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Desenterrando Treblinka


Treblinka era uno de los argumentos preferidos de los negacionistas del Holocausto. Los testimonios de los supervivientes y los documentos hablaban de un campo de exterminio a hora y media de Varsovia, pero en el punto indicado solo había una loma verde, una granja, un bosque. Nada que ver con los barracones y con las duchas de Auschwitz. Nunca se habían hallado evidencias de la maquinaria del mal que acabó con entre 700.000 y 900.000 judíos y un número indeterminado de gitanos. Nunca... hasta ahora. Un equipo de la Universidad de Staffordshire (Reino Unido), comandado por la arqueóloga forense Caroline Sturdy Colls, ha encontrado la primera evidencia física de las cámaras de gas, cimientos y losas, además de varias fosas comunes. Su investigación no solo es importante porque aporta la única prueba tangible de que Treblinka no es un mito, sino por los medios empleados para dar con ella. Durante seis años, explicaba ayer a EL PAÍS la doctora, se hicieron mapas computarizados y fotografías aéreas, se usaron sofisticados GPS y georradares, incluso un escaneo láser —denominado Lidar—, todo para hallar muestras de que había tierra removida y algún indicio de obra pasada. Es un proceso que, en la base, se asemeja al empleado en España para buscar algunas fosas de la Guerra Civil, incluyendo la del poeta y dramaturgo Federico García Lorca en Granada. Aunque los nazis hicieron un buen trabajo escondiendo el campo, ocultándolo en una inocente zona de labranza a base de tirar los muros, rellenar los huecos y nivelar el suelo, los expertos lograron detectar tres zonas, bastante distantes entre sí, en las que comenzaron a cavar y encontraron los primeros huesos humanos, muchos en un nivel muy superficial y con extraños cortes. Aún no está claro el número de cuerpos localizados. Luego vinieron los cimientos, oquedades tapadas a conciencia con todo tipo de materiales que fueron la base de las cámaras de gas. Y también el descubrimiento más macabro: unas losas de cerámica, finas, entre rojizas y mostaza, con la estrella de David en relieve. Muchos supervivientes habían hablado ya de esos dibujos, como se ve en sus relatos en el Museo Yad Yashem de Jerusalén: la cámara de gas, contaban, estaba disfrazada de mikvé, el baño ritual judío, por lo que los hombres y mujeres que llegaban a Treblinka pensaban que iban sencillamente a lavarse. El símbolo sagrado del judaísmo en la fachada de ese edificio al que los arrastraban les hacía sentirse seguros, confiados... y engañados hasta el último momento. Así durante los 24 meses que funcionó el campo, entre 1942 y 1943. La estrella de David grabada en una loseta: uno de los numerosos restos hallados en Treblinka (Polonia). Gracias a las excavaciones, se ha podido diseñar además un mapa del recinto, desde la vía de tren a la que llegaban los judíos y gitanos —a los que se prometía que Treblinka solo era una zona de paso, antes de ser deportados al Este, como recuerda el profesor Gideon Greif— hasta las dos cámaras de las que hay restos, una con capacidad para 600 personas y otra para 5.000, y el pasillo al aire libre por el que los llevaban. Hay testimonios, no obstante, que hablaban de hasta una decena de cámaras repartidas por la zona. En 60 minutos, los vivos pasaban del tren a la desnudez y a la muerte, según indican los arqueólogos en el documental Treblinka: la máquina de matar de Hitler, emitido por el Smithsonian Channel, donde se ha dado a conocer este descubrimiento y que incluye una recreación del espacio. La profesora Sturdy Colls explica que su mayor afán era el de ser respetuosa con la zona, convertida en lugar de homenaje a las víctimas tras la Segunda Guerra Mundial y donde se habían vetado las excavaciones, por respeto. La estimación de muertos en el campo de exterminio fluctúa entre 700.000 y 900.000 Vía correo electrónico, Sturdy Colls sostiene que convenció a los responsables del museo e incluso al Gran Rabinato de Polonia de que su técnica no invasiva iba a respetar a los muertos y, a la vez, a dar respuestas a los vivos. “La primera vez que fui allí me quedó claro que había una abundancia de evidencias que habían sobrevivido en el terreno y probaban que Treblinka fue un campo de exterminio, no de paso. Ser capaz de confirmarlo ha sido un honor para mí. Había que hacerlo para que aprendan las generaciones futuras”, indica la doctora, especializada en usar sus conocimientos forenses con fines históricos, más allá de sus clases universitarias y de sus colaboraciones con la Policía británica. La zona, remarca, ha quedado luego tal y como la encontraron, con los monolitos de piedra que recuerdan a las innumerables víctimas. Su técnica, abunda, abre “nuevas posibilidades para el examen del Holocausto o de otros sitios de conflicto”, por lo que planea continuar indagando en otros escenarios. Ya lo ha hecho, usando estos mismos medios, en Staro Sajmiste (Belgrado) y en las islas del Canal del Reino Unido, con resultados positivos. Pero Treblinka es diferente, “especial”, por lo que supone para las víctimas, que ahora pueden enseñar al mundo las piedras que vieron y tocaron. Para dar a conocer los descubrimientos y los métodos empleados, se preparan ya una exposición y un libro con la tarea del equipo de Staffordshire. Fuente: El País

La pesadilla de Hitler


Un muchachito austríaco de seis años y gesto desafiante, el mentón elevado y la mirada firme, las piernas abiertas, los brazos cruzados, algo diferente del resto de sus compañeros de colegio, cambió con el tiempo la historia de Europa. Hijo de Alois, un funcionario de aduana, y de Klara, una sufrida ama de casa, en 1895 Adolf Hitler no representaba nada, para el poder de Guillermo II en Alemania ni para el de Francisco José I, monarca del imperio austrohúngaro. Después de todo, sólo se trataba de un pequeño escolar que suficientes problemas ya tenía en su casa como para preocupar a tan importantes personajes que en aquellos días continuaban decidiendo el destino de gran parte del mundo, ya que sus guerras y reconciliaciones, sus tratados y sus ambiciones tenían un impacto profundo más allá de las fronteras, hasta ultramar.

Una reciente investigación realizada en Londres por el escritor de televisión Laurence Marks, que tuvo la colaboración de John Forrester, estudioso de Sigmund Freud y su obra, indica que el padre del psicoanálisis recomendó en 1895 que el pequeño Adolf fuese internado a los seis años en un instituto de salud mental para niños de Viena.
Conductas impropias para un chico normal de clase media austríaca y horribles pesadillas nocturnas que se repetían cada noche llevaron al médico de la familia Hitler, el doctor Ernest Bloch, a consultar con un especialista para saber qué hacer con el paciente que soñaba con monstruos malignos, caídas hacia abismos profundos y negros como la noche y persecuciones en las que invariablemente era capturado y azotado hasta desear la muerte.
Metódico como la mayoría de sus compatriotas, el doctor Bloch, de origen judío, dejó constancia en varios escritos hallados por Marks, de la consulta realizada a otro judío, el propio Freud, que fue terminante en el diagnóstico: "internación y tratamiento".
Pero la inflexibilidad del padre, Alois, fue más fuerte que los desvelos de la madre, Klara, y el destino marcado por voluntad paterna, es decir, que su hijo llegara a ser, como él, un funcionario del Estado, impidió que el niño fuese tratado con resultados que bien podrían haber alterado el curso de la historia mundial.
Adolf Hitler ni fue internado ni recibió tratamiento alguno y años después revelaría, en el reflejo escrito más fiel de su pensamiento político y de la forma en que él interpretaba su propia biografía,Mi lucha (Mein Kampf) : "La camaradería que mantenía con muchachos robustos, que era frecuentemente motivo de hondos cuidados para mi madre, pudo hacer de mí cualquier cosa menos un poltrón".
En los años de más temprana formación, la conducta de Hitler no ocasionaba penurias más que a su familia, especialmente a su madre. Según Allan Bullock, historiador y autor de una importante biografía del Führer , publicada en 1952, la crisis psicológica sólo hizo eclosión en la vida de Hitler entre 1907 y 1908, a la edad de 18 años, cuando fue rechazado dos veces por la Academia de Artes de Viena.
El nunca aceptó la justicia de aquella decisión de las autoridades de la academia, algo que quedó también reflejado en Mi lucha : "Aún hoy no me explico -escribió- cómo no me di cuenta antes de que tenía vocación para la pintura. Mi talento para el dibujo se hallaba tan fuera de duda que fue uno de los motivos que indujeron a mi padre a inscribirme en un colegio de enseñanza secundaria, pero jamás con el propósito de permitirme una preparación profesional en ese sentido."
El frustrado pintor austríaco siguió intentando desplegar aquel talento que, como muchas otras habilidades tales como la oratoria y la capacidad de liderazgo, él consideraba natural. Y hoy, diversos coleccionistas de Europa mantienen entre marcos los paisajes urbanos pintados por Hitler casi hasta el fin de sus días.
La sensación de que existía una suerte de conspiración en su contra, en este caso para impedirle consumar su futuro de artista, era coherente con las viejas y aterradoras pesadillas de la infancia temprana. Las persecuciones nacidas en su mente eran más peligrosas para los otros que para él mismo. Aunque esto sólo se sabría años después.
Sin embargo, el investigador Marks señala el principio del daño psicológico de Hitler mucho antes que Bullock, y ubica su origen en el maltrato que recibía del padre. "Le gustaba humillar a su hijo. En una muestra de rebelión, Adolf, entonces de seis años, trató de escapar de su casa durante la noche, saltando por una ventana. Se desvistió para salir con menos ruido, pero quedó enganchado. Su padre lo oyó y trajo al resto de la familia para que se rieran de él. Adolf lloró durante tres días", relató.
Marks está convencido de que Alois se negó a seguir el consejo dado por Freud, esto es, internar a Adolf para un tratamiento psiquiátrico, sólo para evitar que cualquier examen médico pudiese delatar el maltrato, que también era físico. Fue una decisión que cambiaría el futuro.
Como es de suponer, dada la profesión de Marks, toda esta investigación será la base de una obra de teatro en el West End de Londres, y ya hay quienes hablan de una película. Pasado más de medio siglo desde el fin del horror hitleriano, ya no son los hechos -indubitables- sino sus causas lo que se trata de dilucidar.
Esa búsqueda también se manifestó hace pocos meses en Buenos Aires, cuando especialistas de todo el planeta reunidos en el Congreso Mundial de Neurología intentaron analizar posibles razones neurológicas en la patología de Hitler, que se daba por descontada.
El historiador Bullock, de todas maneras, dice que las teorías sobre los orígenes de la insania mental, e incluso la existencia cierta de esa enfermedad, aún lo intrigan. Se pregunta: ¿fue Hitler realmente un enfermo mental, y en caso de que lo haya sido, qué lo hizo capaz de acumular semejante poder, a pesar de ello?
"Vaya a cualquier asilo para locos y seguramente encontrará a alguien que cree tener una misión especial de conquistar el mundo. Esas personas no llevan adelante esa supuesta misión. La pregunta por responder es: ¿cómo hizo Hitler para ponerla en práctica?", dice, sin que hasta el momento alguien haya aventurado una respuesta irrefutable.
Las investigaciones realizadas por Laurence Marks pusieron al desnudo ciertas curiosidades. Por ejemplo, que Adolf Hitler nunca olvidó al médico de su familia. Cuando, en 1938, Alemania invadió y anexó Austria, Martin Bormann recibió instrucciones precisas del máximo jerarca nazi: preservar a Ernest Bloch, otorgándole un salvoconducto para huir a Suiza.
En definitiva, Hitler le salvó la vida a un judío, a pesar de que el judaísmo era el centro de su teoría fantástica acerca de las razas, y el blanco principal de la furia homicida que desató en Europa. Precisamente él, un enemigo demencial de los judíos, estuvo a punto de no quedar en la memoria como el autor intelectual y material del mayor genocidio en la historia europea, y haber sido un anónimo pintor de brocha gorda, o bien un oscuro funcionario del Estado austríaco, merced a la intervención bien intencionada de dos judíos: Ernest Bloch y Sigmund Freud.
Pero no fue así. El mundo lo sabe.
Por Leonardo Freidemberg 
(c) La Nacion 

