A veces la ignorancia y, no pocas veces, la mala voluntad traducen ciertas experiencias, vivencias y creencias como "cosas de niños" como si eso significase que son cosas "menores".
Realmente la expresión transmitiría lo contrario.
Son muchas las personas (jóvenes y no tan jóvenes) que nos disponemos a celebrar los misterios de nuestra fe. Una fe de VIDA Y SERVICIO.
Una fe que es capaz de generar relaciones, experiencia y pertenencia incluso para los que más "rotos" se sienten.