Asomarnos al mundo. Mirar y observar nuestro alrededor. Descubrir que somos pequeños ante todo lo inmenso que nos rodea. Agradecer ser testigos y ser protagonistas de un mundo que, fijo a nuestros pies, nos regala día tra...s día su inmensa desproporción.
Tratar de "buscar y hallar a Dios en todas las cosas", en cada rincón, en cada lugar, en cada persona. Dios nos invita a mirar al mundo con otros ojos, ojos de justicia y de paz, de perdón y reconciliación. Jesús nos invita a tener una mirada agradecida, por tanto bien recibido, una mirada que no es estática, que no es pasiva, que después de mirar y observar este mundo, transforma y moviliza, una mirada que a veces nos conduce y nos implica con este mundo.
Asomarnos al mundo y sentir que formamos parte de una historia de luchas y encuentros, una historia que es contemplada por Alguien que nos quiere y nos acompaña siempre. (Tomado de Espiritualidad Ignaciana)