El IRA


Existen diversos grupos paramilitares que utilizan o han utilizado el nombre de Ejército de la República Irlandesa (o IRA, del inglés Irish Republican Army, en irlandés Óglaigh na hÉireann) (Voluntarios Irlandeses) y abogan por un estado soberano e independiente respecto al Reino Unido, conteniendo la isla entera de Irlanda, incluyendo Irlanda del Norte. Todos ellos dicen ser herederos del IRA original o «IRA antiguo», el "ejército" de la República de Irlanda, proclamada por el parlamento o Dáil Éireann en 1919:
El IRA Provisional (PIRA), fundado en 1969 y conocido por sus campañas paramilitares durante las décadas de los 70, 80 y 90. Tras la firma de los Acuerdos de Viernes Santo para la finalización del conflicto, el 28 de julio de 2005 anunció el cese de la lucha armada. 
El IRA Oficial (OIRA), formado a partir de los restos de la organización tras la secesión del IRA Provisional en 1969, y militarmente inactivo en la actualidad.
El IRA Auténtico (RIRA), una escisión a partir del PIRA que se remonta a la década de los 90.
El IRA de la Continuidad (CIRA), otra escisión de los 80 a partir del PIRA.
El IRA Socialista (SIRA), escisión laica de los años 70.
El IRA 2012 (IRA 2012), formada por la unión en julio 2012 de Ejército Republicano Irlandés Auténtico (IRA Auténtico), una escisión del IRA Provisional (PIRA); la Acción Republicana Contra las Drogas (RAAD), formada por ex combatientes del PIRA que iniciaron una batalla contra el narcotráfico, sobre todo en la ciudad de Derry; y por las Facciones Republicanas Independientes, una amalgama de distintos grupos de combatientes católicos.
La denominación IRA apareció por primera vez durante la batalla de Ridgeway (2 de junio de 1866). Desde aquel momento los fenianos se organizaron en «regimientos del IRA».
El dramaturgo Brendan Behan dijo una vez que el primer problema en cualquier programa para Irlanda eran las escisiones. En el caso del IRA, la afirmación no podría haber sido más acertada. A partir del IRA antiguo, el ejército paramilitar de la República de Irlanda quedó en minoría y formó el IRA antitratado, conocido más tarde como IRA Oficial, del que décadas más tarde se escindiría el IRA Provisional. Éste sufrió a su vez sucesivas secesiones, fundamentalmente las del IRA Auténtico y el IRA de la Continuidad, ambos autoproclamados sucesores del Ejército de la República de Irlanda. La mayoría de los irlandeses, no obstante, desestiman estas reivindicaciones, y estos grupos no cuentan con el apoyo popular del que gozaban los «provisionales». El 28 de julio de 2005 el IRA anuncia el cese de la lucha armada.

Introducción

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) enraíza en la lucha de Irlanda por su independencia del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda durante las primeras décadas del siglo XX. Es importante diferenciar lo que se conoce como el «IRA antiguo» y el «IRA Oficial» o el IRA Provisional, este último un grupo escindido y formado en los 60 como respuesta a la discriminación institucionalizada, las revueltas y los asesinatos de católicos, especialmente en Belfast y Derry, ciudades de Irlanda del Norte con mayoría protestante.
El Ejército Republicano Irlandés surgió como ejército de la República de Irlanda, que había sido proclamada durante el Alzamiento de Pascua de 1916 e instaurada por el primer Parlamento Irlandés en enero de 1919. Constaba de los Voluntarios Irlandeses y del Ejército Ciudadano Irlandés, organizaciones que databan de la segunda década del siglo XX y desempeñaron un papel fundamental en dicho alzamiento.
Las Fuerzas Irlandesas de Defensa, el IRA Oficial y Provisional, así como el IRA de la Continuidad y el IRA Auténtico reclaman para sí el título de Óglaigh na hÉireann (Voluntarios Irlandeses). Michael Collins, héroe nacional irlandés, asumió el papel de reorganizador del IRA. Su formación y desarrollo posterior quedaron inseparablemente unidos a la historia política de Irlanda

Historia 

En 1914 el gobierno del Reino Unido atendió a la antigua exigencia de los nacionalistas irlandeses de un gobierno autónomo con dos condiciones: que no se proclamase hasta después de la Primera Guerra Mundial y que los seis condados norteños quedasen temporalmente excluidos del control local del Parlamento de Dublín. La segunda de las condiciones fue resultado de una campaña de desobediencia de los unionistas del norte, que suscitó en el Reino Unido el temor de que la concesión del gobierno autónomo provocase una guerra civil entre nacionalistas y unionistas.
Para una minoría de nacionalistas, la autonomía concedida supo a poco y llegó demasiado tarde. Durante el Alzamiento de Pascua de 1916, estos nacionalistas instigaron una rebelión contra el gobierno británico en Dublín y en otras zonas aisladas. Las armas habían sido adquiridas a Alemania bajo los auspicios de un activista de los derechos humanos, Sir Roger Casement. No obstante, la trama había sido descubierta y las armas se perdieron cuando el carguero que las transportaba fue hundido en el mar.
La rebelión prendió sobre todo en Dublín, donde los amotinados tomaron la oficina central de correos, izaron una bandera verde con la leyenda «República de Irlanda» y proclamaron la independencia del país. Aunque los historiadores republicanos suelen afirmar que el alzamiento y sus líderes contaban con el apoyo popular, en realidad se ha probado que hubo numerosas opiniones a favor de la ejecución de los rebeldes, por ejemplo la de las autoridades locales y la del periódico nacionalista irlandés de mayor tirada: el Irish Independent. Los dublineses no sólo colaboraron con los soldados británicos enviados para aplastar la rebelión, sino que tomaron parte activa contra los republicanos. Se ha relatado cómo muchos ciudadanos escupían y tiraban piedras a los rebeldes apresados mientras se los conducía camino de los cargueros que los llevarían a los campos de internamiento en Gales.
No obstante, la opinión pública fue variando gradualmente, en principio por las ejecuciones sumarias de 16 altos cargos del ejército (algunos de los cuales, como James Connolly, estaban enfermos hasta el punto de no ser capaces de mantenerse en pie) y el pueblo se fue involucrando en la rebelión. Como describió un observador, «el proceso público de ejecución de los líderes del alzamiento... fue como ver la sangre fluir bajo una puerta cerrada». La opinión pública se decantó aún más por los republicanos entre 1917 y 1918, a raíz de la Crisis del Reclutamiento, cuando el Reino Unido intentó imponer levas en Irlanda para respaldar su esfuerzo de guerra, que en el momento empezaba a flaquear.
La mayoría de las opiniones hicieron responsable al Sinn Féin, conocido habitualmente como el brazo político del IRA, de la organización del Alzamiento de Pascua, aunque el grupo no propugnaba por aquel entonces la independencia. El cabecilla del partido en el momento, Arthur Griffith, hacía campaña a favor de una monarquía dual con el Reino Unido, una vuelta al status quo de la conocida como «Constitución de 1782», aprobada por el Parlamento de Grattan. Los supervivientes republicanos bajo el liderazgo de Éamon de Valera se infiltraron y se hicieron con el control del Sinn Féin, hecho que condujo a una crisis de objetivos en 1917.
En un compromiso alcanzado en el Árd Fheis (congreso del partido), el Sinn Féin acordó hacer campaña temporalmente a favor de la república. Tras el establecimiento de la misma, se dejaría en manos del electorado la decisión de si instaurar una monarquía o una república; no obstante, si se optaba por la monarquía, ningún miembro de la familia real británica (Casa de Windsor o de Sajonia Coburgo Gotha) sería candidato al trono de Irlanda.
De 1916 a 1918, los dos movimientos nacionalistas dominantes, el Sinn Féin y el Partido Parlamentario Irlandés se disputaron la hegemonía en diversas elecciones menores. Ninguno de los dos alcanzó una victoria definitiva, y la Crisis del Reclutamiento terminó de inclinar la balanza del lado del Sinn Féin. En las elecciones generales de 1918 el partido ganó una clara mayoría de escaños y en la mayoría de las circunscripciones ni siquiera tuvieron competencia.
Los parlamentarios electos del Sinn Féin en 1918 optaron por no ocupar sus escaños en Westminster y organizar una Asamblea de Irlanda independiente, conocida en gaélico irlandés como Dáil Éireann. El 21 de enero de 1919, este nuevo parlamento provisional se congregó en la Mansion House de Dublín. En sus primeras sesiones la asamblea eligió al primer ministro Cathal Brugha e inauguró el ministerio desde entonces conocido como Aireacht).

Guerra de Independencia de Irlanda

Los primeros disparos de la Guerra de Independencia de Irlanda fueron efectuados en Soloheadbeg (condado de Tipperary) el 21 de enero de 1919 por Sean Treacy. Los agentes de la policía irlandesa (RIC, del inglés Royal Irish Constabulary) James McDonnell y Patrick O'Connell resultaron muertos cuando una unidad de voluntarios del IRA del Sur de Tipperary intentaba hacerse con cierta cantidad de gelignita. Técnicamente, los hombres involucrados no acataban la disciplina del IRA, y pudieron haber sido sometidos a un consejo de guerra, pero se pensó que serían más útiles desde el punto de vista político si se los presentaba como ejemplo para los militantes activos. El conflicto pronto se convirtió en una guerra de guerrillas sostenida por las que fueron conocidas como Flying Columns en áreas periféricas. A lo largo de 1919 y 1920 se produjeron numerosos ataques a cuarteles especialmente aislados de la policía británica, lo que obligó al RIC a concentrarse a la defensiva en las ciudades más grandes y dejó enormes áreas rurales literalmente en manos de los republicanos.
En respuesta, los británicos en vista de que enviaron cientos de veteranos de la Primera Guerra Mundial para ayudar al RIC. Al parecer, los veteranos vestían uniformes de color negro como la policía y también color tierra como el ejército, lo que inspiró el sobrenombre de los Black and Tans. La brutalidad de estos regimientos es ya legendaria, si bien la represión más desaforada, y habitualmente achacada a las fuerzas de la Corona, era a menudo obra de la «División Auxiliar» del RIC.
El IRA también fue acusado de excesos, especialmente contra las propiedades de los lealistas de las cercanías de Munster, y poco después tanto la Asamblea de Irlanda como el Sinn Féin fueron proscritos por el gobierno británico.
David Lloyd George, primer ministro británico del momento, se vio sometido a una enorme presión política para que intentase salvar la situación. Eamon de Valera se negó a asistir a las conversaciones propuestas, consciente de que el compromiso era inevitable pero que los movimientos en esa dirección deteriorarían su imagen. Una inesperada intercesión llegó de manos del rey Jorge V del Reino Unido que, apoyado por el político y general sudafricano Jan Smuts,3 consiguió persuadir al gobierno británico de que aceptase una versión totalmente nueva del discurso ante el Parlamento de Irlanda del Norte, que había de reunirse en el ayuntamiento de Belfast en junio de 1921. El rey había protestado repetidas veces ante Lloyd George por los métodos empleados por las fuerzas de la Corona.
El discurso, que hacía un llamamiento a la reconciliación de ambas partes, cambió el clima político y permitió a los gobiernos británico y republicano acordar una tregua. A finales de 1921, se celebraron una negociaciones en Londres que conducirían al Tratado Anglo-Irlandés. La delegación irlandesa fue encabezada por Arthur Griffith y Michael Collins, puesto que Éamon de Valera (entonces «Presidente de la República») insistió en que como jefe de estado no podía asistir si el rey Jorge no encabezaba asimismo la delegación británica.

