre.
Fianna Fáil: algunos años tras la derrota sufrida en la Guerra Civil, una facción del Sinn Féin liderada por de Valera volvió a la política institucional como el partido Fianna Fáil, que sigue siendo uno de los dos mayores partidos de la República de Irlanda.
Los restos del Sinn Féin/IRA unidos al IRA antiguo/Sinn Féin de Irlanda del Norte: mantuvieron una actividad paramilitar esporádica y poco intensa; con el paso de los años, escoró hacia la izquierda política.
Hacia 1960, tras una desastrosa «campaña de violencia fronteriza», el Sinn Féin cambió su orientación de la guerra por la república hacia la guerra de clases marxista. Con la llegada de la época de revueltas conocida como «The Troubles», el IRA Oficial/Sinn Féin Oficial (como se lo conoció tras la formación del IRA Provisional y el Sinn Féin Provisional) se vio relegado por su reticencia o incapacidad para defender las áreas católicas de «Los Seis Condados» de las turbas protestantes. Con el tiempo, el IRA Oficial terminó desapareciendo, su ala política descartó su componente nacionalista y se constituyó en Sinn Féin Partido de los Trabajadores, más tarde Partido de los Trabajadores, si bien la mayoría de sus miembros terminaron dejándolo para fundar Izquierda Democrática, el partido más izquierdista del parlamento de la república (también opera en Irlanda del Norte). Por último, Izquierda Democrática se fusionó con el Partido Laborista. Tras el alto el fuego del IRA Oficial en 1972, este partido y el Sinn Féin Oficial sufrieron una nueva escisión que condujo a la formación del ultraizquierdista Ejército Irlandés de Liberación Nacional (o INLA, del inglés Irish National Liberation Army) y el Partido Socialista Republicano Irlandés, encabezado por Séamus Costelloe (que fue sangrientamente asesinado posteriormente por el IRA Oficial). El INLA se hizo tristemente famoso por sus numerosos enfrentamientos internos y por protagonizar algunos de los asesinatos más sectarios perpetrados por nacionalistas.
Los republicanos más tradicionalistas fundaron el IRA Provisional/Sinn Féin Provisional, que operó fundamentalmente en Irlanda del Norte, utilizando la violencia tanto contra los unionistas como contra los británicos, aunque también asesinaron a varios soldados irlandeses e integrantes de la Garda Síochána (la policía irlandesa). En 1986 volvió a producirse una secesión cuando los altos cargos del Sinn Féin Provisional en el Sur (como solía llamarse al brazo político del IRA Provisional), encabezados por Ruairí Ó Brádaigh fueron depuestos y sustituidos por un nuevo ejecutivo norteño bajo Gerry Adams. Los miembros depuestos, que encarnaban una dura línea republicana y se oponían a que el Sinn Féin Provisional abandonase su política de abstencionismo y ocupase sus escaños en el Parlamento de Irlanda, fundaron un partido y una organización paramilitar rivales que llamaron Sinn Féin Republicano e IRA de la Continuidad. Aquellos miembros de diversas facciones que no aceptaron el proceso de paz se escindieron para formar grupos como el IRA Auténtico. Por su parte, el IRA Provisional/Sinn Féin Provisional (más conocidos simplemente como Sinn Féin y el IRA), se inclinaron hacia una postura menos militarista y más política que a posteriori contribuiría al Informe Hume-Adams y al proceso de paz. El 28 de julio de 2005 el IRA anuncia el cese de la lucha armada.
IRA 2012: El nuevo IRA está integrado por Ejército Republicano Irlandés Auténtico (IRA Auténtico) (inglés: Real Irish Republican Army, Real IRA (RIRA/rIRA) o True IRA; en gaélico irlandés: Fíor-IRA) o, según su propia denominación Óglaigh na hÉireann (Voluntarios de Irlanda) (RIRA), una escisión del IRA Provisional (PIRA); la Acción Republicana Contra las Drogas (RAAD), formada por ex combatientes del PIRA que iniciaron una batalla contra el narcotráfico, sobre todo en la ciudad de Derry; y por las Facciones Republicanas Independientes, una amalgama de distintos grupos de combatientes católicos.

