En Trading Places, la película clásica de Hollywood de 1983 que protagonizó Eddie Murphy, los hermanos Duke, unos especuladores malvados, intentaron monopolizar el mercado del jugo de naranja. En la actualidad es probable que no lo intentarían.
Aunque los suministros escasean y los inventarios han bajado a su nivel más bajo en seis años, el precio de los futuros del jugo de naranja no se han movido, negociándose en una gama estrecha entre 1,10 y 1,60 dólares por libra.
El mercado ha ignorado los pronósticos, incluyendo un descenso de 25% en la producción estadounidense del jugo de naranja, y en vez se ha enfocado en el cambio en los hábitos de los consumidores y las tendencias débiles de consumo.
Baja de la demanda
"Lo que estamos viendo es que no está creciendo la demanda del jugo de naranja”, advirtió Gonzalo Ramírez Martiarena, director ejecutivo de Louis Dreyfus Company -el comerciante agrícola y mayor proveedor de jugo de naranja- a principios de este año.
La demanda global -liderada por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos (EEUU)- ha disminuido constantemente y el consumo se encogió en más de una quinta parte durante los últimos 10 años, según el Departamento de Agricultura de EEUU.
La demanda del jugo de naranja se está encogiendo debido a la tendencia de los consumidores de alejarse de las bebidas azucaradas y a una mayor competencia de otros productos, lo cual provoca una creciente preocupación en la industria.
En respuesta, los agricultores, procesadores, casas comerciales y empresas embotelladoras como Coca-Cola y PepsiCo intentan adaptarse.
Dreyfus busca socios en un intento por incrementar su alcance y distribución, mientras que Cutrale, uno de los mayores grupos de jugo de naranja, adquirió Chiquita -la compañía bananera estadounidense- el año pasado para diversificar su negocio. Según analistas, en otros tiempos los precios del jugo de naranja hubieran subido con los pronósticos de escasez de suministros, pero actualmente ése no es el caso.
"La caída de la demanda no ha afectado al mercado”, manifiesta Jack Scoville, de Price Futures Group en Chicago.
Nuevos gustos
La reducción del consumo del jugo de naranja puede atribuirse a la popularidad de la dieta Atkins a principios de la década del 2000, la cual promovía el consumo de mucha proteína y pocos carbohidratos. Los jugos de frutas, que tienen un contenido relativamente alto de azúcar, se encontraban en la lista negra de alimentos y bebidas.
"Actualmente, la gente considera que el jugo tiene demasiada azúcar”, indica Ross Colbert, estratega global de bebidas de Rabobank. La tendencia hacia un estilo de vida más saludable significa que los consumidores "consideran que las frutas frescas o crudas son una mejor opción”, añade.
Los jugos de frutas han sido afectados por el surgimiento de opciones de bebidas no alcohólicas en los mercados desarrollados, y la atracción de los consumidores hacia jugos más caros y batidos de frutas y de vegetales, al igual que a bebidas más ligeras como aguas saborizadas.
El agua de coco es otra bebida cuya demanda aumentó, según Howard Telford, un analista de Euromonitor. "Puedes consumirla después de hacer ejercicio”, dice.
Desayuno diferente
El cambio en los hábitos de consumo en el desayuno ha sido otro obstáculo. Ya que el jugo de naranja 100% en EEUU y Europa está relacionado estrechamente con el desayuno, el cambio de estilo de vida y el surgimiento de una actitud de "tomar y llevar” con respecto a la comida que comienza el día también ha afectado la demanda. "El jugo de naranja es un producto que se ha alejado de la mesa del desayuno”, asevera Telford.
Los jugos de frutas, como de naranja y manzana aún son utilizados como la base de muchas bebidas combinadas de frutas y vegetales, pero los ejecutivos de la industria reconocen que los procesadores y las empresas embotelladoras necesitan encontrar nuevos productos para atraer a consumidores jóvenes al jugo de naranja.
"La industria necesita entender qué quieren los jóvenes con respecto al jugo de naranja”, explica Adrian Isman, el director de plataformas de comercialización de jugos de Dreyfus.
La casa comercial dice que se siente optimista sobre las perspectivas del jugo de naranja y que la compañía ha podido incrementar su participación en un mercado decreciente.
La esperanza
La gran esperanza para el jugo de naranja se ha centrado en los mercados emergentes donde hasta hace poco las opciones de bebidas habían sido limitadas. Los ejecutivos de la industria esperan que la demanda en mercados nuevos como China, Brasil y África pueda fomentar el consumo.
"Si los consumidores chinos comienzan a tomar un vaso de jugo de naranja al día, entonces la demanda aumentará drásticamente”, dice Ramírez.
Sin embargo, las dificultades económicas actuales de los países emergentes son una barrera para la demanda del jugo de naranja, ya que sigue habiendo una gran diferencia de precio entre el jugo de naranja 100% y otras opciones como concentrados en polvo o bebidas que contienen jugo.
Se espera que los consumidores de los mercados emergentes también comiencen a preocuparse por el consumo excesivo de azúcar. "Es un problema a largo plazo para el mercado global del jugo”, lamenta Colbert.
El tema a resolver para la industria del jugo de naranja es cómo reducir los carbohidratos sin sacrificar el sabor. Isman sostiene que los investigadores del sector están buscando maneras de lograrlo a la vez de mantener los costos del producto final en un nivel asequible. Él argumenta: "Todos estamos tratando de producir un jugo de naranja con menos carbohidratos”.