La división del país

Por la Ley de gobierno de Irlanda de 1920, Irlanda fue dividida en Irlanda del Norte e Irlanda del Sur. Según las condiciones del Tratado Anglo-irlandés del 6 de diciembre de 1921, que puso fin a la guerra, Irlanda del Norte tenía la opción de retirarse del recién constituido Estado Libre Irlandés y seguir siendo parte del Reino Unido. El parlamento de Irlanda del Norte siguió ese camino, y se constituyó una comisión para delimitar la frontera.
Los líderes irlandeses confiaban en que la división reduciría el tamaño de Irlanda del Norte en tal medida, que el país sería económicamente inviable. Según el mito, la división fue el punto de ruptura entre los favorables y los contrarios al tratado; muy al contrario, todos esperaban que la comisión rindiese Irlanda del Norte. La escisión obedecía en realidad a problemas de orden simbólico: ¿podía disolverse la República de Irlanda? ¿Podían los políticos irlandeses pronunciar el juramento de lealtad exigido por el tratado? Los republicanos contrarios al tratado, encabezados por de Valera, respondían negativamente a ambas preguntas; cuando el Parlamento Irlandés aprobó el tratado con una exigua mayoría, abandonaron sus escaños.
Muchos de los altos cargos del IRA antiguo, el ejército de la república, engrosaron las filas del nuevo ejército nacional del Estado Libre Irlandés, mientras que otros volvieron a la vida civil. Muchos otros, que siguieron utilizando el nombre de IRA, iniciaron una sangrienta guerra civil contra el nuevo Estado Libre Irlandés, encabezado ahora por W.T. Cosgrave. En este enfrentamiento se perdieron tanto conocidos líderes republicanos (Michael Collins) como el propio IRA antiguo, que inició una espiral de escisiones sin fin durante todo el resto del siglo XX.

IRA modernos

El primer gobierno del Estado Libre Irlandés: aceptó el compromiso del tratado de 1921 y proclamó el nuevo estado; con el tiempo, llegó a convertirse en el partido de la República de Irlanda que hoy conocemos como Fine Gael.
La sección del Sinn Féin/IRA con base en los veintiséis condados del Estado Libre: rechazó el tratado de 1921 con el Reino Unido y, comandada por Eamon de Valera, luchó en la Guerra Civil Irlandesa contra el «ejército nacional» del Estado Libre.
Fianna Fáil: algunos años tras la derrota sufrida en la Guerra Civil, una facción del Sinn Féin liderada por de Valera volvió a la política institucional como el partido Fianna Fáil, que sigue siendo uno de los dos mayores partidos de la República de Irlanda.
Los restos del Sinn Féin/IRA unidos al IRA antiguo/Sinn Féin de Irlanda del Norte: mantuvieron una actividad paramilitar esporádica y poco intensa; con el paso de los años, escoró hacia la izquierda política.
Hacia 1960, tras una desastrosa «campaña de violencia fronteriza», el Sinn Féin cambió su orientación de la guerra por la república hacia la guerra de clases marxista. Con la llegada de la época de revueltas conocida como «The Troubles», el IRA Oficial/Sinn Féin Oficial (como se lo conoció tras la formación del IRA Provisional y el Sinn Féin Provisional) se vio relegado por su reticencia o incapacidad para defender las áreas católicas de «Los Seis Condados» de las turbas protestantes. Con el tiempo, el IRA Oficial terminó desapareciendo, su ala política descartó su componente nacionalista y se constituyó en Sinn Féin Partido de los Trabajadores, más tarde Partido de los Trabajadores, si bien la mayoría de sus miembros terminaron dejándolo para fundar Izquierda Democrática, el partido más izquierdista del parlamento de la república (también opera en Irlanda del Norte). Por último, Izquierda Democrática se fusionó con el Partido Laborista. Tras el alto el fuego del IRA Oficial en 1972, este partido y el Sinn Féin Oficial sufrieron una nueva escisión que condujo a la formación del ultraizquierdista Ejército Irlandés de Liberación Nacional (o INLA, del inglés Irish National Liberation Army) y el Partido Socialista Republicano Irlandés, encabezado por Séamus Costelloe (que fue sangrientamente asesinado posteriormente por el IRA Oficial). El INLA se hizo tristemente famoso por sus numerosos enfrentamientos internos y por protagonizar algunos de los asesinatos más sectarios perpetrados por nacionalistas.
Los republicanos más tradicionalistas fundaron el IRA Provisional/Sinn Féin Provisional, que operó fundamentalmente en Irlanda del Norte, utilizando la violencia tanto contra los unionistas como contra los británicos, aunque también asesinaron a varios soldados irlandeses e integrantes de la Garda Síochána (la policía irlandesa). En 1986 volvió a producirse una secesión cuando los altos cargos del Sinn Féin Provisional en el Sur (como solía llamarse al brazo político del IRA Provisional), encabezados por Ruairí Ó Brádaigh fueron depuestos y sustituidos por un nuevo ejecutivo norteño bajo Gerry Adams. Los miembros depuestos, que encarnaban una dura línea republicana y se oponían a que el Sinn Féin Provisional abandonase su política de abstencionismo y ocupase sus escaños en el Parlamento de Irlanda, fundaron un partido y una organización paramilitar rivales que llamaron Sinn Féin Republicano e IRA de la Continuidad. Aquellos miembros de diversas facciones que no aceptaron el proceso de paz se escindieron para formar grupos como el IRA Auténtico. Por su parte, el IRA Provisional/Sinn Féin Provisional (más conocidos simplemente como Sinn Féin y el IRA), se inclinaron hacia una postura menos militarista y más política que a posteriori contribuiría al Informe Hume-Adams y al proceso de paz. El 28 de julio de 2005 el IRA anuncia el cese de la lucha armada.
IRA 2012: El nuevo IRA está integrado por Ejército Republicano Irlandés Auténtico (IRA Auténtico) (inglés: Real Irish Republican Army, Real IRA (RIRA/rIRA) o True IRA; en gaélico irlandés: Fíor-IRA) o, según su propia denominación Óglaigh na hÉireann (Voluntarios de Irlanda) (RIRA), una escisión del IRA Provisional (PIRA); la Acción Republicana Contra las Drogas (RAAD), formada por ex combatientes del PIRA que iniciaron una batalla contra el narcotráfico, sobre todo en la ciudad de Derry; y por las Facciones Republicanas Independientes, una amalgama de distintos grupos de combatientes católicos.

Desaparición oficial 

Oficialmente, el IRA Provisional se consideró desmantelado el 3 de septiembre de 2008, cuando su Consejo Armado ya no estaba operativo según informó la Comisión Independiente de Control, añadiendo que no existía una estructura de líderes capaz de organizar la lucha armada. Shaun Woodward, ministro para Irlanda del Norte declaró:
El IRA ha cumplido con sus obligaciones. Ha abandonado todas sus estructuras terroristas, los reclutamientos y los llamados departamentos militares han sido desmantelados.

Presente 

Actualmente varias facciones disidentes del antiguo IRA pretenden hacer fracasar el acuerdo de paz con ataques esporádicos en Irlanda del Norte. En marzo de 2009, dos soldados británicos fueron asesinados con armas automáticas en un ataque al cuartel militar de Massereene que fue reivindicado por el IRA Auténtico. 48 horas después, un agente de policía era abatido a tiros en la localidad de Craigavon. Esta vez, el ataque fue reivindicado por el IRA de la Continuidad, otro grupo escindido del IRA. En enero de 2010, un policía resultó gravemente herido al explotar una bomba lapa adherida a su vehículo. En julio, jóvenes repúblicanos produjeron importantes altercados de violencia callejera en distintos barrios de Belfast y otras localidades de la provincia, coincidiendo con las celebraciones protestantes del Doce de Julio. El 4 de octubre explotó un coche bomba en las afueras de Derry sin producir daños personales. En abril de 2011 un policía resultó muerto en Omagh al estallar una bomba lapa adosada a su vehículo. 
En julio de 2012 los grupos disidentes más importantes del IRA contrarios a la paz al no haber alcanzado el objetivo principal (que Irlanda del Norte se una a Irlanda del Sur y que toda la Isla de Irlanda sea una única nación sin que tenga nada que ver el Reino Unido) anunciaron que se unían en un solo grupo con el objetivo de volver a hacer diversas acciones con el objetivo de que la causa del IRA no se olvide.
IRA 2012: El nuevo IRA está integrado por Ejército Republicano Irlandés Auténtico (IRA Auténtico) (inglés: Real Irish Republican Army, Real IRA (RIRA/rIRA) o True IRA; en gaélico irlandés: Fíor-IRA) o, según su propia denominación Óglaigh na hÉireann (Voluntarios de Irlanda) (RIRA), una escisión del IRA Provisional (PIRA); la Acción Republicana Contra las Drogas (RAAD), formada por ex combatientes del PIRA que iniciaron una batalla contra el narcotráfico, sobre todo en la ciudad de Derry; y por las Facciones Republicanas Independientes, una amalgama de distintos grupos de combatientes católicos. 

El IRA en la cultura 

El director británico Ken Loach lleva al cine episodios de la guerra Anglo-Irlandesa y de la guerra civil en la película The Wind That Shakes the Barley. Los protagonistas son combatientes del IRA Original de los años 20. También aparece el IRA en la película "Hunger" (hambre), que trata de los prisioneros del IRA capturados por británicos y de su forma de resistencia, mediante huelgas de hambre. Sobre el mito revolucionario, y de manera paralela a la revolución mexicana, en la película Giù la testa (Duck you sucker) del cineasta italiano Sergio Leone, se aborda de manera tangencial la experiencia del Ejército Republicano Irlandés, a través de flashback de John Mallory, interpretado por James Coburn. En la historia "Concierto en Do menor para arpa y Nitroglicerina" (ver Las Celticas) del comic "El Corto Maltes" del italo-argentino Hugo Pratt, el Corto viaja a Irlanda en el año 1917 para visitiar a un amigo, antiguo camarada y militante del IRA, que aparentemente murió en combate contra los miembros paramilitares del Black and Tans. Luego la historia nos revela una interna dentro del ejército revolucionario irlandés.

La Ley seca


La Ley Seca, entendida como la prohibición de vender bebidas alcohólicas, estuvo vigente en los Estados Unidos entre 17 de enero de 1920 y el 5 de diciembre de 1933. Fue establecida por la Enmienda XVIII a la Constitución de los Estados Unidos y derogada por la Enmienda XXI.

