Tráfico de vida silvestre: ¿legalizarla?


El tráfico ilegal de animales es un negocio que mueve anualmente una cantidad descomunal de dinero: US$19.000 millones.
Y todos esos billetes son a costa de los colmillos de los elefantes, los cuernos de los rinocerontes, las pieles de los grandes felinos, los cuales son cazados de forma ilegal para suplir una demanda que algunos comparan con el negocio de las drogas.
"El marfil y el cuerno de rinoceronte son la cocaína el sudeste asiático", tituló al respecto Simon Jenkins, columnista de diario británico The Guardian.
Al año son cazados de manera ilegal unos 20.000 elefantes y 1.000 rinocerontes, entre otras especies.
Por esa razón esta semana se reunieron en Londres representantes de 40 países y 11 organizaciones para tratar el tema.
Y a pesar de la contundencia de las cifras, durante la reunión se planteó una propuesta polémica: la legalización del comercio de estos animales para suplir la demanda.

La propuesta

Aunque hace más de 30 años que se viene tocando el tema, en junio de 2013 el gobierno de Sudáfrica propuso la legalización del comercio de cuernos de rinoceronte, con el objetivo de reducir la caza furtiva de estos animales en su territorio.

Al año mueren unos 1.000 rinocerontes en África para quitarles sus cuernos.
Para el economista Michael 'It Rolfes, la idea es buscar alternativas para evitar el sacrificio indiscriminado de los animales mediante un comercio controlado.
"No se ve una reducción de la demanda en el corto plazo. Las personas en el lejano oriente creen firmemente en que el cuerno de rinoceronte puede curar el cáncer u otras enfermedades y el mercado negro lo único que hace es lucrar con esa creencia", explicó Rolfes a los medios durante la conferencia.
Una de las alternativas que proponen no solo Rolfes sino distintas organizaciones alrededor del mundo es la de la "ganadería" de rinocerontes, que permita criar una cierta cantidad de ejemplares para suplir el mercado global.
"También debemos buscar la manera de reunir los cuernos que obtenemos de los animales que han muerto de forma más efectiva. La idea es evitar que mueran más animales de forma ilegal y sin control", señaló Rolfes.

No hay datos ciertos

Sin embargo, muchos especialistas y organismos son escépticos ante la posibilidad de la idea de la legalización.
Ante la propuesta de la "ganadería" no solo hecha por Rolfes sino también por conservacionistas como Brendan Moyle, surgen varios interrogantes.

Algunos de los puntos acordados por los representantes de 40 países en la reunión de Londres sobre protección de la vida salvaje, contra el tráfico ilegal y la caza furtiva son:
Tratar el tráfico de animales como un crimen serio, de acuerdo a la convención de Naciones Unidas contra el crimen organizado internacional.
Manejar el problema de corrupción y lavado de dinero relacionado con el tráfico de animales con leyes de cero tolerancia.
Fortalecer el marco legal contra el crimen y ayudar a la fuerza pública que se enfrenta contra este tipo de crímenes.
Buscar apoyo interinstitucional para robustecer la eficacia de las entidades dedicadas a cuidar la vida silvestre.
Denunciar a los gobiernos que estén facilitando el tráfico ilegal.
Denunciar a los gobiernos que utilizan los productos prohibidos o ilegales de especies en peligro de extinción.
"Una de las principales dificultades que tiene una propuesta de esa naturaleza es que carece de fundamentos reales, está basada en una economía de servilleta, muy básica", le dijo a BBC Mundo el profesor del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México, Alejandro Nadal.
Nadal, quien estuvo en las conversaciones de Londres, señaló que las organizaciones detrás del comercio ilegal tienen muchas formas de hacer una "guerra de precios" que, si no se enfrenta de manera adecuada, podría ser fatal para la protección de las especies.
"Los traficantes no están solo detrás de los cuernos de rinoceronte, también están en el negocio de las pieles, del marfil, de los animales exóticos. Y pueden manejar los precios de cualquier producto sin poner en peligro su rentabilidad", explicó Nadal.
Para él la lucha debe encaminarse a reducir la demanda a través del mercadeo.
"Japón y Europa eran grandes compradores de marfil hace cien años y de alguna manera eso se logró cambiar. Es falso decir que la demanda no se puede reducir", dijo el académico.

Crimen organizado

Otro factor que los analistas observaron fue el preocupante aumento de la participación de organizaciones criminales dedicadas al comercio del tráfico animal.
"Grupos que habitualmente estaban dedicados al tráfico de drogas o la venta de armas, se están moviendo hacia el comercio de animales", le dijo a la BBC Davyth Stewart, miembro de inteligencia de la Interpol.
Evidentemente no es una pelea justa: conservacionistas contra bandas criminales.
Sin embargo, los expertos en vida salvaje afirman que es una pelea que deben tomar.
El problema en esta lucha es que, según el mismo Stewart, los criminales lucran con mucho dinero con un riesgo muy bajo.
"No hay recursos en las fuerzas policiales para combatir como se debe este delito. Y por supuesto, en la policía existen otras prioridades", dijo Stewart.
Y añadió que "además es un asunto que también pasa por la legislación. Por ejemplo, el año pasado en Irlanda arrestaron a dos hombres por una carga de cuernos de rinocerontes que valía casi US$ 1,5 millones y solo recibieron una multa por 500 euros".

Otro de los "rubros" del comercio ilegal de vida silvestre son las pieles. Tigres, leopardos y osos son los más apreciados en el lejano oriente.

Demanda y oferta

La mayoría de los activistas presentes en la reunión están de acuerdo con Nadal: uno de los problemas que debe combatirse es el de la alta demanda de marfil y cuernos de rinocerontes.
Es sencillo: si la gente no quiere más productos animales, el mercado no existe, se acaba el negocio, los criminales pierden interés, los intermediarios se desvanecen y los cazadores furtivos paran de cazar.
"Creo que el gran desafío ahora es que la demanda por productos de animales salvajes está por las nubes, disparada", le dijo a la BBC John Robinson, director de la Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje.
"Lo que estamos viendo es una fuerte demanda de los países del lejano oriente, especialmente China", explicó Robinson.

"Hay dos pasos para resolver la demanda: que la gente comprenda que esos objetos vienen de animales vivos. Y que para obtener ese material, hay que matar al animal. Eso no lo entiende mucha gente en el mundo", concluyó Robinson. Fuente: BBC