Atrocidades japonesas en China durante II Guerra Mundial


Un aldeano en el norte de China se ha tropezado con un libro sobre los juicios a las tropas japonesas encargadas de la guerra biológica durante la Segunda Guerra Mundial, que contiene detalles de las atrocidades japonesas en China en ese periodo.
Zhao Yungang en la ciudad de Changzhi, de la provincia de Shanxi, dijo hoy miércoles a Xinhua que descubrió por casualidad el libro en el fondo de una caja cuando estaba ordenando las cosas dejadas por su abuelo.

El documento, que tiene más de 600.000 caracteres chinos y fue publicado en 1950, es una traducción china de un volumen impreso por una editorial de Moscú.

El libro ofrece los detalles de las acusaciones de preparar y usar armas bacteoriológicas en el noreste de China contra 12 oficiales japoneses, que incluyen a Otozo Yamada, el último comandante en jefe del Ejército Guandong de Japón.

Los juicios se celebraron en Lhabarovsk, en la ex Unión Soviética, en diciembre de 1949. El texto incluye acusaciones, confesiones, alegatos y veredictos, así como fotocopias de las órdenes de Japón para preparar y usar armas bacteriológicas y transportar seres humanos vivos para experimentar con ellos.

De acuerdo con el libro, Yamada confesó a los jueces que un gran número de personas fueron encarceladas por la Unidad 731 para experimentar con ellas. El acusado aseguró al tribunal que el ejército japonés adoptó tres maneras para usar armas bacteriológicas: bombas, dispersión directa desde aviones y extensión en el suelo.

Yamada fue sentenciado a 25 años de prisión y puesto en libertad en 1956.

Más de 10.000 personas fueron asesinadas en la Unidad 731 en la ciudad nororiental china de Harbin. Los civiles y prisioneros de guerra de China, la ex Unión Soviética, la Península Coreana y Mongolia se convirtieron en víctimas de las horribles atrocidades inhumanas de Japón.