Orígenes

En los Estados Unidos había existido desde el comienzo del siglo XIX un Movimiento por la Templanza (o Temperancia), entendida primero como moderación en el comer y en el beber, luego como prohibición total de consumir alcohol, y finalmente como una condena de todo lo relacionado con el alcohol, especialmente la industria que lo producía y lo vendía. A lo largo del siglo XIX diversos líderes religiosos de iglesias protestantes, populares entre las masas anglosajonas del país, habían insistido públicamente en regular el libre consumo de alcohol, al cual culpaban de diversos males sociales.
El incremento de la inmigración a los Estados Unidos desde 1850 puso a los líderes religiosos estadounidenses en contacto con amplias masas de inmigrantes extranjeros que no compartían sus opiniones respecto a la restricción del consumo de licores. Los inmigrantes irlandeses, alemanes, y de Europa Oriental habían traído sus propias costumbres domésticas más tolerantes hacia el consumo de alcohol, mientras que los predicadores protestantes más conservadores (mayoritariamente anglosajones) insistían en que los recién llegados adoptaran una opinión contraria al libre consumo de licores.
La Guerra de Secesión había impedido el desarrollo de mayores campañas para impedir el libre consumo de alcohol, pero la expansión hacia el oeste había causado que gran parte del territorio recién anexado a los EEUU se desarrollase libre de las influencias más conservadoras de Nueva Inglaterra. No obstante, hacia 1890 la "frontera del Oeste" ya había desaparecido y la propaganda del Movimiento por la Templanza adquiría relevancia nacional. A esta corriente se unieron diversos intelectuales progresistas y liberales, así como líderes sindicales de izquierda, que condenaban el consumo de alcohol como elemento provocador de atraso y pobreza entre las masas de obreros que empezaban a llenar las ciudades de EEUU. Estos grupos apoyaron la labor de los predicadores religiosos en el medio político, reclamando normas que redujeran el consumo de alcohol.
Antes de 1919, ya había activistas del Movimiento por la Templanza como Carrie Nation que eran capaces de atacar tabernas con un hacha y destruir las botellas que allí encontraban. Varios predicadores vinculaban la venta y el consumo de alcohol con un clima general de decadencia y con otros vicios morales tales como la prostitución. Se decía que el consumo de alcohol provocaba pobreza en las masas, enfermedades varias,demencia, y estimulaba la delincuencia, logrando normas de "prohibición total del alcohol" en pequeñas ciudades. La Primera Guerra Mundial fue aprovechada por los activistas de la templanza como una ocasión para el "mejoramiento moral" del país, resaltando que gran parte de la cerveza consumida por los estadounidenses era producida por industrias de inmigrantes alemanes y reducir el consumo de este licor sería una actividad patriótica. El lobby de los descendientes de emigrantes alemanes (opuestos a la prohibición del alcohol) quedó desacreditado por la propaganda chauvinista y no pudo impedir que se preparase el terreno para una prohibición total del alcohol a nivel nacional.

Los años secos

En 1917, el Congreso aprobó una resolución a favor de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos (la Enmienda XVIII) que prohibía la venta, importación, exportación, fabricación y el transporte de bebidas alcohólicas en todo el territorio de Estados Unidos. En enero de 1919 la enmienda fue ratificada por 36 de los 48 estados de la Unión, siendo susceptible de imponerse como ley federal (aplicable a todos los Estados). En octubre del mismo año, se aprobó finalmente la Ley Volstead, que implementaba la prohibición dictaminada por la Enmienda XVIII.
“Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación,” declaró el Senador Andrew Volstead, impulsor de la nueva norma, con optimismo. “El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno.”
La Ley Seca (o Prohibition, como fue denominada informalmente en EEUU) no prohibía ciertamente el consumo de alcohol, pero lo hacía muy difícil para las masas porque prohibía la manufactura, venta, y el transporte de bebidas alcohólicas (ya sea para importarlo o exportarlo). Y aunque la producción comercial de vino estaba prohibida, no fue impedida la venta de jugo de uva, que se vendía en forma de “ladrillos” semi-sólidos (llamados "bricks of wine") y era utilizada para la producción casera de vino, aunque sus fabricantes indicaran en sus envases que los clientes deberían impedir la fermentación del jugo para así no violar la ley.
El alcohol, no obstante, continuó siendo producido de forma clandestina y también importado clandestinamente de países limítrofes, provocando un auge considerable del crimen organizado. De hecho, hubo numerosos casos en donde ciudadanos compraron licor masivamente durante las últimas semanas del año 1919, antes que la ley entrase en vigor el 17 de enero de 1920, para así atender el consumo propio: si bien la ley impedía la oferta de alcohol, la demanda de éste no había desaparecido.
La persistencia de la demanda por bebidas alcohólicas estimuló la fabricación y venta de licores, que se convirtió en una importante industria clandestina; la ilegalidad de esta práctica causó que el alcohol así producido adquiriese precios elevadísimos en el mercado negro, atrayendo a éste a importantes bandas de delincuentes. Un buen ejemplo de esto fueron Al Capone (inspiración de infinidad de películas, tales como Los intocablesde Eliot Ness), y otros jefes de la Mafia estadounidense que ganaron millones de dólares mediante el tráfico y la venta clandestina, expandiendo sus actividades criminales a casi todo el país, e involucrando la corrupción de numerosísimos funcionarios y policías encargados de hacer cumplir la Ley Seca.
De manera similar al mercado actual de drogas ilegales, muchos de los delitos más serios de la década de 1920, incluyendo robo y asesinato, fueron resultado directo del negocio clandestino de alcohol que operó durante la Ley Seca. El propio Capone llegó a influir directamente sobre varios barrios de la ciudad de Chicago para que se le permitiera continuar su negocio ilícito a cambio de sobornos o amenazas, mientras su banda (junto con decenas de otras) luchaban violentamente entre sí a lo largo del territorio estadounidense para controlar el muy lucrativo tráfico de alcohol.
La Ley Seca debió considerar excepciones en el caso de los médicos, que recetaban la ingestión de alcohol como tratamiento terapéutico en situaciones muy específicas o el uso religioso de vino para el rito cristiano de la eucaristía y los rituales judíos del sabbat. No obstante, estas situaciones eran demasiado excepcionales para servir como excusa a la mayoría de los consumidores de alcohol, por lo cual diversos comerciantes ilegales adulteraban el alcohol previamente destinado para usos industriales, con el fin de transformarlo en bebida; tales hechos generaron casos dramáticos de envenenamientos y dolencias posteriores como resultado de la intoxicación. Incluso un medicamento de la época basado en etanol, el "jamaica ginger", fue modificado como licor, causando también serios daños a la salud de sus consumidores.

El fin de la Ley Seca

Durante la década de 1920 la opinión pública dio un giro, y la gente decidió que había sido peor el remedio que la enfermedad. El consumo de alcohol no sólo subsistió, sino que ahora continuaba de forma clandestina y bajo el control de feroces mafias. En vez de resolver problemas sociales tales como la delincuencia, la Ley Seca había llevado el crimen organizado a sus niveles más elevados de actividad como nunca antes se había percibido en los EEUU. Antes de la prohibición había 4.000 reclusos en todas las prisiones federales, pero en 1932 había 26.859 presidiarios, síntoma que la delincuencia común había crecido gravemente, en vez de disminuir. El gobierno federal gastaba enormes cantidades de dinero tratando de forzar la obediencia a la Ley Seca, pero la corrupción de las autoridades locales y el rechazo de las masas a la Prohibición (demostrada por el hecho que el consumo no disminuía) hacían más impopular sostener la Ley Volstead.
El millonario John D. Rockefeller, quien había apoyado la veda en 1919, comentó inclusive en 1932: “En general ha aumentado el consumo de alcohol, se han multiplicado los bares clandestinos y ha aparecido un ejército de criminales”, declarando que su opinión había cambiado al respecto. El grave aumento de la violencia delictiva en EEUU impulsó que a partir de 1930 en la opinión pública se culpara a la Ley Seca (y no al consumo de alcohol) como causante del aumento de la criminalidad.
En 1932 el Partido Demócrata incluyó en su plataforma la intención de derogar la Ley Seca, y Franklin Roosevelt dijo que, de ser elegido presidente, derogaría las leyes que aplicaban la Ley Seca. Se estima que hacia 1932, tres cuartos de la población favorecía el fin de la veda. El Crac del 29 había estimulado a que el gobierno federal buscara nuevas fuentes de financiamiento de impuestos, mientras que otros consideraban a la industria del alcohol como un posible factor dinamizador de la deprimida economía estadounidense, además de ser capaz de generar nuevos puestos de empleo.
El 21 de marzo de 1933 Roosevelt firmó el Acta Cullen-Harrison que legalizaba la venta de cerveza que tuviera hasta 3,2% de alcohol y la venta de vino, siendo aplicable a partir del 7 de abril de ese mismo año, derogando la Ley Volstead. Meses después diversas convenciones estatales ratificaron la Enmienda XXI a la Constitución de Estados Unidos, que derogaba la Enmienda XVIII. La nueva enmienda fue ratificada el 5 de diciembre de 1933 por el Senado de EEUU.

Restricciones actuales

Algunos estados continuaron aplicando leyes locales para prohibir o limitar la venta de alcohol. Aunque la ley federal permite en todo el país la venta de alcohol a mayores de 21 años, existen en los Estados Unidos una gran variedad de leyes federales, estatales y locales que limitan y regulan la producción, la venta y el consumo de alcohol de acuerdo con factores muy variados, aunque sin repetir la prohibición absoluta de la década del 1920.

Prohibiciones de domingo: Las “leyes azules”

Existen en algunas partes de los Estados Unidos las llamadas “blue laws” (literalmente, las “leyes azules”) que son de motivación religiosa y tienden a proteger el descanso dominical. Muchas de las “leyes azules” han sido declaradas inconstitucionales, pero no así las leyes azules que en algunos estados o condados hasta el día de hoy restringen la venta de bebidas alcohólicas en día domingo.

Prohibición total de venta: "Condados secos" 

Existen en Los Estados Unidos cientos de condados y ciudades, llamados “condados secos” y “ciudades secas” que prohíben la venta (aunque no el consumo) del alcohol. Las personas que desean adquirir alcohol, deben viajar a otras ciudades o condados. La mayoría de dichos condados y ciudades se hallan en el sur de los Estados Unidos.

Prohibición total de consumo: Pueblos indígenas 


Un ejemplo extremo de “Ley Seca” aún vigente existe en algunos pueblos rurales de la nación de los navajos o en Alaska que han prohibido por completo la importación, venta y aún el consumo de bebidas alcohólicas. Los infractores pueden ser arrestados. Estos son intentos radicales de solucionar el gravísimo problema del alcoholismo y el suicidio en zonas rurales—especialmente entre la población nativa tales como los diné(navajos) o los inuit (esquimales).

Fumaderos de opio y guerras del opio


El opio es una mezcla compleja de sustancias que se extrae de las cápsulas verdes de la adormidera (Papaver somniferum), que contiene la droga narcótica y analgésicallamada morfina y otros alcaloides.
La adormidera (parecida a una amapola común) es una planta que puede llegar a crecer un metro y medio. Destacan sus flores blancas, violetas o fucsias.
Es una planta anual que puede comenzar su ciclo en otoño, aunque lo habitual en el hemisferio norte es a partir de enero. Florece entre abril y junio dependiendo de la latitud, la altura y la variedad de la planta, momento en el que se puede proceder a la recolecta del opio.

Etimología

El término «opio» deriva del griego ópion que significa ‘jugo’, refiriéndose al látex que exuda la adormidera al cortarla.
Otros nombres del opio son o-fu-jung (‘veneno negro’ en chino), ahiphema en hindi o schemeteriak en persa. En inglés también se conoce con el acrónimo GOM (God’s Own Medicine: ‘la propia medicina de Dios’).

