Terrón de Azúcar #1 : Lluvia de Azúcar (Cuento corto por Silvia Corella)

Tal vez no apareciera. O tal vez sí. ¡Maldita lluvia! Clara escudriñaba la calle por la ventana, a través de un círculo que había abierto en el vaho del cristal, como una escotilla. Pegó la nariz y sintió el frío del exterior. No vendría. ¿O sí? Se apartó y se arrellanó en la silla tonet. Delante, humeaba el café que el camarero le había servido sin que ella se hubiera percatado. De la cestita que había en la mesa tomó un sobre de azúcar y lo vertió en el líquido negro. Miró de nuevo por el ojo de buey de la ventana. Seguro que no venía. Abrió otro sobre de azúcar y se volvió a servir. Sonrió. La semana pasada había estado tan atento, tan cariñoso, que ella pensaba que a lo mejor… Alargó la mano y se hizo con un tercer sobre de azúcar que espolvoreó en la bebida caliente. Al despedirse, habían juntado sus mejillas y ella sintió como si… Fue un instante nada más pero... Distraídamente, abrió otro sobre de azúcar que dejó caer en la taza. Contempló de nuevo la calle desierta mientras daba golpecitos en el mantel con el mango de una cucharita. Nada. Le había asegurado que vendría el próximo martes, y sin embargo… Pero se le iba a enfriar el café, así que, reparando por primera vez en la cestita del azúcar, seleccionó un sobre de sacarina y se puso sólo la mitad. No le gustaba el café demasiado edulcorado.

Silvia Corella - España

La historia de como George Lucas creo la saga de Star Wars‏

El Loco de La Colina

Arriesgado y loco fotógrafo

Este es el caso de un fotógrafo que fotografió a otro fotógrafo. Las siguientes fotos las hizo Hans van de Vorst en el Grand Canyon, Arizona. Él mismo describe las fotografías. La identidad de la persona en la foto es desconocida.




Me quedé estupefacto al ver a éste chico en el Grand Canyon.

El Canyon está exactamente a 900mts de altura, la montaña desde donde yo estoy es segura y se puede visualizar todo con el mismo paisaje.

Mientras miraba atónito a éste personaje con sus sandalias de playa y su trípode, me hice tres preguntas:

1. ¿Cómo coño ha saltado éste loco de la montaña a la roca?
2. ¿Por qué no hace las fotos desde donde yo estoy, que tiene la misma vista y no hay peligro?
3. Y… ¿cómo coño piensa volver hasta la montaña? ¿Saltando?

Acto seguido respira profundamente, se gira y… he aquí la respuesta.








INCREÍBLE, el notas salta y encima para mi sorpresa con el trípode bajo el brazo, como si nada, y mete un salto que me entró hasta vértigo… En ese mismo momento pensé en sus sandalias playeras, contuve la respiración, por un momento quise tirarle mis botas de montaña para su seguridad… pero no me dio tiempo.

Esos instantes captaron mi absoluta atención, si me ofrecen un millón de dólares, seguro que lo pierdo, no podía creer lo que estaba viendo, y encima no podía decirle nada por si lo distraía…

Mientras tanto el tiempo se me hizo eterno, pero el notas saltó por fin con sus sandalias playeras, debajo habían 900 metros de caída libre...


Cuando alcanzó la montaña, veo que se coge con una sola mano, el hijoputa

Iré al grano, porque me emociono.

¡¡¡No quiero ser pesado, pero es que en la otra mano llevaba una cámara, un trípode y una jodida bolsa de plástico!!!

¡¡¡¡¡Puso su vida en peligro por una jodida foto y no soltó nada de lo que llevaba!!!!!

El notas se mantuvo agarrado a la pared con la mano derecha, mientras colocaba bien lo que tenia en su mano izquierda (incluida la jodida bolsa de plástico) y trepó lo que le quedaba, y sin más se dispuso a seguir su ruta fotográfica, mientras yo atónito me quedé como un jodido tonto mirando como se alejaba.

Ahora ya puedo decir que he conocido al loco de la colina.



By: Ambrosio