¿Qué es la hidrosadenitis supurativa?
Es una enfermedad inflamatoria crónica que suele aparecer durante la pubertad, principalmente en mujeres. Las zonas de aparición más comunes son aquellas que cuentan con numerosas glándulas apocrinas, es decir, glándulas sudoríparas que desembocan en conductos pilosebáceos. Estas zonas son: la axila, la ingle, la región perianal y perineal, la zona submamaria y mamaria, las nalgas y la región púbica.
La hidrosadenitis supurativa recibe muchos nombres diferentes: hidradenitis supurativa, acné inverso, acné ectópico, enfermedad de Fox-Den, enfermedad de Verneuil o pyoderma fistulans significa. Cuando esta enfermedad se da en la región axilar, se le conoce comúnmente como "golondrinos".
La hidrosadenitis supurativa no es contagiosa y causa problemas psicológicos al paciente porque al supurar sustancias malolientes, es rechazado por la sociedad.
Su aparición en la población es de aproximadamente un 4%.
Causas
Las causas son desconocidas. No debemos asociarlo a una falta de higiene.
Aunque no se saben las causas, se desconfía que pueda estar causada por factores genéticos y hormonales.
Se cree que la genética determina una alteración en el epitelio del folículo terminal y que esto crea la hidrosadenitis supurativa. La posterior invasión bacteriana, por bacterias como el estafilococos coagulasa negativa o staphylococcus aureus, es secundaria a la enfermedad.
Hay factores que favorecen su aparición. Estos son: el tabaco, la obesidad, la ropa ajustada, los desodorantes u otros productos cosméticos de uso tópico en la zona de la enfermedad o el rasurado.
La hidrosadenitis suele relacionarse en muchas ocasiones con otras patologías., entre ellas destaca la enfermedad de Crohn. De hecho el comienzo de la enfermedad es tan similar que hay autores que afirman que la hidrosadenitis es un síntoma de Crohn.
Diagnóstico
Es puramente clínico. Como no se diferencian síntomas específicos de la enfermedad, Hurley ideó una tabla para así determinar el estadío en el que se encontraba la enfermedad observando su evolución.
Sin embargo, lo que realmente determina si es o no hidrosadenitis supurativa es el diagnóstico anatomopatológico.
Tratamiento
Hay cuatro formas principales de tratar la hidrosadenitis supurativa:
Optar por aplicar medidas generales. Principalmente consiste en mantener una adecuada higiene de la zona para prevenir los síntomas secundarios a una posible infección bacteriana.
El tratamiento farmacológico. No hay tratamientos posibles para tratar en su totalidad a la hidrosadenitis pero sí hay ensayos clínicos que demuestran que la clindamicina de uso tópico resulta muy efectiva. También son eficaces hasta cierto punto los corticoides.
Aún así, y pese a no demostrar la eliminación de la enfermedad, sí se utilizan más fármacos que la retrasan. Entre ellos destacan los retinoides, antibióticos, inmunosupresores y hormonas.
El tratamiento quirúrgico. Lo abarcamos a continuación.
Otros tratamientos como puede ser el láser, la crioterapia y la radioterapia.
Técnicas quirúrgicas para tratar la hidrosadenitis
Para hacer esta intervención es necesario planearla muy bien con el fin de evitar futuras recurrencias.
Las principales técnicas quirúrgicas que se utilizan son:
- Escisión local y drenaje. Se extirpa la zona afectada y un perímetro sano alrededor. Después se colocan tubos de drenaje en la herida. Esta técnica es antigua y actualmente está cayendo en desuso debido al gran número de recurrencias.
- Escisión local limitada. Es básicamente igual que la anterior pero no se colocan drenajes al finalizar. Tiene los mismos inconvenientes.
- Escisión radical. Extirpa la parte de la piel afectada y además elimina el tejido subcutáneo hasta el plano muscular. Esto garantiza la correcta extirpación de la glándula apocrina.
- Injertos. Se suele esperar hasta que la zona haya cicatrizado por segunda intención para así no perder el injerto debido a una infección. No se utiliza esta técnica cuando la región en la que se realiza el injerto es el canal anal ya que puede provocar estenosis anal.
- Colgajos. La recuperación es más rápida pero también más dolorosa. El tiempo que durará la intervención será mayor, habrá más sangrado y mayor recurrencia de la hidrosadenitis. Además se suele perder el colgajo por infección.
- Cierre por segunda intención. Se realiza casi siempre antes de los injertos y colgajos. Disminuye la estancia hospitalaria, el dolor y la recurrencia. Sin embargo, tiene una recuperación postoperatoria que puede durar meses.
Cirugía
Se aplicará anestesia general al paciente. Dependiendo de la técnica que previamente haya decidido el equipo médico, se comenzará la operación.
En todas ellas se extirpa la zona afectada y sus alrededores (bien en el plano cutáneo o en el subcutáneo). Después se pueden colocar tubos de drenaje o dejar cicatrizar la herida antes de volver a llevar al paciente a quirófano para un injerto, colgajo u otra intervención para facilitar la cicatrización.
Normalmente estos pacientes se operan más de una vez.
Riesgos
Dependen de la técnica quirúrgica que hayamos utilizado.
Normalmente son los asociados a cualquier cirugía (reacción a la anestesia, infección, sangrado, dolor, etc)
Postoperatorio
También va a depender de la técnica utilizada.
Ya dijimos que los más dolorosos son el los que se utilizan colgajos y que el postoperatorio más longevo es en el que se utiliza el cierre por segunda intención.
Aún así si aparece dolor se aplicará analgesia y se deberán realizar curas frecuentes de la zona. Debemos asegurar una correcta higiene y modificar nuestro estilo de vida para prevenir las temidas recurrencias.
Comenzar una nueva dieta más saludable que nos ayude a perder peso, abandonar el hábito tabáquico, utilizar prendas sueltas, dejar de rasurar la zona afectada o aplicar productos cosméticos que tengan un pH ácido (lo que evita la aparición de bacterias), son algunas recomendaciones.