Historia

En tablillas sumerias del tercer milenio a. de C se lo menciona mediante una palabra que también significa ‘disfrutar’. En los cilindros babilónicos más antiguos se encuentran representaciones de cabezas de adormidera. En el palacio de Ashurnasirpal II en Nimrud (Asiria, actual Irak) existía un bajorrelieve de una diosa rodeada de adormideras, creado en el año 879 a. C. (actualmente se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York, en la galería de arte asirio). En algunas imágenes de la cultura cretense-micénica se muestran los efectos de la adormidera en imágenes.

Su empleo médico se remonta quizá al Antiguo Egipto, donde muchos jeroglíficos mencionan el jugo que se extraía de estas cabezas (el opio) y lo recomiendan como analgésico y calmante, tanto en pomadas como por vía oral y rectal. Uno de sus empleos reconocidos, según el papiro Ebers, es «evitar que los bebés griten fuerte». El opio tebaico aparece mencionado ya por Homero (en la Odisea) como algo que «hace olvidar cualquier pena», y simbolizaba la máxima calidad en toda la cuenca mediterránea.
En tiempos del poeta épico griego Hesíodo (s. VII a. C.), la ciudad que luego se llamaría Sición se llamaba Mekone (‘adormidera’). Esta planta fue siempre símbolo de Deméter, diosa de la fecundidad. Las mujeres casadas sin hijos portaban broches y alfileres con la forma de su fruto, y los enamorados restregaban pétalos secos para averiguar por los chasquidos el futuro de su relación.
Los griegos la cultivaban y utilizaban con fines lúdicos y medicinales: como analgésico, en forma de infusiones o con el opio en bruto para el dolor de muelas, como antidiarreico, fiebres y para hacer dormir a los niños.
El historiador Heródoto (m. 425 a. C.) hace la primera mención explícita del uso medicinal de esta droga. En los primeros templos de Esculapio(que eran instituciones parecidas a los hospitales actuales), nada más llegar los pacientes eran sometidos a una incubatio o ‘ensueño sanador’.
Hipócrates es el que le da su nombre actual a la droga, que traduce opós mekonos: ‘jugo de adormidera’. Él lo recomienda como tratamiento para la histeria, que considera como una «sofocación uterina».
En el siglo III adC, el filósofo y científico griego Teofrasto (372-287 a. C.) estudia el opio en sus tratados botánicos
Historia de las plantas, en nueve libros (originalmente diez).
Sobre las causas de las plantas, en seis libros (originalmente ocho).
Heráclides de Tarento, médico de Filipo I contribuyó a fomentar su difusión, preconizándolo para «calmar cualquier dolor».
Los médicos griegos se volvieron expertos en crear antídotos para el envenenamiento, que —tomados cotidianamente— inmunizaban al usuario. Estas zeriaka o triacas contenían venenos (como la cicuta y el acónito), pero en pequeñas dosis. Con el tiempo llegó a haber más de mil recetas de triacas, y todas contenían distintas cantidades de opio.
Cuando Galeno confeccionó su Antídoto Magno, en el siglo II, ya la proporción de jugo de adormidera en las triacas había crecido hasta ser un 40% del total. Siguiendo sus recomendaciones, el emperador Marco Aurelio abría las mañanas con una porción de opio «grande como un haba de Egipto y desleída en vino tibio».
Prácticamente todos los emperadores romanos usaban a diario triacas. Nerva, Trajano, Adriano, Septimio Severo y Caracalla emplearon opio puro en terapia agónica y como eutanásico.
El mismo tipo de suicidio utilizaban incontables ciudadanos romanos, patricios y plebeyos, pues eso se consideraba una prueba de grandeza moral.
Como comenta Plinio el Viejo, «de los bienes que la naturaleza concedió al hombre ninguno hay mejor que una muerte a tiempo, y lo óptimo es que cada cual pueda dársela a sí mismo» (Historia Natural, 18.2.9).
Los romanos acuñaron monedas con la figura de la adormidera. En su libro Materia médica, que es el tratado farmacológico más influyente de la Antigüedad, Dioscórides describe el opio como algo que «quita totalmente el dolor, mitiga la tos, refrena los flujos estomacales y se aplica a quienes dormir no pueden». Por él —y por muchos otros escritores romanos— se sabe que la demanda de opio excedía la oferta, siendo frecuente su adulteración.
Durante el Imperio el opio, como la harina, fue un bien de precio controlado, con el cual no se permitía especular. En el año 301, un edicto de Diocleciano sobre precios fijaba el del modius castrense (una vasija con capacidad para 17,5 litros) en 150 denarios (unos 10 denarios por kilo). En cambio el kilo de hachís (un bien de precio libre) costaba entonces 80 denarios el kilo. Poco después, en el año 312, un censo reveló que hubo 793 tiendas dedicadas a vender el producto en la ciudad de Roma, y que su volumen de negocio representó el 15% de toda la recaudación fiscal.
Sin embargo, este formidable consumo no genera problemas de orden público o privado. Aunque se cuentan por millones, los usuarios regulares de opio no se consideran enfermos ni marginados sociales. La costumbre de tomar esta droga no se distingue de cualquier otra costumbre —como madrugar o trasnochar, hacer mucho o poco ejercicio, pasar la mayor parte del tiempo fuera o dentro de casa—. De ahí que no haya en latín una expresión equivalente a «opiómano», si bien ya había al menos una docena de equivalentes a «dipsómano» (alcohólico).

Falta en la Antigüedad quien considere el opio como panacea, y también como cosa despreciable. Desde tiempos de Heródoto hasta los autores de triacas no hay una sola noticia de alguien envilecido por el uso del opio.
Esta planta llegó desde la cuenca mediterránea portada por Alejandro Magno hasta Asia.
En Persia, en el siglo XI, el médico, filósofo y científico Ibn Sīnā (Avicena) —el mayor médico de la cultura islámica clásica— lo utilizaba como eutanásico. Y su predecesor Al-Razio Rhazes, también persa, otorga a esa sustancia un lugar dominante en la farmacopea como anestésico y analgésico.
En el califato de Córdoba (España), vuelve a prepararse la triaca magna o galéncia para la corte de Abderramán; también aparecen allí varios libros sobre botánica medicinal y farmacia, inconcebibles en cualquier reino cristiano de la época.
Tomando como núcleo productor las plantaciones turcas e iraníes, la rápida expansión del Islam diseminó el opio desde Gibraltar hasta Malasia, en pastillas que a veces llevaban el sello mash Allah (‘regalo de Dios’). Hacia el siglo IX sus usuarios solían comerlo, aunque los persas ya acostumbraban fumarlo; también era frecuente consumirlo en jarabes de uva, mezclado con hachís.

La cultura árabe se servía del opio como euforizante general, recomendable para el tránsito de la segunda a la tercera edad, y para sobrellevar los sinsabores de ésta última. Se consumía tanto en privado como en divanes públicos (equivalente a los casinos occidentales).
Según Hans Sachs, un famoso autor de calendarios, a mediados del x. XVI escribe:
Al recorrer el campo de batalla, vieron con sorpresa que los sarracenos seguían teniendo el falo duro y erecto. El médico de campaña —sin dar muestras de extrañeza— les explicó que aquello no tenía nada de extraordinario, pues de todos era bien sabido que los turcos acostumbraban tomar opio, y que el opio produce excitación sexual aún después de la muerte.
Hans Sachs
Muchas medicinas del siglo XIX se basaban en una preparación a base de opio, el láudano.

Guerras del opio

El mercadeo de opio por parte del Reino Unido, Francia y Estados Unidos a China generó un conflicto de grandes proporciones. Los chinos consideraban que Occidente no tenía nada de valor con lo que comerciar, pero los comerciantes británicos y estadounidenses, fuertemente respaldados por la Corona británica, vieron en el opio la posibilidad de tener intercambio.
El opio y sus derivados (morfina, heroína, etc.) constituyen las drogas más adictivas. Por ejemplo, un trabajador medio chino adicto al opio gastaba dos terceras partes de su sueldo en esta droga, dejando a su familia en la miseria[cita requerida]. Para 1839 el opio ya estaba al alcance de los obreros y campesinos.
Se generó con esto una epidemia de adictos en China, por lo que el propio emperador debió tomar cartas en el asunto, nombrando a Lin Hse Tsu para que frenara el tráfico de opio. Cuando Hong Kong fue devuelta a China en 1997, lo primero que hicieron fue poner una estatua de Lin, considerado como un héroe nacional entre los chinos. 
Lin Hse Tsu mandó una carta a la Reina Victoria I del Reino Unido pidiéndole que no traficara más con opio (1). Sin embargo, la reina Victoria no accedió a las peticiones chinas, estallando poco después la Primera Guerra del Opio, que generó un estímulo para que más mercaderes fueran a China desde Estados Unidos y el Reino Unido. Muchas de las grandes fortunas de Estados Unidos fueron basadas en este narcotráfico, que era encubierto, pues decían que se comerciaba con té o tabaco. Se le llamaba China Trade o Far East Trade.


A causa de la alta demanda de productos y la baja demanda de mercancías , Gran Bretaña tenía un gran déficit comercial con China y debía pagar estos artículos con dinero. Gran Bretaña comenzó a exportar ilegalmente opio a China desde la India Británica en el siglo XVIII para contrarrestar su déficit. El comercio del opio creció rápidamente, y el flujo de plata comenzó a reducirse. En 1892, el Emperador Daoguang prohibió la venta y el consumo de opio a causa del gran número de adictos. 2) El emperador censuró el opio en China debido al efecto negativo de éste en la población. Los británicos en cambio, veían al opio como el mercado ideal que los ayudaría a compensar el gran comercio con China. Estas guerras y los subsiguientes tratados firmados entre las potencias dieron como resultado que varios puertos de China se abrieran al comercio con Occidente, lo que condujo en parte a la caída de la economía china. Estas guerras se consideran la primera guerra de opio.

La vida en el kibbutz

La tierra donde se fundaron los primeros kibbutz era propiedad del Fondo Judío Nacional.
Este es una sociedad cuyo fin es usar los regalos y contribuciones del mundo judío para comprar tierras en Palestina.
Estas tierras son dadas a los colonizadores para que las cultiven, el arriendo es simbólico.
Las tierras pertenecen a los colonizadores, son para todos los propósitos prácticos, no pueden ser vendidas ni subarrendadas.
El 92% de la tierra en Israel pertenece a la nación; es prestada/alquilada al kibbutz por períodos renovables, a un arriendo mínimo.
La financiación es arreglada por la Agencia Judía y por el Gobierno en la forma de préstamos a largo plazo.
La ayuda técnica y agrícola es proporcionada por el Departamento de Colonización, por el Ministerio de Agricultura y por las Federaciones Nacionales de Kibbutzim. 



CÓMO ES EL COMIENZO DE UN KIBBUTZ
Todos los jóvenes israelíes hacen el servicio militar; luego son enviados a partes hostiles, - como desiertos, fronteras, lugares de difícil acceso - no colonizadas.
Los jóvenes se ocupan del establecimiento y manejo del kibbutz durante un año. Terminado este tiempo algunos se van a las ciudades o a otro kibbutz.
Otros deciden quedarse en el kibbutz por más tiempo, algunos se casan allí y se quedan de por vida.


CÓMO ES EL GOBIERNO EN EL KIBBUTZ
El núcleo de administración por sí mismo consiste en una reunión general semanal de todos los miembros.
La reunión aprueba nuevos miembros, autoriza gastos, nombra supervisores de trabajo, etc.
Los candidatos para miembros son generalmente aceptados después de una prueba de un año, durante el cuál son tratados como miembros, excepto respecto del derecho a votar y a tener un trabajo fijo. Pueden ser asignados a cualquier trabajo.
Los kibbutzim son empresas cooperativas.
A los miembros no se les pide invertir fondos para ser aceptados, si no los tienen.
Pero cuando se hacen miembros ellos deben transferir todos sus fondos -si los tienen- al kibbutz.
En cambio, el kibbutz se responsabiliza de todas las necesidades en la medida que lo decida la reunión general.
El kibbutz establece su propio standard de vida, de acuerdo con sus posibilidades económicas y las opiniones de los miembros, pero no se puede disolver ni se pueden dividir los fondos entre los miembros.