Desaparición oficial 

Oficialmente, el IRA Provisional se consideró desmantelado el 3 de septiembre de 2008, cuando su Consejo Armado ya no estaba operativo según informó la Comisión Independiente de Control, añadiendo que no existía una estructura de líderes capaz de organizar la lucha armada. Shaun Woodward, ministro para Irlanda del Norte declaró:
El IRA ha cumplido con sus obligaciones. Ha abandonado todas sus estructuras terroristas, los reclutamientos y los llamados departamentos militares han sido desmantelados.

Presente 

Actualmente varias facciones disidentes del antiguo IRA pretenden hacer fracasar el acuerdo de paz con ataques esporádicos en Irlanda del Norte. En marzo de 2009, dos soldados británicos fueron asesinados con armas automáticas en un ataque al cuartel militar de Massereene que fue reivindicado por el IRA Auténtico. 48 horas después, un agente de policía era abatido a tiros en la localidad de Craigavon. Esta vez, el ataque fue reivindicado por el IRA de la Continuidad, otro grupo escindido del IRA. En enero de 2010, un policía resultó gravemente herido al explotar una bomba lapa adherida a su vehículo. En julio, jóvenes repúblicanos produjeron importantes altercados de violencia callejera en distintos barrios de Belfast y otras localidades de la provincia, coincidiendo con las celebraciones protestantes del Doce de Julio. El 4 de octubre explotó un coche bomba en las afueras de Derry sin producir daños personales. En abril de 2011 un policía resultó muerto en Omagh al estallar una bomba lapa adosada a su vehículo. 
En julio de 2012 los grupos disidentes más importantes del IRA contrarios a la paz al no haber alcanzado el objetivo principal (que Irlanda del Norte se una a Irlanda del Sur y que toda la Isla de Irlanda sea una única nación sin que tenga nada que ver el Reino Unido) anunciaron que se unían en un solo grupo con el objetivo de volver a hacer diversas acciones con el objetivo de que la causa del IRA no se olvide.
IRA 2012: El nuevo IRA está integrado por Ejército Republicano Irlandés Auténtico (IRA Auténtico) (inglés: Real Irish Republican Army, Real IRA (RIRA/rIRA) o True IRA; en gaélico irlandés: Fíor-IRA) o, según su propia denominación Óglaigh na hÉireann (Voluntarios de Irlanda) (RIRA), una escisión del IRA Provisional (PIRA); la Acción Republicana Contra las Drogas (RAAD), formada por ex combatientes del PIRA que iniciaron una batalla contra el narcotráfico, sobre todo en la ciudad de Derry; y por las Facciones Republicanas Independientes, una amalgama de distintos grupos de combatientes católicos. 

El IRA en la cultura 

El director británico Ken Loach lleva al cine episodios de la guerra Anglo-Irlandesa y de la guerra civil en la película The Wind That Shakes the Barley. Los protagonistas son combatientes del IRA Original de los años 20. También aparece el IRA en la película "Hunger" (hambre), que trata de los prisioneros del IRA capturados por británicos y de su forma de resistencia, mediante huelgas de hambre. Sobre el mito revolucionario, y de manera paralela a la revolución mexicana, en la película Giù la testa (Duck you sucker) del cineasta italiano Sergio Leone, se aborda de manera tangencial la experiencia del Ejército Republicano Irlandés, a través de flashback de John Mallory, interpretado por James Coburn. En la historia "Concierto en Do menor para arpa y Nitroglicerina" (ver Las Celticas) del comic "El Corto Maltes" del italo-argentino Hugo Pratt, el Corto viaja a Irlanda en el año 1917 para visitiar a un amigo, antiguo camarada y militante del IRA, que aparentemente murió en combate contra los miembros paramilitares del Black and Tans. Luego la historia nos revela una interna dentro del ejército revolucionario irlandés.

LO NORMAL

¿Qué es lo normal? ¿Y lo diferente?
Una voz espléndida y unas preguntas y respuestas muy interesantes....

