Los anestésicos consumidos antaño por vaqueros y soldados amenazan la hegemonía del combinado de moda, el que se hizo fuerte durante los años de crisis. El consumo de whisky y de licores como el Jägermeister creció en 2015 después de varios años de ley seca en los bares en los que pocos, salvo el gintonic, han salvado el tipo.
Las cifras de ventas de espirituosos durante 2015 analizadas por la consultora Nielsen para MERCADOS revelan que los españoles hemos consumido alcohol este año «con más alegría que antes», explica Alberto Iglesias, experto en el sector de la consultora.
Las ventas de espirituosos, tanto en restauración como en los supermercados e hipermercados, crecieron por primera vez, tras años con caídas. En concreto, aumentaron un 3,1%, según las cifras de Nielsen.
Los españoles consumimos más de 13 millones de litros de alcohol en sus diferentes variedades. Sólo en bares, el crecimiento se elevó un 6% (casi siete millones de litros), frente a las caídas del 1% de 2014. «Durante la crisis hubo un trasvase del consumo del bar al hogar. Este año ha ocurrido a la inversa: en los hogares retrocede y bebemos más fuera de casa», explica el experto.
A esta recuperación que lideraron las cervezas a principios de año se le han ido sumado otros espirituosos de mayor graduación. No sólo crecen las ginebras (único reducto durante los años de debacle), sino que los licores y el whisky se suman a la fiesta del gintonic, amenazando su absoluta hegemonía.
Las ventas de licores crecieron a dos dígitos: un 10%, acercándose a los ritmos de crecimiento de las ginebras (15%). Para Alberto Iglesias, «ya no es sólo la moda del gintonic. Ahora en los bares y discotecas se consumen cada vez más otros alcoholes», como el whisky o los licores, con el Jäger a la cabeza.
La ginebra sigue siendo la bebida que más crece de todas (un 15,9%) pero ahora asoman en el mercado nuevos competidores que reclaman su parte del pastel.
En la carta española de espirituosos, el Jägermeister, que significa «maestro cazador» en alemán, brilla con luz propia. Este licor de hierbas que adquirió fama durante la Segunda Guerra Mundial porque lo bebían las tropas de Adolf Hitler, arrasa hoy entre los jóvenes. Iglesias confiesa que «el fenómeno Jager ha contribuido mucho en este crecimiento a dos dígitos de los licores».
Según explican fuentes del sector, algunas cadenas de supermercados incluso están haciendo sus propias marcas blancas de este brebaje de hierbas. Aunque se empezó a dar a conocer sólo hace unos años, España ya es el quinto país donde más consume y se encuentra entre los más vendidos del mundo.
También volvemos a beber whisky. Las ventas en bares y restaurantes crecieron un 2,9%, un avance que, aunque puede parecer tímido si se compara con el de las ginebras, «es bastante significativo», pues estos últimos años este espirituoso de origen escocés registró caídas.
No sólo se beben los clásicos. Los whiskys para sibaritas son los que más se sirven en las barras de los bares, advierte Iglesias. El Bourbon se dispara casi al mismo ritmo que las ginebras, un 15,6%, lo que confirma «que se ponen de moda los reservas y premium, los que se toman solos, sin mezclar», matiza Iglesias.
El ron, la bebida que más padeció la crisis, empieza a ver la luz pues su consumo en bares «ya no cae tanto como antes» y sólo lo hizo un 2,3% en 2015. «¿Si vuelve el cubata? En los bares ya se ha vuelto al combinado, aunque entendido en su sentido amplio, no tanto el ron sino otros tipo de alcoholes», explica el experto.
De los chupitos de tequila, por el contrario, pocos se acuerdan. En los bares su consumo cayó casi un 7%. También se pasó de moda el vodka, que se bebe un 2% menos. Todos estos datos anticipan cómo y cuánto vamos a beber este año: «son un reflejo de lo que ha sido 2015 y avanzan lo que se venderá en 2016».