TRABAJO EN EL KIBBUTZ
Todos los miembros adultos, hombres y mujeres, trabajan en el kibbutz; cada uno según su capacidad física o su capacidad mental, su talento y conocimientos.
Un nuevo miembro trabaja por poco tiempo en diferentes empleos hasta encontrar el trabajo que le interese y en donde se cree más eficiente y capacitado.
El trabajo en kibbutz, se ha fijado a través de todo Israel en ocho horas, lógicamente esto no se cumple rígidamente, la duración de la jornada tiene muchos motivos que la pueden alterar: en las cosechas la jornada se puede alargar hasta doce horas o más; en el invierno depende de las lluvias.

Variedad de Ocupaciones:

1. Hay gran variedad de ocupaciones y profesiones en el kibbutz.
a   a) Trabajo con animales: Ganado, pollos, ovejas, peces.
b   b) "Pardes”: toronja, limón y naranja.
c) "Mataím": manzanas, olivas, bananos.
d) Algodón y trigo.

2. También hay otros tipos de trabajo, que prestan servicio a la comunidad, son los siguientes:
Cocina, comedor, hogares de los niños, colegios, lavandería, zapatería, correo, etc.

3. En muchos kibbutzim, hay también plantas industriales  que emplean muchos miembros del kibbutz y algunas veces, empleados de afuera.

¿Qué se requiere para ser miembro de un kibbutz?
Solamente se necesita dar el mayor rendimiento posible en su trabajo, irse perfeccionando cada vez más.  Para llegar a ser miembro, primero se pasa por una etapa de “voluntario”, allí se ejercen diversos oficios, al cabo de uno o dos años se hace una asamblea para ver si uno es o no aceptado como nuevo miembro.
¿Qué recibe el miembro del kibbutz por su trabajo? Recibe: comida, vestidos, pocas cosas suplementarias, vacaciones cada dos años, una comunidad firme donde vivir.


Vida familiar en el kibbutz
Cuando una joven pareja decide fundar un hogar, informa a sus padres y a las autoridades del kibbutz. La fecha del matrimonio es fijada. Un rabino conduce la ceremonia, después comienza una gran celebración. Todos los miembros del kibbutz y sus parientes de afuera toman parte en las festividades. Hay un programa musical o artístico, se canta, se baila y se toma vino.
Cuando un bebé nace hay una pequeña celebración en casa de los padres, y mucho júbilo por fuera: ¡uno más para trabajar!
El apartamento de la familia consta de un pequeño salón, un cuarto, un baño y una pequeña cocina. Los muebles son de primera categoría, camas con buenos colchones y cubiertas de atractivas sobrecamas de lana, sofás, sillas de brazos, cortinas, carpetas, estantes para libros, un radio. La cocinita esta equipada con un pequeño refrigerador, una olla eléctrica, una alacena para platos y una cafetera eléctrica. Esto para que la familia puede disfrutar de una taza de té en su propia casa.
El kibbutz tiene un gran comedor donde se toman las comidas principales. Los niños habitan en sus propios cuartos. Hay una gran lavandería, donde se lava, plancha y arregla toda la ropa del kibbutz, también hay biblioteca, discoteca, sala de lectura, teatro, un club para diversiones, campos deportivos, una piscina y otras amenidades.

Mujeres del kibbutz
La mujer del kibbutz tiene el mismo papel que el hombre en las actividades económicas y sociales del kibbutz. Las mujeres están generalmente dirigidas en su trabajo hacia los servicios, y en la  mayoría de los kibbutz, trabajan en la cocina, el comedor, el almacén de ropa, la lavandería, el colegio, y los  hogares de los niños.
No se ahorra ningún esfuerzo para asegurar que la mujer encuentre el máximo de satisfacciones en su ocupación. Las que trabajan en la cocina reciben cursos de nutrición, cocina dietética.
Las que trabajan en el colegio, reciben cursos de pedagogía y psicología. 
Algunas van a los campos, a las plantaciones de flores o trabajan con los pollos.
Ellas gastan también medio tiempo, después del trabajo cuidando del mantenimiento de la casa y atendiendo a los hijos, cuando estos vienen a pasar las  horas de la tarde con sus padres.

Niños en el kibbutz
Los niños del kibbutz viven en sus propios hogares, la madre lleva a su hijo del hospital a los 4 ó 5 días después del nacimiento y lo pone en el hogar del Niño. Ella no trabaja durante 6 semanas.  El bebé es cuidado por las enfermeras que trabajan en el hogar de los niños. Varios niños pequeños duermen en el mismo cuarto, y en el mismo edificio se encuentran el comedor, los baños, los cuartos de juego, los salones de clase, etc.
Desde la edad de 15 ó 16 a cada joven se le da su propio cuarto  y él  come en el comedor del kibbutz con sus padres. El niño estudia, lee y descansa en su propio cuarto, las tardes generalmente las pasan en la casa de sus padres. Por la noche los padres llevan los niños pequeños a sus cuartos de dormir, los bañan y acuestan.

La vida del kibbutz es una escogencia libre  
La mayoría de los jóvenes continúan una vida adulta en el kibbutz, casándose y fundando un hogar en él.  Ellos hacen esto según su propio deseo. Durante los días de colegio los jóvenes del kibbutz son llevados a excursiones junto con grupos de estudiantes que trabajan y que viven en las ciudades o pueblos cercanos. Cuando terminan el colegio hacen el servicio militar junto con los jóvenes de todas las secciones de la población.  Después son llevados a servir un año en un nuevo kibbutz o como jóvenes líderes en campamentos de inmigrantes.  Algunos, luego de esto prefieren quedarse en el kibbutz o ir a otro al que pertenecen el esposo o esposa. Los que no desean quedarse en un kibbutz pueden ir a una “aldea cooperativa” o a la ciudad.  Son muy bien recibidos en todas las empresas de la ciudad, pues los directores encuentran en ellos todo lo que se les ha inculcado en el kibbutz: honestidad, coraje, habilidad manual, resistencia física, etc.

El colegio del kibbutz
Todos los kibbutzim tratan de mantener su propio colegio. Los más grandes tienen colegios de doce clases hasta la edad de 18 años. En otros los niños de afuera son aceptados para que las clases puedan ser mantenidas y organizadas. Los niños de los kibbutz pequeños van a colegios pertenecen a varios kibbutz del área y algunos veces a aldeas y pueblos de inmigrantes.

Trabajo y Estudio
El trabajo es una parte muy importante en la formación y educación de los jóvenes en el kibbutz. Los niños comienzan a trabajar a la edad de 10 años, una hora diaria, y en los cursos más elevados tres o cuatro horas diarias. Los jóvenes que terminan el colegio del kibbutz salen preparados para ingresar en una escuela técnica (Technion), pero si lo desean pueden seguir estudios en los cuales se necesitan más clases intelectuales.

El sionismo


El sionismo es un movimiento político internacional que propugnó desde sus inicios el restablecimiento de una patria para el pueblo judío en la Tierra de Israel («Eretz Israel»).  Dicho movimiento fue el promotor y responsable en gran medida de la fundación del moderno Estado de Israel.
Aunque sus orígenes son anteriores, el movimiento político laico actual fue establecido oficialmente por el periodista austro-húngaro Theodor Herzl a fines del siglo XIX. El movimiento tiene como objetivo fomentar la migración judía a la Tierra Prometida y fue exitoso en la fundación del Estado de Israel en 1948, siendo actualmente el único Estado judío del mundo. El sionismo constituye una rama del fenómeno más amplio del nacionalismo moderno. Descrito como un "nacionalismo en la diáspora", el sionismo se autodefine como un movimiento de liberación nacional, cuyo objetivo es la libre autodeterminación del pueblo judío.

Terminología 

El término sionismo deriva de la palabra Sion (del hebreo: ציון‎, uno de los nombres bíblicos de Jerusalén). Este nombre se refiere inicialmente al Monte Sion, una montaña cerca de Jerusalén, y a la fortaleza de Sion en la misma. Más tarde, durante el reinado del Rey David, el término "Sion" se convirtió en una sinécdoque para referirse a toda la ciudad de Jerusalén y a la Tierra de Israel. En muchos versículos bíblicos, los israelitas fueron llamados el pueblo, hijos o hijas de Sion.
"Sionismo" fue acuñado como término por el editor austriaco de origen judío Nathan Birnbaum, fundador del movimiento estudiantil judío Kadima, en su diario Selbstemanzipation (Autoemancipación) en 1890. Algunos individuos y grupos utilizan peyorativamente el término "sionismo" para justificar los ataques contra los judíos[cita requerida]. Según los historiadores Walter Laqueur, Howard Sachar y Jack Fischel, entre otros, la etiqueta de "sionista" también se usa como un eufemismo para los judíos, en general, por apologistas por el antisemitismo.