La leyenda negra de César González-Ruano



Hasta hace unos meses, uno de los premios de periodismo mejor dotados del mundo -30.000 euros- llevaba su nombre. Con una pluma excelente y con un aire distinguido y bohemio de “hidalgo venido a menos”, César González-Ruano (Madrid, 1903-1965) ha sido considerado durante décadas como uno de los mejores periodistas españoles siglo XX. Sus colegas y discípulos, como Paco Umbral o Camilo José Cela, hablaban con indulgencia e incluso admiración de su carácter amoral, de pícaro, de buscavidas. Ruano fue corresponsal de ABCen el Berlín nazi y en la Roma fascista, y vivió tres años a todo tren en el París ocupado sin escribir ni trabajar. En 1942, la Gestapo lo detuvo y fue encerrado en la cárcel militar de Cherche-Midi. ¿Cuál fue el motivo? ¿De dónde sacaba el dinero para mantener su nivel de vida en la capital francesa?


Él mismo alimentó a su regreso a España el enigma sobre su excéntrica figura y sus andanzas en París -y en Roma y en Berlín- con silencios y medias verdades vertidas en sus diarios y memorias: “No fue por robar relojes, claro está”, reconoció el escritor a propósito de su encarcelamiento parisino sin dar más explicaciones. Ahora, El marqués y la esvástica. César González-Ruano y los judíos en el París ocupado (Anagrama) pone sobre la mesa los episodios más oscuros de la “leyenda Ruano”, que trasladarían al periodista del territorio de la amoralidad a la inmoralidad absoluta. Tanto es así, que el periodista se ganó la desconfianza tanto de la resistencia francesa como de los regímenes nazi y fascista, con los que había colaborado. Los autores del libro son la ensayista especializada en cultura germánica Rosa Sala Rose y el reportero Plàcid Garcia-Planas, que han pasado tres años viajando, visitando archivos y recabando testimonios para llevar a cabo una extensa investigación de 500 páginas.

El marqués y la esvástica está escrito con un estilo ágil que pone al descubierto los propios entresijos de la investigación, añadiéndole al ensayo ingredientes propios de las novelas de misterio. “Desde el principio supe que lo importante no sería la meta, sino todo lo que pudiéramos encontrar por el camino. Esta actitud te permite reflejar no sólo los éxitos de la investigación, sino también los fracasos y las contradicciones”, explica Garcia-Planas.

Según las averiguaciones de los autores, Ruano se aprovechó de la tragedia judía traficando con salvoconductos para los fugitivos, a los que expoliaba sus bienes. De esta manera financiaba las joyas que llevaba y las fiestas que daba en París, aseguran los testimonios de personas que coincidieron con él, contados por sus familiares. Varios documentos -procedentes de la embajada alemana en París y del expediente del juicio al que fue sometido años después por la Francia libre- acreditan que la Gestapo encerró a Ruano en Cherche-Midi durante 78 días por traficar con salvoconductos y extorsionar a una familia judía a cambio de tráfico de influencias.

El libro también documenta cómo Ruano ocupó y expolió en París el piso de un judío. El empresario español Julián Ruiz Aranda había usado sus contactos para facilitar la huida del comerciante judío José Bernheim hacia la Francia no ocupada. Bernheim le confió las llaves de su fastuoso piso de 850 metros cuadrados a Ruiz Aranda, y éste alojó en él a Ruano. Según la viuda del arquitecto, el periodista desvalijó el piso: “A medida que colgaba una falsificación, vendía el cuadro original y se gastaba el dinero”. Cuando en 1943 los alemanes tasaron el piso para su “arianización”, el lujoso mobiliario y las obras de arte se habían evaporado, según el informe del tasador.

Sala y Garcia-Planas aseguran que “los círculos diplomáticos y jurídicos españoles por los que Ruano se movió a su llegada a París estaban éticamente gangrenados”. Buceando en el archivo de la Prefectura de Policía de París, los autores se han topado con numerosos casos de estafa y chantaje a judíos por parte de españoles con nombres y apellidos a los que Ruano conoció. Sin embargo, de él no hay ni rastro en este archivo. Para Sala, el descubrimiento de esta “gangrena moral” entre los españoles establecidos en el París ocupado es uno de los principales hallazgos de la investigación. “Esta gente, entre los que había gente de derechas y chaqueteros que habían sido republicanos, engañaba con la facilidad de quien se toma un café”, se indigna la germanista.


