¿Qué partes componen la aorta torácica?
La arteria torácica está compuesta por 3 partes:
- La aorta torácica ascendente. Va desde la salida del ventrículo izquierdo del corazón hacia arriba hasta el comienzo del callado aórtico.
- El callado aórtico. Es la continuación de la ascendente y forma un arco o callado que cambia la dirección de la arteria. La sigue la aorta torácica descendente.
- La aorta torácica descendente. Va desde el callado aórtico hacia abajo hasta el diafragma. Esta membrana es el límite anatómico entre la aorta torácica y la abdominal.
¿Qué es un aneurisma?
Un aneurisma de aorta torácica o AAT es una dilatación de la aorta a nivel torácico.
Aunque vayamos a hablar del torácico, hay que destacar que los aneurismas se dan en cualquier vaso sanguíneo siendo el más frecuente el de aorta abdominal (AAA).
La parte de la aorta torácica más afectada por los aneurismas es la aorta descendente. Lo siguen el aneurisma de la ascendente y por último el del callado aórtico.
Causas
Según la ubicación del aneurisma, las causas serán diferentes.
Así en el aneurisma de la aorta ascendente, las causas son:
- Degeneración quística de la capa media (necrosis). Esto significa que el tejido de la pared de la aorta se ha roto. Es la causa más frecuente de aneurisma en esta parte.
- Trastornos genéticos que afectan al tejido conectivo (tejido del que están compuestos los vasos sanguíneos). Por ejemplo: síndrome de Marfan y síndrome de Ehlers-Danlos.
- Antecedentes de aneurisma de aorta torácica.
- Ateroesclerosis o endurecimiento de las paredes de la aorta. Es la causa menos frecuente en esta parte de la aorta torácica.
- Infección, sífilis, etc.
En el aneurisma del callado aórtico, las causas son:
- Arteritis de Takayasu.
- Ateroesclerosis.
- Continuación de un aneurisma en la parte ascendente o descendente.
En el aneurisma de la aorta descendente, las causas son:
- Ateroesclerosis. Es la causa más común en esta parte. Se asocian también varios factores como: edades de riesgo (mayor de 55 años), ser varón, factores genéticos, ser descendiente de padres consanguíneos (son familiares que comparten sangre), hiperlipidemia (nivel alto de grasas en sangre), hipertensión arterial, fumar o ser diabético.
Los aneurismas de la aorta torácica también pueden estar causados por traumatismos torácicos fuertes, como en accidentes de tráfico.
Síntomas
Vamos a recalcar mucho este punto ya que los aneurismas torácicos pueden ser asintomáticos. En caso de presentarse síntomas, estos suelen ser: dolor torácico, sibilancias (silbidos emitidos por el pulmón al paso del aire), disfagia (dificultad para tragar), disnea (dificultad para respirar), hipotensión, aumento de la frecuencia cardíaca, hinchazón en el cuello o síndrome de la vena cava superior.
Los aneurismas en el tórax, junto con los cerebrales, son los más peligrosos. Al estar sometidos a grandes presiones debido al latido cardíaco, estas paredes están sufren más daño, lo que puede provocar su ruptura. Esto desencadena una gran hemorragia interna que muchas veces termina en muerte.
Cirugía del aneurisma
Hay dos técnicas principales para tratar los aneurismas torácicos. Estas son:
- Mediante cirugía abierta. Se practica un incisión en medio del pecho o en uno de sus costados para así acceder a la aorta. Se conectarán los extremos sanos del lugar donde encontramos el aneurisma a un sistema de circulación extracorpórea (como veíamos en el trasplante cardíaco). A continuación se extrae la zona afectada y se sustituye por un tubo (bypass) de un material especial que hará la función de arteria sana. Finalmente se conectan los extremos arteriales con este bypass. Este tipo de cirugía es muy compleja y presenta más riesgos, por lo que se reserva para los pacientes que estén en mejor condición física.
- Mediante la reparación endovascular del aneurisma torácico o TEVAR por sus siglas en inglés. Esta técnica es mínimamente invasiva y consiste en hacer una pequeña incisión en la ingle para así acceder a la arteria femoral. Una vez dentro y mediante cirugía endoscópica se llegará a la parte de la aorta afectada. Una vez que se localiza el aneurisma, se desprende del endoscopio un dispositivo que tiene un bypass de un material especial y una malla metálica para su sujeción (stent). Una vez fijada, se retira en endoscopio y se sutura. Esta técnica es muy eficaz ya que el aneurisma reduce su tamaño paulatinamente al no estar en contacto con la sangre.
Hay una tercera técnica que es la híbrida y combina ambos métodos. Se utiliza sobre todo en aneurismas en el callado aórtico.
Riesgos
Los riesgos serán mayores en la cirugía abierta. Los principales son los asociados a la anestesia general, el sangrado, la infección o la reacción adversa al implante. Este último es muy poco frecuente. También se puede presentar accidente cerebrovascular, ataque cardíaco, daño renal o arritmia.
En la técnica de TEVAR se pueden dañar los vasos sanguíneos de la pierna.
Postoperatorio
La muerte en las siguientes horas a la operación es del 5 al 10%.
La hospitalización de penderá del tipo de cirugía que haya sido practicada y de la evolución del paciente. Esta irá de los 3 o 4 días a las 2 a 3 semanas.
Los cuidados serán similares a los del trasplante cardíaco.
A largo plazo, los pacientes que tendrán nuevas afecciones serán aquellos que tengan algçun daño importante en su salud.