Historia 

Desde el siglo I d. C. los judíos han vivido en el exilio, si bien ha habido una presencia constante de judíos en la Tierra de Israel («Eretz Israel»). De acuerdo con el judaísmo y la Biblia, la Tierra de Israel o Sion es la Tierra Prometida por Dios para los judíos. Tras la rebelión de Bar Kojba (132–135), los judíos fueron expulsados de la Tierra de Israel para formar la Diáspora judía. Durante siglos existió entre los judíos de la Diáspora una gran nostalgia de origen religioso de retornar a la patria histórica del pueblo judío –«el año próximo, en Jerusalén...»– que, a mediados del siglo XIX, comenzó a secularizarse al entrar en contacto con las grandes corrientes ideológicas europeas de la época (liberalismo, socialismo, nacionalismo).
El nacimiento del sionismo está ligado a la eclosión de los nacionalismos en el siglo XIX europeo, que tuvieron como bandera común la idea «un pueblo, un Estado» y que está en el origen del concepto de Estado-nación. Al calor de esa idea se formaron distintos Estados europeos, surgidos del desmembramiento de los imperios o bien a través de la unificación de Estados con similar cultura y lengua (como Italia y Alemania). Paralelamente a ese desarrollo nacionalista, atravesándolo en muchas ocasiones, se desarrolló el moderno antisemitismo.
El sionismo sostenía que los judíos eran primordialmente un grupo nacional (como los polacos o los alemanes) y no un grupo religioso (como los musulmanes o los católicos) y que, como tal, tenía derecho a crear su propio Estado en su territorio histórico. La formulación clásica de la idea es la que hizo Theodor Herzl en su opúsculo Der Judenstaat (El Estado Judío, publicado en Berlín y Viena en 1896), que tiene como precedentes doctrinales la obra de Moses Hess Roma y Jerusalén (1860) y la del médico judío ruso Leo Pinsker Autoemancipación (1882), que contiene ya la consigna «Ayudaos, que Dios os ayudará». El sionismo se puso como objetivo primario la creación de un Estado judío moderno, considerando que con ello devolvía al pueblo judío su estatus de nación y pondría fin a dos milenios de vida en el exilio. Ante las grandes dificultades a las que se enfrentaron los judíos para establecerse en la antigua Tierra de Israel, se barajaron algunas alternativas temporales, sin intención de establecer un Estado nacional, solo como refugio ante la ola de pogromos y persecuciones en la Rusia zarista, como la Argentina — en la que se crearon numerosas colonias de inmigrantes judíos europeos—, y aun en una porción del África Oriental Británica (el conocido como Plan Uganda), ofrecida por el gobierno de Londres; éstas fueron estudiadas (el propio Herzl estudia en su obra las ventajas comparativas de Argentina y Palestina)  y finalmente rechazadas por la dirigencia sionista, y se prefirió el establecimiento del futuro Estado en Palestina, una región en manos del Imperio Turco y que no se correspondía a ninguna división administrativa, por lo que sus límites no estaban establecidos. En paralelo a estas ideas, se fueron produciendo sucesivas oleadas migratorias (llamadas Aliyá) de muchos jóvenes obreros y estudiantes, que escapaban en su mayoría del antisemita ambiente ruso y dispuestos a levantar la antigua patria judía basándose en dos ejes: el trabajo agrícola y la resurrección de la lengua hebrea, que dejó de hablarse alrededor del siglo I a. C., aunque siguió utilizándose en la literatura y, sobre todo, en la liturgia y con propósitos académicos.
La inmigración judía a Eretz Israel se inició en 1882. La denominada Primera Aliyá vio la llegada de alrededor de 35.000 judíos en el término de unos veinte años. La mayoría de los inmigrantes procedían de Rusia, donde el antisemitismo era rampante. Ellos fundaron una serie de asentamientos agrícolas con el apoyo financiero de filántropos judíos de la Europa occidental. La Segunda Aliyá comenzó en 1904. Otras Aliyot, cada vez con más inmigrantes, se sucedieron entre las dos guerras mundiales, impulsadas en la década de 1930 por la persecución nazi. Actualmente siguen llegando inmigrantes a Israel, en los últimos años especialmente desde la antigua Unión Soviética.
La Declaración Balfour de 1917 apoyó la creación de una Patria Judía en el Mandato Británico de Palestina. En 1922, la Sociedad de Naciones hizo suya la declaración formulada en el mandato que dio a Gran Bretaña:
El Mandatario (…) garantizará el establecimiento del Hogar Nacional Judío, tal como se establece en el preámbulo, así como el desarrollo de instituciones autónomas, y también la salvaguardia de los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina, independientemente de su raza y de religión. 
A lo largo del siglo XX el sionismo fue ganando adeptos gradualmente, y después del Holocausto se transformó en el movimiento predominante dentro del mundo judío. Por otra parte, la aparición de un proyecto de nación territorializada inicialmente similar, puesto en marcha desde 1928 por el régimen soviético, la República Autónoma Hebrea, que devino en fracaso a mediados de la década de 1930, resultó no presentar el suficiente atractivo como para provocar una emigración masiva o estable.
El proyecto de un nuevo Israel en Palestina fructificó por varios factores:
A pesar del paso de los siglos, los judíos nunca dejaron de añorar la vuelta a Jerusalén, anhelo reflejado en el deseo expresado en muchas festividades judías, Leshaná Haba'á Birushalayim («el año próximo, en Jerusalén»), o en la milenaria costumbre de romper una copa en cada casamiento judío, rememorando la destrucción del Templo de Jerusalén y la consecuente dispersión. La idea recobró cierta popularidad a finales del siglo XIX, siendo el componente emocional del naciente sionismo. Se necesitaba mano de obra y gran cantidad de dinero, los proyectos de Uganda o Argentina no resultaban tan atractivos. Los terrenos comprados a los terratenientes turcos eran pedregales, lodazales, pantanos y se requería una gran transformación. Para principios del siglo XX, el 6% de las tierras de Eretz Israel eran de los judíos. 
Pequeñas comunidades de judíos llevaban siglos habitando la zona. Como por ejemplo, en Safed la comunidad cabalística de donde surgió Isaac Luria, formada principalmente por sefardíes expulsados en 1492 que fueron acogidos por el Imperio otomano, pero ya antes Saladino reclamó la entrada de judíos cuando decidió reconstruir Jerusalén, se habla de una familia que jamás abandonó la ciudad.
El Caso Dreyfus, que afectó negativamente a las esperanzas de igualdad de derechos y oportunidades que el Iluminismo había despertado en la comunidad judía europea.
La simpatía de los terratenientes turcos, que encontraron en el dinero y empuje judío una forma de levantar una zona que consideraban yerma; opinión que duró hasta principios de los años 30 en los que el Mufti de Jerusalén empezó a expresar su talante filonazi (estuvo viviendo en Alemania, fue amigo personal de varios de los jerarcas nazis, lideró a los musulmanes bosnios filonazis que arrasaron la zona y huyó antes de ser detenido para ser juzgado).
La situación de los judíos en la Europa Oriental. En la Rusia zarista pasaban a un Zar fanáticamente antisemita, lo que acarreaba una legislación fuertemente restrictiva. Se llegó al secuestro de los niños judíos antes de que cumplieran los trece años para su entrada en un programa de rusificación, niños de hasta ocho años que no volvían a ver a sus padres hasta cumplir los 40, cuando acababa su servicio militar obligatorio. O los ataques continuos a las aldeas rusas, las prohibiciones de entrada en ciertas ciudades principales, la falta de libertad de movimiento... Eso hizo que el sionismo calara hondo en la sociedad judía de la época.
El progresivo avance de los fascismos, que fue acompañado con un recorte de ciertas libertades recién logradas y la reaparición de viejas restricciones.

Objetivos 

Los objetivos del sionismo fueron puestos en práctica por la Organización Sionista Mundial (órgano político del Movimiento Sionista), fundada en 1897 en Basilea por Theodor Herzl, considerado el padre del sionismo en general y de la rama política en particular (otras ramas son: el sionismo socialista, el sionismo revisionista, el sionismo religioso, etc.).
Hasta el Holocausto, la idea sionista compitió con otra corriente igualmente extendida, sobre todo en Estados Unidos y la Europa occidental, que no consideraba a los judíos como pueblo, sino como minoría religiosa que debía integrarse y luchar por su plena igualdad en las sociedades en las que vivían. Una forma extrema de esta última idea preconizaba incluso la renuncia a la religión judía.
El sionismo conjuga dos elementos: independencia y soberanía, por un lado, y la centralidad de Israel en la identidad judía, por el otro. Los objetivos del movimiento sionista están delineados en el Programa de Jerusalén, cuya última versión, del 2004, dice:
Los objetivos del sionismo son:
La unidad del pueblo judío, su vínculo con su patria histórica (la Tierra de Israel) y la centralidad del Estado de Israel y Jerusalén su capital, en la vida del pueblo.
Aliyá a Israel desde todos los países y su integración en la sociedad israelí.
El fortalecimiento de Israel como Estado judío-sionista y democrático y su modelación como sociedad ejemplar, poseedora de un carácter moral y espiritual único, basada en el respeto mutuo del multifacético pueblo judío y en la visión profética que aspira a la paz y contribuye para la mejora del mundo.
La garantía del futuro y distinción del pueblo judío a través de la promoción de la educación judía, hebrea y sionista, el cultivo de los valores culturales y espirituales judíos, y la institución de la lengua hebrea como su idioma nacional.
El cultivo de la responsabilidad mutua judía, la defensa de los derechos de los judíos, tanto individuales como de nación, la representación de los intereses nacionales sionistas del pueblo judío y el combate a toda forma de expresión antisemita.
La población del país como expresión práctica de la realización sionista.

Tipos de sionismo 

A través de los años una variedad de escuelas de pensamiento ha evolucionado con diferentes escuelas que predominaron en diferentes momentos. Además los sionistas procedían de una amplia variedad de orígenes y, en ocasiones, diferentes grupos nacionales -como judíos rusos, alemanes, polacos, británicos o americanos- han ejercido gran influencia.
El sionismo tiene varias ideologías y algunas de ellas hoy conforman partidos políticos en el Estado de Israel:

Sionismo socialista

Alrededor de 1900 el principal rival para el sionismo entre los jóvenes judíos en la Europa oriental fue el Movimiento Socialista. Muchos judíos fueron abandonando el judaísmo en favor del comunismo o en apoyo al Bundismo, un movimiento judío socialista que pedía la autonomía judía en la Europa oriental y que el yiddish sea promovido como lengua oficial judía.
Muchos sionistas socialistas eran originarios de Rusia. Tras siglos de ser oprimidos por sociedades antisemitas, los judíos habían sido reducidos a la obediencia, vulnerables, con desesperada existencia en la que se les invitaba a seguir el antisemitismo. Sostenían que los judíos podían escapar de su situación convirtiéndose en agricultores, trabajadores y soldados de su propio país. La mayoría de los socialistas se rehusaron a perpetuar la religión como una "mentalidad de la diáspora" entre el pueblo judío y establecieron las comunas rurales en Israel llamadas "kibutz" (kibutzim en plural). Los principales teóricos del sionismo socialista incluyen a Moisés Hess, Nahum Syrkin, Dov Ber Borojov y Aarón David Gordon, y entre las figuras destacadas del movimiento se cuentan David Ben-Gurión y Berl Katznelson.
La mayoría de los sionistas socialistas consideraron el yiddish como la lengua del exilio, adoptando el hebreo como lengua común entre los judíos en Israel. El socialismo y el Sionismo Laborista eran ardientemente secularistas con muchos sionistas ateos que se oponían a la religión. En consecuencia, el movimiento a menudo tenía una relación antagónica con el Judaísmo ortodoxo.
El sionismo socialista buscaba establecer un Estado Judío en el que considerara al judaísmo como una nacionalidad, y que las bases del Estado estuvieran identificadas con el socialismo, es decir, el trabajo comunal. Tuvieron gran fuerza desde la Segunda Aliyá, hoy en día conforman el partido Avodá o Partido Laborista.
El sionismo socialista se convirtió en la fuerza dominante en la vida política y económica del Yishuv durante el Mandato Británico - en parte como consecuencia de su papel en la organización de la vida económica judía a través de la Histadrut - y fue la ideología dominante de la clase política en Israel hasta las elecciones de 1977, cuando el partido Avodá fue derrotado.
Fundamental en la expansión del sionismo socialista fue la labor de movimientos juveniles en la Diáspora, que educaron a la juventud judía en los valores del movimiento, capacitándolos también para su futura vida en kibutzim en Israel. Algunos de estos movimientos continúan existiendo hasta el día de hoy, como Hashomer Hatzair y Habonim Dror.

Sionismo revisionista

El Sionismo revisionista fue un grupo fundado y dirigido por Zeev Jabotinsky. Durante el Mandato Británico presionó a Gran Bretaña para permitir la inmigración judía en masa y para la formación de un ejército judío en el Mandato.
El revisionismo fue muy popular en Polonia pero carecía del apoyo necesario desde la Tierra de Israel. En 1935 la izquierda del revisionismo y la Organización Sionista formaron una alternativa, la Nueva Organización Sionista. Se reincorporó a la Organización Sionista Mundial en 1946.
El Sionismo revisionista cree en el asentamiento de la tierra y se opone al Sionismo socialista. Los revisionistas buscan mantener el tradicionalismo judío firme, como orgullo de la nación. Buscan volver al Estado judío de la antigüedad, como si el exilio no hubiera sucedido. Hoy en día está representado por el Partido Likud, que es el partido más fuerte de la derecha israelí.

Sionismo general

Sionismo general fue inicialmente el término empleado por los miembros de la Organización Sionista Mundial que no se habían unido a una facción determinada o algún partido específico, perteneciendo solamente a las organizaciones sionistas de sus respectivos países. A medida que transcurrieron los años, los sionistas generales también crearon instituciones ideológicas y formaron la Organización de Sionistas Generales, establecida en 1922 como el partido de centro del movimiento sionista. Los preceptos de los sionistas generales incluían un sionismo al estilo de Basilea, exento de posicionamientos ideológicos, es decir, con primacía del sionismo sobre cualquier interés clasista, partidista o personal.