Terror en Andorra

La acusación más grave sobre Ruano, que no ha podido ser probada, procede de Eduardo Pons Prades, que fue coordinador regional del maquis en los Pirineos y participó desde 1941 en el pasaje clandestino a España de civiles y militares europeos que huían de la Francia ocupada. Según sus memorias publicadas hace unos años, Los senderos de la libertad, su cuadrilla descubrió unas misteriosas caravanas de camiones que llevaban engañados a decenas de fugitivos hasta los Pirineos y allí los asesinaban a tiros. Los guerrilleros encontraron a un superviviente malherido en el bosque, un ingeniero químico judío de apellido Rosenthal. A partir de su testimonio, uno de los compañeros de Pons Prades llamado Manuel Huet viajó con él a París para tirar del hilo. Según sus pesquisas, que Sala y Garcia-Planas admiten no haber podido corroborar, González-Ruano podría haber estafado sistemáticamente a fugitivos judíos en el París ocupado con salvoconductos falsos haciéndose pasar por el agregado cultural de la embajada española. Aquél sería el comienzo de una falsa cadena de evasión que se rompía en Andorra y en muchos casos acababa en asesinato. “Aunque esto fuera cierto, no creo que Ruano supiera el final que le aguardaba a los fugitivos a los que les vendía los salvoconductos”, matiza Sala.


Esta “leyenda negra andorrana” es la otra línea de investigación principal del libro, junto con la de Ruano. Según Garcia-Planas, “se conoce de sobra en el principado pero nadie quiere hablar de ello”. En España se conoció a partir de una serie de reportajes del periodista Eliseo Bayo aparecidos durante los años del destape en la revista Reporter, “entre culos y tetas”, explica el investigador. “Queda mucho por investigar sobre este asunto y debería ser el gobierno andorrano quien tomara las riendas para clarificarlo todo, porque si no la leyenda negra será cada vez más leyenda y más negra”, reclama Garcia-Planas.


Una pluma mercenaria

El libro también demuestra, a partir de documentos intercambiados entre la embajada nazi en España y el ministerio de asuntos exteriores alemán, queRuano puso su pluma al servicio de la propaganda nazi a cambio de dinero. En sus artículos cantaba las bondades del régimen nazi y su concepto del honor patrio y la pureza racial, al tiempo que atacaba y despreciaba a los judíos, sobre todo en dos artículos titulados “La raza”, donde decía que “el judío es un masoquista y un ventajista de la persecución”. En otro artículo, publicado en La Nueva España, afirmaba: “El judaísmo ha ganado terreno en Francia: domina su política, orienta sus tristes destinos, condiciona la vida de la República a los juegos de la masonería y a los intereses de Moscú”.


Después de tres años de investigación, Sala aún no tiene claro cuánto de convicción y cuánto de conveniencia tenía el antisemitismo de Ruano: “Es difícil saberlo, pero había mucho de oportunismo y de ganas de llenarse el bolsillo en su actitud”. Por otra parte, la autora cree que este desprecio hacia los hebreos está relacionado con sus propias aspiraciones aristocráticas -consiguió que Alfonso XIII le prometiera restaurar el marquesado de Cagigal, del que se decía heredero, en caso de volver a ocupar el trono- y su “necesidad de reforzar la seguridad en su superioridad innata, en la nobleza natural de su sangre”.

Sala y Garcia-Planas también han descubierto que Ruano fue condenado por Francia, después de la liberación, a 20 años de trabajos forzados “por inteligencia con el enemigo”, pero no cumplió la pena porque ya había vuelto a España, donde retomó su actividad profesional.

Como recuerda Sala en el libro, Hannah Arendt habló de la “banalidad del mal”, refiriéndose a las personas que actúan siguiendo órdenes, sin ser conscientes de la maldad de sus actos. La filósofa alemana de origen judío inventó este concepto contrapuesto a la idea de “mal radical” de Kant. La coautora de El marqués y la esvástica inventa una nueva etiqueta para situar a Ruano: “la mediocridad del mal”. Según esta categoría moral, “Ruano hacía el mal porque necesitaba francos para comprar champán. Seguro que sentía un poco de remordimiento, pero no demasiado”.

Garcia-Planas asegura que, a pesar de su bajeza moral, la obra de González-Ruano debe ser juzgada por sí misma y destaca su "literatura sublime". "Me he ido enamorando literariamente de Ruano conforme lo íbamos desnudando moralmente", concluye. Fuente: El Cultural