Los vinos 1750, vinos de altura, lanzaron cerca de 37.000 botellas al mercado local con variedades en tintos y blancos y con una renovada imagen. Estos vinos son producidos por Uvairenda, una bodega boutique ubicada en el valle cruceño de Samaipata, a dos horas de Santa Cruz.
"1750 es un vino elegante, único en su estilo, que refleja el terruño de Samaipata, el valle vitivinícola con los veranos más suaves de Bolivia. Los vinos 1750 son balanceados, frutales, con buena acidez y mucha concentración de aromas y sabores”, afirma el principal responsable de enología y socio de la bodega, Francisco Roig.
La bodega está dedicada a la producción de vinos de alta calidad en pequeña escala y sus principales variedades en tintos son Cabernet Sauvignon, Syrah y Tannat. En blancos está el Torrontés y en rosados Syrah Rosé. Todos se producen con cepas francesas y españolas.
Roig señala que son un excelente complemento a los vinos de Tarija, ya que tienen características diferentes. Tarija, dice, ofrece vinos con un estilo más tradicional y 1750 es más moderno y vanguardista, además, en relación con los vinos extranjeros, 1750 -al igual que otros vinos bolivianos de altura- tiene más similitud con vinos europeos que con los de la región.
"El terreno accidentado, la riqueza del suelo en minerales y las marcadas cuatro estaciones del año son condiciones ideales para que en Samaipata se desarrollen las mejores cepas de vid para vinos varietales”, apunta Roig.
Crecimiento
El crecimiento de Uvairenda es constante, así como las inversiones de sus socios que se han enfocado en contar con la mejor tecnología que garantice la calidad de sus productos. Comenzó su producción en 2010 con una producción modesta y ahora está en camino de superar la producción de 100 mil botellas en el mediano plazo, "siempre poniendo como prioridad la calidad antes que la cantidad de botellas producidas”, añade Roig.
1750 es una empresa liderada por gente joven y de perfil técnico, con una visión de conciencia social y medioambiental. "Desde un inicio, después de analizar todos los valles de Bolivia, optamos por Samaipata, construimos un proyecto con gran respeto al terruño, a la gente con la cual trabajamos, con la comunidad y el ambiente que nos rodea. Hemos invertido en un moderno sistema de irrigación por goteo, cosechando agua de lluvia de una manera muy sostenible. Somos un viñedo modelo en prácticas sociales y medioambientales y esto nos llena de orgullo”, resalta el enólogo.
El principal mercado para estos vinos de altura es Santa Cruz, donde las ventas crecen de forma constante, pero también están presentes en el mercado paceño y en otras ciudades del país. "El consumo per cápita de vino aún es bajo pero se incrementa paulatinamente”, añade.
Los vinos son accesibles en los mejores restaurantes del país y en algunos puntos de ventas específicos. Tiene un selecto grupo de clientes de 28 a 50 años de edad.
Los vinos
"La cepa del Cabernet Sauvignon es originaria de la región francesa de Bordeaux, famosa por la elaboración de grandes vinos de guarda, caracterizados por sus taninos densos y aristocráticos. El clima idóneo de la cuesta samaipateña nos permite obtener este 1750 de color rojo ciruelo intenso, con aromas a higos, hierbas, café crudo y notas a especias”, enseña el principal socio de Uvairenda.
La cepa Syrah llegó por medio de mercaderes fenicios desde la antigua Persia a los puertos del sur de Francia, desde donde se expandió y, en la actualidad, es característica del Valle del Rhone. "El Syrah 1750 a la vista es rojo fuerte, como guinda, presenta aromas sensuales e intensos a morrones rojos, mora y chocolate. Tiene mucha personalidad y fuerza”, describe Roig.
La cepa Tannat proviene del sudoeste de Francia. "En Samaipata logra destacar lo mejor de sus características varietales. Tiene color rojo a morado intenso y profundo, un aroma a frutas rojas, moras y ciruelas. En boca, el sabor es intenso y persistente pero equilibrado. El 1750 Tannat es complejo y elegante”, dice.
"El Syrah Rosé tiene un tono granate claro con bordes de rojo profundo, aspecto límpido y aromas frutales que demuestran algunas de las mejores expresiones del terruño samaipateño. En boca es seco y de buena acidez”, apunta el enólogo.
Roig explica que el Torrontés es una cepa criolla descendiente de españolas, que hizo de la cuesta oriental de los Andes su hogar. "En Samaipata produce vinos cristalinos y brillantes, con aromas a frutas exóticas y cítricos.
Este vino une las tradiciones de la región con la sofisticación de la vitivinicultura moderna, ofreciendo un vino refrescante e inolvidable”, expresa.