Sionismo religioso

Impulsado principalmente por el Rabino Kalisher, une los ideales de crear un Estado judío con la religión. Su ideología se resume en una frase: "El Pueblo de Israel, en la Tierra de Israel, según la Torá de Israel". Es decir, regir un Estado con bases religiosas y asentarse en toda la Tierra de Israel, como lo marcaba el reinado de Salomón. Hoy en día representan al Partido Nacional Religioso (Mafdal).

Otras variantes 

Sionismo político: su máximo exponente fue Theodor Herzl, y proponía el establecimiento de un Estado judío soberano e independiente mediante métodos diplomáticos y políticos. Consideraba que, para que surgiera un posible Estado judío, era más importante llegar a un acuerdo primordial con las potencias mundiales para legitimar jurídica e internacionalmente la existencia del mismo, por lo que primeramente se debían realizar acciones en el campo político para que triunfara la empresa sionista.
Sionismo realizador: propuesto por Menachem Ussishkin, proponía el establecimiento de asentamientos agrícolas y su desarrollo. A diferencia del Sionismo político, consideraba más relevante para la creación de un Estado judío que existieran las bases sólidas, demográficas y materiales en la tierra concreta donde se crearía, lo que posteriormente daría lugar al reconocimiento político de la comunidad internacional, por eso dedicaba sus esfuerzos principalmente a la inmigración judía antes que a la actividad diplomática para convencer a la opinión pública.
Sionismo sintético: buscaba la fusión de las ideologías políticas y realizadoras en objetivos comunes, fue propuesto principalmente por Jaim Weizmann. Consideraba que no eran contradictorios los postulados del Sionismo político con respecto al Sionismo realizador, pues sostenía que, para que se creara un Estado judío, era necesario reconocimiento legal internacional y al mismo tiempo comenzar a instalar las sólidas bases materiales en la tierra donde surgiría el nuevo Estado. En este sentido, no priorizaba entre los esfuerzos diplomáticos alrededor del mundo por parte de las personalidades influyentes y los proyectos migratorios de la juventud para establecer una población judía en el futuro país. Este tipo de Sionismo marcó, desde el liderazgo de Weizmann en adelante, la actividad histórica y el modo de llevarla a cabo en el movimiento sionista en la lucha por el establecimiento del Estado hebreo, cuyos esfuerzos estarían dirigidos en la inmigración judía práctica (Aliyá) y al mismo tiempo en presiones políticas para obtener reconocimiento legal por parte de la comunidad internacional.
Sionismo espiritual: propuesto por Ahad Haam, proponía que se creara un centro espiritual en Palestina, era opuesto al de Herzl ya que separaba completamente la política de sus objetivos.

Movimientos de oposición (antisionismo)

El sionismo no recibió en sus comienzos –finales de siglo XIX– el apoyo mayoritario de los judíos. En particular, no contó con las simpatías de la mayoría de los judíos de Europa occidental, que creyeron poder considerarse a sí mismos como ciudadanos con plenos derechos en sus respectivos países, tras los aires de emancipación y tolerancia que trajo consigo la Ilustración y el estado liberal decimonónico clásico. La forma más exacerbada de oposición a las ideas sionistas se conoció como integracionismo (también llamado «asimilacionismo»), y afirmaba que el sionismo era análogo al antisemitismo, en la medida en que ambos niegan la condición de nacionales de un determinado país a los judíos. Una manifestación extrema de integracionismo es la conversión a la fe cristiana. Un ejemplo anecdótico de antisionismo fue el de Edwin Samuel Montagu, ministro judío del Gobierno británico que puso muchas trabas a la redacción de la Declaración Balfour tachándola de antisemita. La oposición al sionismo existía también entre el movimiento Bundista en Europa oriental, que buscaba la autonomía cultural de los judíos en los países donde vivían; así como de la mayoría de los judíos ortodoxos. Entre estos últimos sigue habiendo algo de ambigüedad e inclusive hostilidad al sionismo. El caso Dreyfus fue determinante para inspirar a Herzl, al considerar al sionismo como única solución plausible y efectiva contra el antisemitismo europeo. El impacto emocional del Holocausto convenció definitivamente a numerosos judíos asimilados, socialistas y ortodoxos, refractarios con el sionismo, que quedaban en Europa.
En Europa oriental, lugar donde el sionismo se hizo fuerte debido en muy gran medida a las incesantes persecuciones a que eran sometidos los judíos por el zarismo, la idea de un Estado judío, o incluso de pueblo judío, fue rechazada por numerosos judíos miembros de organizaciones revolucionarias, marxistas o anarquistas, quienes consideraban que la condición de judío derivaba de la religión y que, una vez erradicada ésta, la distinción entre judíos y no judíos desaparecería. Estas ideas no impidieron, sin embargo, que hubiese también un importante movimiento sionista marxista.
La población árabe de Palestina, apoyada por el nacionalismo árabe, se opuso al sionismo, negándose a aceptar la partición del Mandato Británico de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe, según la recomendación de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947. Por esta razón, los estados árabes de la zona apostaron por la destrucción del novel Estado judío, desencadenando una guerra que se saldó con el exilio de cientos de miles de árabes palestinos, la ampliación de Israel más allá de los límites previstos en el plan de partición de la ONU y la ocupación por parte de Egipto y Transjordania de la parte asignada al Estado árabe. Este conflicto se conoce como Guerra de Independencia de Israel en la historiografía israelí y como Nakba (desastre) en la árabe. El conflicto se hizo sentir más allá de las fronteras palestinas, ya que las comunidades judías que habitaban en países árabes (muchas desde antes de ser arabizados e islamizados), se vieron obligadas a emigrar en las décadas siguientes, víctimas potenciales del «antisionismo». El fenómeno tuvo características diferentes según los países, aunque en general liquidó prácticamente las comunidades hebreas en países árabes.
Gran Bretaña, a pesar de haber dado el primer paso hacia la creación de un Estado judío con la Declaración Balfour, dificultó por todos los medios la inmigración de judíos al Mandato Británico de Palestina, incluso durante la Segunda Guerra Mundial (véase Libro Blanco de 1939) y vaciló en el momento de facilitar su aplicación. Incluso llegó a plantearse su derogación para no perjudicar sus intereses geoestratégicos en Oriente Medio ni dañar sus alianzas con los países árabes. Los graves conflictos que los planes sionistas generaban entre la población árabe de Palestina también aconsejaban a los británicos mantener el statu quo previo a la guerra (que se concretaba en el llamado Libro Blanco de 1939) y esperar a que la ONU redefiniese el Mandato de la extinta Sociedad de Naciones.
Aunque cada vez más minoritarios, en el seno del judaísmo sigue habiendo antisionistas por razones religiosas y con diversos grados de oposición, como los jaredíes o algunos grupos ultraortodoxos y relativamente minoritarios como Neturei Karta, estos últimos contrarios al actual Estado de Israel. 

La Resolución 3379

En 1975, en plena Guerra Fría, la Asamblea General de la ONU adoptó, por impulso de los países árabes, y con el apoyo del bloque soviético y del no alineado, la resolución 3379, de carácter declarativo y no vinculante, que asociaba al sionismo con el racismo (72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones). El entonces embajador israelí y futuro Presidente de Israel, Jaim Herzog, rompió el documento en pedazos delante de la Asamblea. En 1991 Israel puso la anulación de la resolución 3379 como condición para su participación en la Conferencia de Madrid, lo que llevó a que fuera derogada al aprobarse la resolución 4686 (111 a favor, 25 en contra y 11 abstenciones).

Reconocimiento de Israel en el mundo árabe e islámico

Egipto fue el primer Estado árabe que reconoció al Estado de Israel, y los demás lo harían después de que la propia OLP reconociera el Estado judío en 1988. En la actualidad hay organizaciones palestinas que reconocen el derecho a la existencia de Israel, aunque los dos partidos mayoritarios, Hamás y Al-Fatah, niegan a Israel ese derecho. Entre quienes siguen sosteniendo posiciones antisionistas están las autoridades de Irán.

Particularidades del sionismo 

El sionismo fue establecido sobre la base de la asociación entre el pueblo judío y la Tierra de Israel. La aliyá a la Tierra de Israel es un tema recurrente en las oraciones judías. Los sionistas consideran a los judíos que viven fuera de Israel como exiliados. El rechazo a la vida en la diáspora es central en el sionismo. Subrayando esta actitud se encuentra el sentimiento de que la Diáspora restringe el crecimiento total de la vida individual y nacional judía. Los sionistas generalmente prefieren hablar en hebreo, una lengua semítica que se desarrolló en condiciones de libertad en la antigua Judá, modernizada y adaptada a la vida cotidiana. A veces rechazan hablar en yídis, una lengua que consideran afectada por la persecución cristiana. Una vez que emigran a Israel, muchos sionistas rechazan hablar su lengua materna y toman nombres hebreos. Los principales aspectos de la idea sionista se ven representados en la Declaración de Independencia de Israel:
La Tierra de Israel fue la cuna del pueblo judío. Aquí se forjó su identidad espiritual, religiosa y nacional. Aquí logró por primera vez su soberanía, creando valores culturales de significado nacional y universal, y legó al mundo el eterno Libro de los Libros.
Luego de haber sido exiliado por la fuerza de su tierra, el pueblo le guardó fidelidad durante toda su Dispersión y jamás cesó de orar y esperar su retorno a ella para la restauración de su libertad política.
Impulsados por este histórico y tradicional vínculo, los judíos procuraron en cada generación restablecerse en su patria ancestral. En los últimos decenios retornaron en masa.
El sionismo combate el antisemitismo. Algunos sionistas creen que el antisemitismo nunca desaparecerá (y que los judíos deben vivir con esto en mente) mientras que otros perciben el sionismo como un vehículo para acabar con el antisemitismo.

Negación de la diáspora 

Según Eliezer Shweid la negación de la vida en la diáspora es idea en todas las corrientes del sionismo. Subrayando esta actitud estaba el sentimiento de que la Diáspora restringía el crecimiento completo de la vida nacional judía.

Adopción del hebreo 

Los sionistas prefieren hablar hebreo, una lengua semítica que se desarrolló bajo condiciones de libertad en la antigua Judá y que dejó de hablarse alrededor del siglo I a. C, modernizándolo y adaptándolo a la vida diaria. El responsable principal de la resurrección del hebreo como lengua hablada a partir de su estado previo de lengua litúrgica fue precisamente un sionista, Eliezer Ben-Yehuda. Los sionistas a veces rechazan hablar yiddish, una lengua derivada del alto alemán medio que consideran afectada por la persecución cristiana. Una vez que emigran a Israel, muchos sionistas rechazan hablar su lengua materna en la diáspora y se ponen nuevos nombres hebreos.

Reacción al antisemitismo 

En este tema, el historiador Zeev Sternhell distingue dos escuelas de pensamiento en el sionismo. Una es la escuela liberal o utilitaria de Herzl y Nordau. Especialmente después del Caso Dreyfus dicen que el antisemitismo nunca desaparecerá, y ven el sionismo como una solución racional para los judíos. La otra es la escuela nacionalista racional. Prevalece entre los judíos de Palestina, y ve el sionismo como un proyecto para rescatar a la nación judía y no como un proyecto para rescatar a los judíos. El sionismo fue un problema en el "Renacimiento de la Nación". Fuente: wikipedia